7.1.23

PiEs











 

RelAtO. El SegUrIdAd.





 Trabajo en una gran empresa como informático, me paso cada día más de 6 horas sentado y no paro de beber del calor que hace en este sitio, lo malo que no paro de mear. De normal voy al aseo de mi pasillo donde están las oficinas, pero hoy me apetecía estirar las piernas y fui al de abajo. Salude a varios compañeros y me metí en el aseo de los clientes. Mi sorpresa fue cuando entro y voy directo a los urinarios de pared y me encuentro a uno de los de seguridad con la polla en la mano meando.


  • Hola.

  • Hola, ¿qué tal?

  • Bien aquí a ver si meo.

  • Ya somos dos, ja, ja, ja.


Se ríe y se echa un poco para atrás dejándome ver su pollón sobre su mano. Decido olvidar lo que acabo de ver y me centro en mear. No os pasa que cuanto más ganas y más quieres mear no meas, pues eso me paso. En cambio, Raúl, el seguridad aún continuaba meando por el ruido que hacia su pis sobre la piedra.


  • Meada tímida.

  • Un poco, ja, ja, ja.

  • A mí me pasa poco, mira aún sigo meando.


Se giró hacia mí para que se la mirara y el muy cabrón se echó para atrás el prepucio para dejarme ver en todo su esplendor ese glande goteando y brillante.


  • Ya veo.


No sabía donde meterme, por fin me relaje antes de que se me pusiera más morcillona y conseguí mear. Raúl seguía a mi lado echando las últimas gotas y meneándosela.


  • Bien tío por fin.

  • Joder sí que gusto.

  • Yo ya casi he acabado aunque se me ha puesto un poco, ya sabes...

  • ¿Qué?


Me volví a girar hacia él y de la impresión me gire del todo y le mee en las botas.


  • Joder lo siento...

  • Tranquilo tío no pasa nada…

  • Espera que me la guardo y lo limpio...

  • No pasa nada de verdad.


Me la acababa de guardar y él aún seguía con la polla medio dura fuera del pantalón y yo allí a punto de agacharme a limpiar.


  • Joder Raúl.

  • ¿Qué pasa?

  • Menuda polla gastas.

  • ¿Tú crees?

  • Sí que lo creo sí.


Eche papel en el suelo y acercándome al urinario, me la volví a sacar para terminar de mear. Él continuaba a mi lado con la polla fuera.

  • ¿No habías terminado de mear?

  • Sí, pero así no la puedo guardar.

  • Normal se te notaría desde la recepción, ja, ja, ja.

  • A ti también se te ha puesto un poco...


Me la sacudí y enseñándosela no apartaba la vista.


  • Entramos a...

  • Vale, pero rápido que me van a echar la bronca.

  • Si sí...


Entramos en uno de los aseos con la polla por fuera del pantalón y nada más cerrar la puerta por dentro me senté en la taza y poniéndolo frente a mí, se la sujete y me la lleve a la boca.


  • Joder...

  • ¿Perdona te echo daño?

  • No, no que pensaba que nos la íbamos a cascar y ya, ja, ja, ja.

  • Bueno, si quieres lo dejo.

  • No por favor no.


Mi cara debió ser un poema sacándomela de la boca tras decirme eso, pero me la volví a meter y cuando la tenía más dura que una barra de acero me levante y le hice mamármela.


  • Nunca me he...

  • Siempre hay una primera vez.


No se pensaría el musculitos que se iba a librar de comerme el rabo después de ponerme más caliente que mi estufa en enero. Se la metió con cautela y al principio le costó, pero termino haciéndome una mamada bien buena. No me corrí en su boca, al menos no hoy. Se la saco de la boca y levantándose me miro y sonrió.


  • ¿Qué?- le pregunte.

  • Me ha gustado.

  • No lo has hecho nada mal.

  • Gracias.

  • Venga, vamos a corrernos, que tenemos que irnos.

  • ¿Cada uno la suya?

  • Hoy sí.


Levantamos la tapa del wc y cada uno con su rabo lo menamos hasta que nos comenzamos a correr por todos lados menos dentro de la taza. Nos miramos y nos reímos de la situación. Y allí frente a mí ese pedazo de tío musculoso con el rabo duro y aun goteando lefa me pareció el hombre más increíble y sexy del mundo, sin pensármelo me agache y se la chupe, deseaba lamer su lefa y volver a tener ese pedazo de trozo de carne en la boca. Tras quedarme a gusto me incorporé y nos la guardamos.


  • Ha sido...

  • Increíble.

  • Eso.

  • Toma.

  • ¿Qué es?

  • Mi número.

  • Uhmmm

  • Pensé que eras hetero.

  • Era hetero curioso, luego bi y ahora creo que después de tu polla me he ido a la otra acera del todo.

  • Uhmmm

  • Salgo a las diez.

  • Yo también.

