4.8.20

Relato. 20 años (2ª parte)


20 años (2ª parte)


Tras ese beso, nuestro primer beso me cogió de la mano y no me soltó hasta que llegamos a la Caleta.


  • Aquí estaremos mas tranquilos, dijo Aitor


Bajamos a la playa y subimos por las rocas por donde años atrás nos conocimos, era una playa tranquila, alejada de civilización, había una poca luz en el paseo, pero donde estábamos si no hubiera sido por la gigante luna llena se hubiera visto bien poco. Aitor al llegar me tendió la mano para ayudarme y una vez los dos allí, se desnudo y menos mal que estaba siendo un buen diciembre, el aire lleno de humedad llenaba mis fosas nasales, lo seguí, no era la primera vez que estábamos desnudos uno en frente del otro, desde que me pillo en mi casa esa vez, tenia la costumbre al pasar la puerta de la verja desnudarse por completo, cosa que a mi me encanto claro, Aitor se puso con los pies al borde de las rocas.


  • ¿Recuerdas cuando te tiraste por primera vez aquí?

  • Si.

  • Me miraste cuando llegue, lo note y yo no pude quitarte tampoco la vista de encima, al verte hablar con mi madre me alegre de tenerte cerca y cuando fuiste a nadar y te sentaste en esta misma roca mi corazón salio disparado a buscarte, ¿sabes que pensé cuando subí y me senté a tu lado?

  • Que.

  • Ojala algún día pueda subir a esta roca y besarlo como el me beso con su sonrisa ese momento.


Le abrace por detrás, note su cuerpo a través del mio, entrelace mis manos en su pecho y note como el corazón le latía rápidamente, bese su nuca, sus hombros, y se giro.


  • ¿Estoy un pelin intenso, verdad?

  • Un poco.

  • Me alegra estar aquí.

  • Y a mi.


Acercando mis labios a los suyos saboree cada milímetro de su piel, su lengua se perdió en mi boca y jugo con la mía, agarrando su cabeza desee por un momento comérmelo, nuestros cuerpos húmedos se pegaban cada vez mas, nuestros penes ya erectos se empalmaron aun mas, no nos atrevíamos ninguno a tocar el pene del otro.


  • ¡Vaya siento como si un calabacín me golpeara la entrepierna!

  • Ya claro.

  • Era para destensar un poco.

  • Yo si que te voy a destensar a ti.


Me coloque en cuclillas y con todas las ganas que había tenido este tiempo por fin me comí ese pene, acostumbrado a verlo siempre en descanso y sentirlo dentro de mi boca tan enorme me maravillo, al final iba a ser un portento en mas cosas, me la saque de la garganta y teniéndola frente a mi la ensalive y le masturbe suavemente, realmente tenia un tremendo pene, baje hasta sus testículos y jugué con ellos, todo su cuerpo era lampiño, solo tenia pelos en el pubis un poco y ahora quería averiguar si por detrás también, con una mano le sostuve el pene para tragármelo y con la otra mano ensalivada introduje mis dedos entre su entrepierna buscando su ano, lo encontré y para mi sorpresa no palpe nada de vello. Aitor no sabia donde meterse.


  • Pene bonito, puedes gritar si quieres.

  • Me da mogollón de vergüenza.

  • ¿Bien?

  • Joder si bien, mi primera mamada y estoy... Ahhh¡¡¡


Su primera mamada, yo recuerdo que fue a los 22 y no fue antes por que estaba mas preocupado de estar bien cerrado en el armario que de disfrutar de la vida. Me levante y agarrándole fuertemente el pene y meneandoselo le bese mas fuerte de lo normal hasta ese momento, el me respondió con entusiasmo y note como la lefa comenzaba a salir disparada hacia mi, su cara era lo mas bonito que había visto nunca, se tensaba y relajaba en intervalos de segundos, su pene aun babeando se me antojo delicioso, me volví agachar y termine mamándole cada poro y cada gota de lefa, aun no le bajaba el glande suficiente y no quise hacerle daño, metí mi lengua por esa piel que me vuelve loco y jugué con ella.


  • Me voy a volver Ahhh.....


Y como era de esperar se volvió a correr y esta vez en mi boca, sus convulsiones fueron mas y mas fuertes, decidí no aprovecharme, me levante y le bese, le abrace y le continué besando por todo el cuello.


  • Pensé que alguna vez te habrían echo una mamada.

  • eh... perdona aun estoy en modo pos mamada.

