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VeLLo PUbIcO

 

ReLaTo. PaPa y yO, 1ªparte.

 

• Qué buena está el agua.- le digo a mi hijo mientras me seco con la toalla.

• Ahora iré.

• Con esa empalmada me esperaría, jajaja.

• Joder, papá, es que pasa cada tía y cada tío por aquí...

• Ya, lo sé.

Extiende las piernas y se la vuelve a agarrar; tiene una polla impresionante y no porque sea mi hijo. Yo a sus veinte también me la pelaba cada diez minutos; la diferencia es que ya lo tenía a él.

• ¿Aún no te la han chupado?

• Qué va.

• Qué pena.

• ¿Por?

• Por nada.

• ¿Te molesta que me la casque contigo delante?

• Para nada, aunque viéndote se me está poniendo dura también, jajaja.

• ¡Papá!

• Jajaja, que no pasa nada.

• No, es raro.

• Te recuerdo que la primera paja te la hiciste conmigo.

• Lo recuerdo.

• Anda, levántate y ven.

• ¿Adónde?

• Tú ven.

• ¿Así empalmado?

• Sí.

Hecho andar hacia las dunas y miro hacia atrás y lo veo venir intentando taparse la polla; no lo consigue. Le llevo entre las dunas y ya hay varios tipos por allí; veo a un jovencito y le digo a mi hijo:

• Acércate a ese y tócale la polla.

• ¡Que!

• Tú hazme caso, yo voy por allí.

Veo cómo anda sin ganas mientras el chico no le quita la vista de encima. Me meto entre unos matorrales y me encuentro con un chaval de unos treinta tirado en la toalla con las piernas abiertas y masturbándose, me acerco y me agacho mientras me masturbo, alargo la otra mano y se la agarro, el la suelta y yo sigo masturbándonos, al cabo de un rato de sentirla en mi mano la suelto y me agacho a comerle la polla, el se echa hacia atrás y gime de placer mientras yo le como la polla, y otra cosa no, pero comer pollas las como como nadie, tanto me excito que me corro encima de su polla y se la continuo mamando hasta que da un grito ahogado y se corre en mi boca, se la rebaño mientras siento sus manos en mi cabeza acariciándomela, levanto la cabeza y le miro mientras le masturbo.

• Buena mamada.

• Buena polla.

• Me ha molado lo de que te corrieras en mi polla para después seguir comiéndomela.

• Me encanta chupar polla con mi lefa.

• Ya lo sentí ya, jajaja.

Me hace un hueco en su toalla y no lo rechazo, me da un cigarro y nos lo fumamos tranquilamente; al rato me incorporo y, dándole antes un pico, me voy.

Sigo el sendero por el que vine antes y, al girar una duna, veo a mi hijo con las manos en la cabeza y el chaval agachado mamándosela. Me quedo nada, un segundo mirando, y el chaval me ve y, levantándose, se larga. Mi hijo me mira y yo me acerco.

• Joder, papá..

• Lo siento, no sabía que estabas aquí.

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