4.5.24

CoN PrEpUcIo











 

PuBiS











 

RelAtO. IsAaC 13ª parte y FiNaL







 ½ DÍA PARA IRME


Hoy sí que no quiero abrir los ojos, además siento una pequeña jaqueca, estiro mi mano y rozo el cuerpo de Isaac que se da la vuelta y me abraza y besa.


  • Buenos días.

  • Buenos días.

  • Abre los ojos.

  • No quiero.

  • Ja, ja, ja, venga que te va a gustar.

  • Jooo...


Los abro y en la cama hay una bandeja con café, croissants, zumo y dos pastillas, le miro y me lanzo sobre él.


  • Te quiero.

  • Y yo a ti.

  • Desayuna que luego quiero que me folles como poco dos horas.

  • Si mi general.

  • Ja, ja, ja.


Desayunamos en la terraza bien juntos y sin parar de tocarnos, una vez la bandeja vacía Isaac se levanta de la mesa y levantando una pierna y poniéndola sobre la mesa me ofrece el mejor postre, su culazo, se lo acaricio y beso, le abro las nalgas y paso la lengua por su esfínter, meto la cara e inhalo su olor, su increíble olor, ese olor tan personal que solo cada persona tiene e Isaac tiene un olor dulzón que me embriaga, incluso en el ano y debajo de los huevos que el olor suele ser más fuerte. Le como el culo con ganas y siento mi polla dura, lo agarro y bajando la pierna de la mesa me lo llevo a la cama, se tumba boca abajo y comienzo por sus pies, oh sus pies, los beso y los lamo con amor, paso mi polla por ellos, subo por cada pierna con mis manos hasta llegar de nuevo a su culo, se lo abro de nuevo y le doy dos buenos cachetes con su correspondiente improperio soltado de la boca de Isaac, le beso sobre la rojez y abriéndole el culo se lo como.


Mi lengua sube por su columna hasta llegar a su cuello, le beso en el cogote y le pido que sé de la vuelta. Cara a cara nos besamos y busco su cuello de nuevo para besarlo y lamerlo, le levanto los brazos poniéndoselos detrás y me meto primero en una axila y luego en otra, busco su mirada y me sonríe.


  • Que bien hueles.

  • Porque me duche, ja, ja, ja.

  • ¿Esta mañana?

  • Si antes de irme a por el desayuno.

  • Da igual, aunque no te hubieras duchado olerías genial

  • Tú también hueles bien y eso que solo te duchaste anoche, ja, ja, ja.

  • Oyeeee...

  • Es broma.


Me besa y me desmonta.


  • Por donde iba...

  • Por aquí.- me dice señalando sus pezones.

  • Ja, ja, ja, yo creo que no... Uhmmm...

  • Ja, ja, ja...


Me he metido en su axila y de las cosquillas me ha hecho una llave y tiene mi cabeza agarrada mientras nos descojonamos de la risa, me suelta y nos miramos.


  • Te quiero.

  • Te quiero.

Nos besamos para después bajar a sus pezones y dejárselos bien rojos mientras se los estimulo con los dedos bajo por su cuerpo y me meto su polla en la boca para degustarla, le levanto los huevos y me meto allí a olerle, la polla me gotea lo siento, subo y agarrándole con fuerza la polla me la meto en la boca para hacerle una gran mamada que culmina llenándome la boca de su lefa, se la rebaño y se la chupo hasta que no aguanto más y poniéndole las piernas sobre mis hombros y llevándolo al borde de la cama le pongo y me pongo lubricante para meterle la polla entera de una, baja las piernas y con mi polla dentro de el busco sus labios y nos besamos mientras le follo, o si preferís le hago el amor. Y así sin prisa disfrutando de sus besos, del interior de su ano, de sus pies en mi boca, de acariciarle las piernas, del vientre de su pecho, le pido que se ponga a cuatro patas y se la clavo sujetándolo con fuerza de las caderas, se la meto y la saco del todo varias veces para después quedarme dentro y buscando sus pezones se los estimulo. Isaac gime y se mueve entre mis dedos, y yo estoy en el paraíso, siempre lo estoy con él en verdad.