  • Jajaja

  • Gracias.

  • A ti siempre.

  • Bobo.

  • Tú bobo.


Pusimos nuestras ropas en una roca cercana y nos sentamos sobre ella.


  • Mi primera paja fue como a los doce años creo, un colega lo típico, estábamos en su casa y nos quedamos solos en su cuarto y me dice que se iba a hacer una paja que si me apetecía, mi cara fue un poema, así delante mía se sentó en el borde de la cama y se bajo los pantalones y el slip, ya tenia el pene medio duro, me dijo, ven siéntate aquí, sin pensarlo me senté a su lado y me desnude, aun mi pene estaba flácido pero de ver como el suyo se ponía cada vez mas duro el mio le siguió, continuaba de arriba abajo masturbándose y su cara era de un placer muy novedoso, le seguí y note como mis piernas temblaban y me subía un calor desde los huevos hasta la coronilla que era una gozada, después de aquello se volvió algo como te pasaría a ti diario, con algún otro y con el, una vez estuvimos a punto de chupárnoslas pero le dio rollo y no lo hicimos.

  • Joder con la historieta, mira como me tienes.

  • No voy a ser el único que tiene un pene precioso.

  • Normal.

  • ¿Este pollon normal?

  • Todo tuyo.


Como si hubiera mamado ya varios penes se metió el mio de un trago y de garganta me la mamo como creo que nunca estando sobrio me la habían mamado, no la habría mamado nunca pero películas seguro que habría visto alguna y se notaba, jugaba con su garganta sin atragantarse siquiera y con la mano libre jugaba con mis testículos de una manera espectacular, mire hacia abajo como entraba y salia mi rabo de su boca y no me pude aguantar.


  • Aitor si no quieres que me corra en tu boca sacatela ya...


Sin decir nada continuó mas rápidamente hasta que note como salía la lefa hacia esa garganta, mi glande estaba hipersensible y aun así aguante como me la limpio y mamo durante un buen rato, al terminar me miro y limpiándose la boca y la barbilla con el antebrazo me sonrió.


  • Me ha encantado.

  • No tanto mas que a mi.



Y ahí tras nuestro primer beso hacia unas horas, nuestra primera mamada-paja nos sentamos el uno junto al otro, escuchando las olas del mar y sintiendo las gotas salpicar sobre nosotros.


  • Va ser hora de irnos estas temblando.

  • Si mejor.


Nos vestimos y caminamos hacia su casa.


  • ¿Quieres quedarte o prefieres ir a tu casa?

  • Me quedo.


Llegamos a su casa y todo estaba en silencio, no había ni el mínimo ápice de luz, encendimos las del salón y miramos, nada.


  • ¿Estará tu madre en su cuarto?

  • Voy a ver.

  • Vale, voy a beber algo estoy seco.


Oí como entraba en su cuarto y buscaba a su madre. Nada.


  • No esta que raro.

  • Abra preferido irse, al o mejor vuelve ahora.

  • Voy a mirar el móvil que no se ni donde esta.


Encontró el móvil y se asustó al ver tantas llamadas perdidas.


  • ¡¡¡¡Joder mas de 40 llamadas!!!!

  • ¿Alguna de tu madre?

  • Si dos, el resto de mi padre de mi bu, amigos, etc.

  • Mira el wasap por si acaso te dijo algo.

  • Si mira, me dice que le apetecía irse con Paola a su casa, que se encuentra bien, y que tenemos comida en el horno, el micro y en la nevera, que me quiere y que descanse.

  • ¿Estas bien?

  • Si, solo que me he asustado de ver tanta llamada, sabiendo que esta con Paola estoy tranquilo.

  • ¿Comemos algo?

  • ¿Ahora o después?

  • ¿Un poco ahora y mas después?

  • ¡Te como!


Comimos algún canapé y no pudimos aguantar un minuto más sin magrearnos, terminamos en su habitación desnudos y besándonos sin parar.


  • ¿Jesús?

  • Dime.

  • ¿Puedo pedirte algo?

  • Claro dime.

  • Estoy nervioso.

  • Yo también.

  • En la playa casi a oscuras me he dejado llevar pero aquí con mas luz me....

  • Besame y callate por favor.