  • Mándame un mensaje y si te apetece hoy u otro día lo hablamos.

  • Vale genial.


Nos quedamos los dos, hay como tontos sin salir hasta que él fue el que se lanzó a mis labios y me dio un pico. Después abrió la puerta y salió. Yo aún me quedé un minuto a asimilando lo que acababa de ocurrir en los últimos 20 minutos.


Salí corriendo porque mi jefe me iba a matar.


21:45


  • Hola

  • Hola

  • Salgo en breve, ¿te ape una cerveza?

  • Si por favor.

  • Te espero en la entrada a y cinco.

  • Ok, ataora guapo.

  • Ataora.


22:05


Con puntualidad se acercó y me volvió a dar un pico.


  • No sé yo si al próximo pico me voy a resistir a comerte la boca te aviso.

  • Ja, ja, ja

  • Te lo digo en serio, además después de una cerveza le como la boca hasta a mi abuela.

  • Ja, ja, ja


Gracias al alcohol nos relajamos y pudimos hablar de trabajo, de nuestras vidas y blablablá. No le comí la boca hasta que fuimos a por su moto.


  • Ha estado genial.

  • La verdad que si, ¿Trabajas este fin dé?

  • No, ¿tú?

  • Tampoco.

  • ¿Te escribo y hacemos algo?

  • Me apetece.

  • Al final no me has...


No le deje acabar, me lance a sus labios y a esa barba tan varonil y le bese. Él me respondió abriendo la boca y llevándome con sus manos enormes hacia él. Primero sentí sus manos en mis lumbares y después fueron bajando hasta tenerlas directamente en mi culo. Como besaba el tío y como raspaba, iba a tener la marca varios días, ya me lo estaba viendo, pero me daba igual, merecía la pena, al menos ahora.


Nos morreamos durante un largo tiempo hasta que nos separamos y mirándonos nos sonreímos y cada uno se fue hacia un lado. Llegue al coche como en una nube, la entrepierna me sudaba y el glande presionaba mi pantalón deseando salir a pasear. Era jueves y no trabajaba hasta mañana por la tarde, arranque y me fui a un bar gay.


Según entre casi me doy la vuelta, pero de nuevo mi rabo palpito y haciéndole caso entre. Tras dos cervezas y una larga meada me metí en el cuarto oscuro donde me comí una polla diminuta, pero donde dos bocas me comieron la polla y hasta se pelearon por mi lefada en su boca.


Con los huevos vacíos y contento me fui a casa, pensando en él, en su barba, en su polla, pero también en más cosas de él. Ya en la cama rememore el momento baño y sacándomela de nuevo me masturbe hasta correrme recordando su polla en mi boca.


SÁBADO


  • Hola sube.


Tras abrirle abajo dejo la puerta entreabierta y corro a recoger unas cosas que tengo tiradas por toda la casa. Antes de dejarme los dedos meñiques en el intento y de esquivar el pico de una mesa estoy en la puerta esperándolo. Sale de ascensor sonriente y viniendo hacia mí me da un pico. Abro tras de mí y le dejo entrar.


  • Bonita casa.

  • Gracias, es todo, desde aquí se ve toda, ja, ja, ja.

  • Está bien, para uno menos que limpiar.

  • Cierto. ¿Quieres tomar algo?

  • Sí.


Se acerca a mí y agarrándome con una mano de las lumbares, me lleva hasta él y me besa. Creo que perdí el conocimiento por un momento. Se separa de mí y le acaricio la cara. Le miro a esos ojos marrones y sonrió.


  • ¿Qué?.- me pregunta.

  • Eres aún más bello de cerca.

  • Ja, ja, ja.


Me vuelve a comer la boca y esta vez me abalanzo sobre él. Me coge del culo y me lleva hasta mi cama. Sin soltarme aún sigue besándome. La fuerza de este hombre es brutal, debo pesar como 90 kilos.


Me deja con cuidado sobre la cama, me abre las piernas y se mete entre ellas.


Me mira sin apartar la vista de mis ojos.


Primero se quita la camiseta dejándome ver esos grandes y currados músculos. Babeo.


Segundo se quita el cinturón y se baja el pantalón junto al slip. La polla me chorrea.

Se acerca sobre mí y me besa. Me ayuda con la camiseta y me la quita. Después baja mis pantalones y levantándome las piernas me los quita. Él se deshace de lo que le queda de ropa en los tobillos y se queda mirándome.


  • Qué cuerpo más bonito.


Me sonrojo, me sonrojo mucho. Que un hombre con ese cuerpo me diga eso me alaba mucho.


Se acerca a mí y me acaricia el pecho. Pasa por mis pezones y me los pone duros. Sonríe y se lleva uno a la boca. Me retuerzo de placer y solo me ha chupado un pezón, Ufff.