Estoy sentado en la cama e Isaac sobre mí cabalgándome sin dejar de besarme, de vez en cuando se echa hacia atrás y le masturbo y me quedo embobado mirándolo para después volver a juntar nuestros labios.


  • Estoy que exploto.- le digo con la voz sofocada.


Se coloca de cuclillas sobre mí y acelerando las penetraciones siento liberación al sentir como le lleno el culo con mi lefa, sin dejar de follarlo seguimos así un buen rato besándonos, sintiendo al otro.


Durante un buen rato sigo dentro de él y estamos besándonos y charlando.


  • ¿A qué hora entras?

  • A las tres.

  • Son las doce.- le digo poniendo pucheros.


Me besa dulcemente.


  • Un sesenta y nueve y después nos duchamos, recogemos y bajamos a comer algo.

  • Suena bien.


Hacemos el sesenta y nueve y sin dejar de chupar y de lamer la polla del otro, terminamos corriéndonos en la boca del otro y saboreando su delicioso sabor. Nos duchamos y me ayuda a recoger, por suerte no tenía mucho, bajamos las cosas y las dejamos en recepción para irnos a comer. Comemos charlando de esto y de lo otro hasta que sin darnos cuenta eran más de las dos. Estamos en mi coche con todo cargado y estamos abrazándonos mucho, casi tanto que nos traspasamos el uno al otro.


  • Buen viaje.

  • Gracias.

  • Avísame cuando llegues.

  • Claro.

  • Nos vemos en nada.

  • Menos mal.


Nos besamos.


  • Te quiero.

  • Te quiero.


Monto en el coche y saliendo de allí lo veo despedirme con la mano, rompo a llorar y freno el coche, Isaac aparece en la ventanilla con lágrimas en los ojos, me quito el cinturón de seguridad y salgo.


  • Lo siento.- le digo abrazándolo sin poder dejar de llorar.

  • No pasa nada.- me dice acariciándome la espalda y dándome besos en el cuello.


Una vez desahogados y más tranquilos me marcho y esta vez aunque me costara sonrió recordando cada segundo de estas maravillosas vacaciones.


3 AÑOS DESPUÉS


  • A Isaac lo conocí hace hoy tres años y dos semanas en unas vacaciones que en principio iban a ser para desconectar y follar todo lo que pudiera y termine enamorándome de él y follando más de lo que me podía imaginar. Él trabajaba en el hotel y tras mis quince días de vacaciones volví un puente para volver a verlo y en esos días además de tener el mejor sexo que he tenido nunca creamos algo tan bonito que no soy capaz de expresarlo. A finales de septiembre termino en el hotel y se vino Alicante a vivir conmigo, aquí consiguió un buen trabajo, se hizo nuevas amistades y entre él y yo nunca hubo ni un problema, lo juro. Debo decir que pocas veces en la vida se encuentran personas tan bellas por dentro como por fuera y ese era el caso de Isaac, al igual que yo me enamore de él, Paco también lo hizo y los tres formamos una familia que nunca creímos que... lo siento... nada separaría, pero la vida es un lugar donde no todos la viviremos completa y así ha sido el caso de Isaac que en nueve meses su vida se apagó hasta hace dos días que nos dijo adiós. No puedo explicar el dolor que siento ahora mismo, de verdad no puedo. Antes de irme quiero agradecer a mi familia, a mis amigos, a los compañeros de trabajo de Isaac y amigos por estar ahí, gracias y sobre todo quiero dar las gracias a alguien que ha vivido esto conmigo desde el principio y por desgracia hasta el final, Paco te quiero, gracias. Isaac, nunca te olvidaré, nunca.



Fueron días extraños como si viviera en una niebla constante, aun volviendo a la rutina y estando con mi gente y Paco había algo dentro de mí que me presionaba, que no me dejaba disfrutar. Hable con mi jefe y le pedí una semana libre, me la concedió sin problema. Llegue a casa y hable con Paco:


  • Hola amor.

  • Hola.

