14.2.22

31 de diciembre fum fum fum.....ReLaTo 5ª pArTe

 



Desayune algo y tras ventilar la casa que olía a macho por todos lados me duche. Me puse a recordarle en mi ducha y enseguida mi rabo comenzó a ereccionar. Me la agarre y cerrando los ojos me dejé llevar por el recuerdo de sus gemidos en mi oreja, de su lengua comiéndome los huevos, de sus dedos metiéndose en mi culo... No tarde mucho en correrme, aunque pareciera mentira y tras correrme mucho la noche anterior aún me quedaba lefa, me sorprendía el cuerpo humano y su anatomía.

Me senté en el sofá y lo llamé.

  • ¿Listo?
  • Listo.
  • Vale en unos veinte minutos te espero bajo tu casa.
  • Vale.
  • Cógete una bolsa con un bañador, los escarpines, una tolla, chancletas, varias camisetas de manga corta, slip varios y ya creo.
  • ¿A dónde me llevas?
  • Ahhhh... sorpresa...
  • ¿A la playa segura? Ja, ja, ja
  • Sí.
  • Guauuuuu...
  • Venga haz la maleta y te veo ahora.
  • Voy pitando.
  • Hasta ahora bello.
  • Hasta ahora.
Colgué y me levanté corriendo hacia el armario donde tenía todo lo de verano. Rebusque por mil lugares hasta que encontré todo.
En veinte estaba bajo mi casa y yo esperándolo con la maleta como un niño chico de los nervios.

Salió del coche y vino directo a besarme y a darme un gran abrazo.

  • Que ganas tenía de abrazarte.- me dijo al oído.
  • Y yo a ti.
Le apreté con fuerza y después nos buscamos la boca para comérnosla como la primera vez.

Montamos al coche y me llevo directo al aeropuerto.

  • ¿Estuviste alguna vez en Gran Canarias?
  • No, ¿por?
  • En unas horas ya no podrás decir eso, ja, ja, ja.
  • ¡En serio!
Una vez allí estaba flipando. La temperatura vario de 4 a 16 grados en dos horas. Nos quitamos la chaqueta y en un coche de alquiler fuimos al hotel que había reservado.

  • ¿Lo tienes todo planeado?.- le pregunté.
  • Casi todo.
Le miré mientras me continuaba derritiendo con tanta sorpresa. El hotel increíble y con unas vistas preciosas.

  • ¿Te gusta?.- me pregunto acercándose por detrás y abrazándome.
  • Me encanta. Un millón de gracias.
  • Como vuelvas a darme las gracias…
  • Me azotarás…
  • Uhmmm...
Me incline hacia delante y antes de apoyarme en la barandilla me baje un poco el pantalón y el slip dejando mi culo expuesto.

  • Eres... increíble...- me dijo mientras sus manos rozaban mi culo e iban directas a donde yo quería.
  • Ufffff...
  • ¿Te gusta esto?
  • Mucho... Ahhhh...
Con sus dos dedos gordos me masajeaba toda la entrada de mi culo y me estaba haciendo ver las estrellas.

  • Este culo...
Se agachó y me bajo del todo la ropa. Mi polla pegó un respingo y choco contra la cristalera de la terraza. Él me cogió de las caderas  e inclinándome más me abrió las nalgas mientras no paraba de besarme y chuparme cada nalga. Después noté como su lengua rozaba mi ano y comenzaba a formar círculos alrededor de él. Su dedo más largo se unió al juego y entre su lengua y el dedo me trabajo el culo como nunca nadie me lo habían hecho. Abrí los ojos y disfrute de la comida de culo y del cielo repleto de estrellas.

  • No saldría de aquí te lo juro.
  • Ja, ja, ja, por mi encantado.
  • Anda ven aquí.
Me cogió en brazos y me llevo hasta la cama donde me dejo con delicadeza mientras me besaba.

  • Eres tan bello.
Me quito toda la ropa y mientras él se quitó la suya. Se tumbó sobre mí y sin moverse solo me cogió de la cara y me beso. Yo abrazándolo le devolví el beso y quise que nunca acabara ese momento. Sentir su peso sobre mí, su rabo duro contra el mío y sus manos acariciándome mientras me besaba era gloria.

  • ¿Me follas y bajamos a cenar?.- me pregunto.
Me sonrojé por la pregunta y él me beso aún más. Se levantó y poniéndome el culo en la cara mientras me comía la polla yo comencé a gemir y a trabajarle el culo.

Casi estuve a punto de correrme pero me aguanté. Note como me colocaba el condón y tras girarse y ponerse de rodillas sobre mí se la metió y comenzó a cabalgar. Las gotas de sudor caían de su cara hacia la mía y mi cuerpo. Yo me sentía en éxtasis y muy muy sudado. Mi rabo entraba y salía de el cada vez más rápido. Su cara de placer echándose para atrás y sintiendo cada penetración me hacía sentir cada vez más cosas. Sin yo apenas moverme me corrí y él sobre mí como si de una manguera se tratara. Se la saco y me lancé de lleno a comerle la polla que aún soltaba lefa. El mientras se reía y buscaba la mía.

Y así fue como antes de la primera cena en el hotel nos dejamos los rabos bien limpios.



Continuará.

PeCtOrAlEs