Le rodee con mis brazos y sentí su calor, irradiaba calor, manosee su espalda hasta llegar a sus glúteos y continué manoseando, me miro a los ojos y tras besarme de nuevo se tumbo boca abajo sobre la cama y abrió las piernas. Debo decir que la presión por una parte era enorme y por otra me podía el morbo, también quería hacerle sentir todo lo bien que pudiera, en fin come come de cabeza. Me tumbe sobre el y acercándome a su oreja le susurre:


  • No voy hacer nada que no me gustaría que me hicieran, y si en algún momento no te gusta algo o te hace sentir incomodo dímelo por favor y ahora deseo que disfrutes tanto como lo voy a disfrutar yo. Te quiero.

  • Te quiero.


Me levante un poco y abrí mis piernas para encajarme en sus lumbares, con el sudor que desprendía era fácil masajear su piel, desde el cuello hasta la mitad de la columna deslice mis dedos con delicadeza sintiendo cada poro, baje mis caderas hasta sus muslos y deslice mis manos hasta el sacro y de arriba abajo y de lado a lado su piel se erizaba, me apoye hasta delante y bese todo lo que había recorrido con mis manos con los labios, soltaba entre gemidos y risas, me quede en el sacro y con ambas manos palpe sus glúteos y los masajeé como si fuera masa de pan, tenia un culo respingón y duro, tras masajearlo bien me agache de nuevo y con los dientes fui dando pequeños mordiscos, se agito de placer y eso me estaba poniendo muy cerdo, me puse a un lado abrí sus piernas y me coloque delante de su culo donde con ambas manos abrí sus glúteos para dejar paso a mi boca que se sumergió en aquel ano.


Mi piel sudaba agua y sal, notaba el sabor de su culo en mis papilas gustativas y como el sudor de mi frente se deslizaba por mi cara y llegaba hasta mis labios, Aitor con la cabeza entre cojines gemía de placer, únicamente le había lamido, besado y mordido con cariño cada pedazo de su culo, ahora iba a poner un dedo sobre el ano y jugar con el haciendo círculos, cuando lo vi oportuno deslice mi dedo hasta su interior donde sin dificultad entro de golpe y tras varias metidas y sacadas decidí cambiarlo por el dedo gordo, que jugo como un niño con un juguete nuevo. Aitor levanto las caderas y abrió aun mas las piernas, metí la cara y la lengua hasta donde pude y por mi me hubiera quedado hay si no hubiera sido por la falta de aire, me coloque a cuatro patas ante el y con mi pene erecto y durísimo le golpee los glúteos y la entrada.


  • ¿Bien?

  • Hazme el amor por favor.

  • Date la vuelta.


La primera vez no me apetecía nada verle la nuca, se tumbó sobre su espalda y colocándole un cojín bajos las lumbares me metí entre sus piernas y desde su pene hasta su boca le lamí.


  • Sabes delicioso.

  • Sera por lo cachondo que me pones.

  • Sera.


Volví a bajar lamiendo su piel y me deleite un rato con su pene, cuando lo tenia bien salivado le levante las piernas y con mi pene en la entrada de su ano y su rabo duro le mire a los ojos y sonreí de manera lasciva. Mientras le masturbaba suavemente mis ojos no se apartaban de los suyos y cuando note como mi glande se habituaba al espacio al que se iba a introducir fui lentamente metiendo mientras su cara se desfiguraba de placer, sus piernas en mis hombros temblaban, aminore la marcha y sin moverme le sonreí y continué masturbandolo, ya estaba casi la mitad y ademas mi pene que es bien gordo era de comprender el dolor y ademas en un ojete virgen. Con un gesto me indico que siguiera y le sonreí con todo el amor que supe, sus manos detrás de su cabeza buscaban algo a lo que agarrarse, una vez metido todo me acerque y le bese, y mientras le besaba sacaba y metía lentamente mi pene de el, sus labios me buscaban con ansia y fuego, me agarro la espalda y note como sus dedos buscaban un hueco en mi piel, me buscaba la lengua y mordía mis labios con cariño, sus gemidos se volvieron mas y mas continuos y su cara era de un placer increíble.


Deseaba besarlo eternamente, así es como al principio sientes la necesidad de pertenecer a otro y de que su cuerpo es como un templo que sirve para mimar, cuidar y sentir.