  • Necesito que te vengas conmigo unos días.

  • Claro.


Me abraza, aún no le he vuelto a besar desde... lo de Isaac.


Son las nueve de la mañana y estamos conduciendo hacia donde comenzó todo, Paco no me ha preguntado nada, sabe perfectamente donde le llevo. Durante el camino hablamos, escuchamos música y poco a poco vamos relajándonos.


Serán las doce y estoy aparcando, sacamos algunas cosas y bajamos la colina hasta la playa, me desnudo y me meto al agua, siento a Paco a mi lado y le doy la mano, sin mirarnos nos adentramos hasta que nos llega el agua por los sobacos, lo busco y me abrazo a él desconsoladamente sin poder dejar de llorar al igual que él.


  • Siento mucho todo esto.- me dice Paco.

  • Lo sé mi amor, lo sé.

  • Estoy aquí.


Me separo de él un poco y mirándolo a los ojos le sujeto la cara con las manos y le beso.


  • Lo sé, siento no haber estado yo.

  • No lo sientas, es normal.

  • Ya, pero tú eres parte de esto y siento que...


Me besa.


  • Lo que formamos los tres ha sido lo más increíble que me ha sucedido nunca y soy consciente que yo era el tercero, no el primero.

  • Aquí no hay ni terceros ni primeros, Paco.

  • Sí que los hay amor y no me importa. Isaac era... joder... qué mierda...

  • Ven aquí.


Lloramos.


  • Isaac era tan importante que ahora mismo estoy perdido.

  • Y yo.


Nos besamos.


  • Gracias por esto.

  • De nada, por cierto, el agua está más fresca que la última vez, ja, ja, ja.

  • Un poco sí, ven aquí.


Nos abrazamos.


  • Este dolor se irá alguna vez.

  • Se disipará, no creo que se vaya del todo.

  • Estás temblando, salgamos.


Salimos y nos sentamos arropándonos con toallas, juntos dándonos calor mutuamente. Y así, durante mucho rato estamos mirando el mar, recordando los momentos allí con Isaac, lloramos, nos abrazamos y nos besamos, nos besamos mucho.


Durante días estuvimos recorriendo sitios que me recordaban a él y hasta fuimos un día Almería a ver a la familia de Paco. Ya el último día nos cogimos un hotel cerca de donde trabajaba Isaac e hicimos el día y la noche.


  • Paco.

  • Dime.

  • Quiero sentirte dentro.


Paco se acerca a mí que estoy sobre la cama desnudo y quitándose el slip se viene hacia mí y me besa.

  • ¿Estamos preparados?

  • No lo sé, vamos a averiguarlo.


Sonreímos.


Sentir a Paco de nuevo dentro, me hace volver aquellos momentos de los tres en la cama, en el sofá, en el suelo de la cocina, en el aseo, un día en un parque, en las playas y aunque la pena aún está dentro, me dejo llevar por los recuerdos y por las embestidas de Paco.


Paco me besa, busco su cuello y lo huelo, le pido que salga de mí un momento y poniéndome tras él, le huelo el culo y bajo los testículos, Paco me mira y volviendo de nuevo en lo que estamos me la meto otra vez.


  • ¿Y eso?

  • Quería comprobar algo.

  • Ja, ja, ja.

  • Sabes que te quiero mucho.

  • Lo sé y yo a ti.


Follamos como hacía meses que no lo hacíamos y aunque hubo momentos en que era raro acordarse de Isaac y saber que nunca más lo ibas a tocar, sentir, oler, unimos fuerzas de donde no nos quedaban para superar aquello. Y doy gracias de tener a Paco, y aunque él se haya sentido el tercero para mí siempre han sido los dos lo primero.


Me masturbo mientras Paco me penetra rápidamente y a la vez que él se corre en mi interior yo me corro por todas partes, nos besamos y nos reímos como hacía tiempo que no lo hacíamos. Le miro y él me mira.


  • Siempre estará aquí.- me dice Paco poniendo la mano sobre mi corazón.

  • Siempre.




FIN




TrAsErOS