Sus piernas volvieron a mis hombros y aproveche para besarle los pies, cosa que recibió con mas gemidos y mas convulsiones, sus dedos entre mi lengua disfruto cada dedo, mi pene a un ritmo sin ser follada a tope continuaba entrando y saliendo de el con energía, no tardaría mucho en correrme, pero fue el el que mientras le comía los pies y le follaba se corrió fuertemente entre convulsiones y gemidos, mi pene no aguantaba mas y sosteniendo sus pies en mis manos y levantando todo lo posible sus piernas le empotre fuerte varias veces hasta que note como mi semen se expulsaba dentro de el, mi cuerpo se volvió de gelatina y cada movimiento me excitaba aun mas, el mientras me miraba y sobaba su pene envuelto en semen, disfrute el meter y el sacar de nuevo el pene y dejándolo dentro me tumbe encima de el no sin antes darle un beso en la punta del pene y en los labios.


Abrí los ojos y el sol entraba por las rendijas de la persiana que hábilmente bajamos un poco hacia unas horas, sentí el aliento de Aitor en mi pecho, yo estaba de lado y el pegado a mi con la cabeza en mi pecho y las piernas entrelazadas, le bese la cabeza y deslice mis dedos por su espalda. Me estaba orinando de una manera barbara, no quería despertarlo pero la presión llama y hay que hacerla caso, con suavidad retire mis piernas y me fui apartando, levantó la cabeza y con los ojos cerrados busco mi boca y me beso.


  • Te quiero buenos días, me dijo

  • Buenos días, te quiero. Voy al aseo.

  • Vale.


Orine con ganas y cuando me la sacudía sus brazos me atraparon por detrás y me besaban el cuello, su pene de nuevo erecto buscaba hueco entre mis muslos.


  • Que placer sentirte, en todos los sentidos, -le dije.

  • Igualmente, ¿Tienes hambre?

  • De ti siempre.

  • Voy a comerte te aviso, -me dijo entre risas.


Levante una pierna y apoye el pie sobre el lavabo, me agache un poco y echando mi pene y mis huevos hacia ataras le dije:


  • Ya tienes el menú servido, buen provecho.


Se agacho y como si de unas ubres se trataran se enganchó a mi pene y mientras se lo tragaba sus manos recorrían mi culo y muslos, su boca mamaba como si no fuera a probar de nuevo mi rabo, se lo saco de la boca y cambio por mi ojete donde me ocupe de agacharme mas y de abrírselo con ambas manos, como una fiera se abalanzó sobre él y lo degusto como si de su helado favorito se tratara. Tras un rato sintiendo como mi ano se dilataba cada vez mas le pedí que me follara no que me hiciera el amor, con el culo bien salivado y su pene bien lubricado también, con nerviosismo se coloco detrás de mi y con las manos en mi cadera se fue hundiendo hasta que su pubis se pegó a mi trasero.


  • Si te hago daño dímelo por favor.

  • Tranquilo que dolor es lo único que no siento, ahhh.....


La primera vez que te ponen un culo delante y estas con el rabo mas duro que una estaca es como cuando te masturbaste por primera vez, sentir el calor del otro rodear tu pene, donde siempre has sentido tus dedos, tu mano, sentir como se adentra a un lugar donde cada paso que das es placentero es lo mejor que te puede pasar. Creo que en algún momento llegue a chillar del gusto que me estaba dando, su pene iba a gran velocidad y ahora con las manos en mis hombros me golpeaba con fuerza y cada embestida su pubis chocaba contra mis glúteos que como gelatina se movían al son del placer, baje la pierna al suelo y como si me abrazara al lavabo me incline todo lo que pude y con furor me penetro cada vez mas fuerte, su mirada desde el espejo era de placer absoluto, recorría mi espalda, masajeaba mi espalda y glúteos, se acercaba a besarme y continuaba a mirar como su pene entraba y salia una y otra vez, notaba el ojete ardiendo le mire y sin decirle nada me golpeo fuertemente sobre el lavabo y con varias embestidas se dejo vaciar los huevos dentro de mi, le pedí que no la sacara.


  • No la saques aún, disfruta de esto y de mi culo, sacala y metemela ya veras que gusto.


Con mirada perdida y sudando de nuevo bajo la mirada y disfruto de la sensación que tras correrse se siente al meter y al sacar de nuevo, mi pene duro apoyado sobre un mueble pedía salir, Aitor salió de mi y me beso desde la nuca hasta los tobillos, me hizo darme la vuelta y me sentó en el lavabo de mármol donde me hizo una mamada que duró menos de un minuto pues termine soltando todo mi semen dentro de su garganta.


  • Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero......

  • Ven aquí anda.


Nos abrazamos y terminamos en la ducha magreandonos de nuevo y lavándonos el uno al otro.


Continuara....






PeCtOrAlEs