Agarra mis manos y me las lleva hacia atrás. Me besa por toda la cara para después comerme la boca. Baja por mi cuello y va directo a una de mis axilas. Se mete de lleno a comérmela y de nuevo me retuerzo entre la risa y el placer. Saca la cara y me mira.


  • ¿Cosquillas?

  • Unas pocas.

  • ¿Te gusta?

  • Mucho, mira como me tienes la polla.

  • Uhmmm...


Me agarra la polla con una mano mientras mete de nuevo su cara en mi axila. No sé donde meterme, sus manos sobre mi polla y su lengua en mi axila es demasiado placentero. No quiero ni imaginarme cuando su polla este dentro de mí. Doy un suspiro y jadeo del gusto que siento. Su mano es enorme y me agarra casi toda la polla. 22 cm de polla con su mano alrededor es glorioso, parece como meterla en uno de esos tubos para masturbarte.


Me masturba muy lentamente. Ahora su lengua saborea la mía. Me mira a los ojos y me derrito. Si supiera cuanto dice su mirada.


Ahora su lengua está en mi ombligo y sus manos pellizcándome los pezones. Este hombre quiere que muera aquí mismo. Baja y se choca con mi polla. Abre la boca y se la mete de lleno hasta tocar los huevos con su labio inferior. Me la come un buen rato y decididamente se está proponiendo que me dé un ictus. Joder que boca.


Aguanto todo lo que puedo, pero me es imposible. Me corro llenando su boca de mi lefa mientras el gustoso me relame más y más. Yo ya no me retuerzo, estoy casi dislocado de tanto moverme. Sentir su boca alrededor de mi polla recién corrido es ya el sumo de la gloria. A él parece molarle y yo no voy a decirle que no continué. Siento su polla rozar mi pierna y no veo el momento de llevármela a la boca.


  • Estaría chupándotela todo el día.- me dice con la respiración agitada y un color de cara que enamoraría hasta el más hetero.

  • No seré yo el que te lleve la contraria. Aunque he de decirte que estoy deseando devolverte el orgasmo.

  • Eso suena, pero que muy bien.- me dice con cara de niño malo mientras me masturba bien desde arriba.


Me besa y se tira boca arriba en la cama. Me pongo de rodillas y le contemplo.


  • Date la vuelta y ponte a cuatro patas.

  • ! A sus órdenes¡.- me dice divertido!


Me coloco a su lado y le acaricio la espalda. Paso la lengua sobre ella y voy hacia su culo. Paso por su raja hasta sus huevos y me detengo. Me tumbo boca arriba debajo de él y me meto su polla en la boca. Saco una mano y busco su ano. Mientras juego alrededor de él le como la polla y dejo que él me la folle. Debo reconocer que es la postura que más me gusta. Aunque con tremenda polla me tiene la boca tan abierta que siento que se me va a dislocar.


Me chupo un dedo y buscando su ano se lo introduzco. Gime con fuerza y me embiste con su polla tanto que casi me atraganto.


Después de un rato me deja meterle varios dedos. Sus embestidas en mi boca son gloria bendita. Acelero mis dedos contra su culo y él hace lo mismo con su polla.


Siento como convulsiona sobre mí y como cierra el culo alrededor de mis dedos. Mete su polla más si puede y me la llena de lefa. La saca y me la mete de nuevo para volver a llenármela. No sé la cantidad de lefa que soltó, pero os juro que trague bastante. Ahora su culo se acaba de relajar y comienzo a follarle con mis dedos rápidamente. Le chupo el glande y siento su cuerpo retorcerse.


Esto está siendo mejor de lo que imagine nunca. Me agarro la polla mientras continuo mamándosela y él levantándose, sé gira y se mete de nuevo mi polla en la boca. Baja cadera y me deja su culo en la cara. Yo encantado, se lo beso y se lo como mientras siento que la próxima corrida no tardara mucho en llegar.


Y así fue le llene la boca de nuevo y mientras él disfrutaba de comerme la polla yo no me canse de comerle el culo.


Unas horas después:


  • ¿Cómo estás?.- me pregunta pasando la mano por mi pelo.

  • Literalmente en la gloria. ¿Tú?

  • Igual.


Sonreímos y nos besamos.


  • Una pregunta, ¿eres activo o pasivo o versátil?.- me mira con cara colorada.

  • Pues creo que versátil, si versátil. ¿Tú?

  • No lo sé.

  • ¿Por?

  • Solo fui activo. El único que ha conseguido meterme varios dedos en el culo fuiste tú.

  • ¡Ostras!

  • Tranquilo, me gusto más de lo que me imagine.

  • Suele ser algo molesto al principio, pero después merece la pena.

  • Tú me...

  • Sí, claro que sí.


Le beso. Tan grande y tan tímido. Me lo comería.


  • Antes, cuando me pediste que me pusiera a cuatro patas y pasaste tu lengua por mi ano, creí que la ibas a meter.

  • No, ni de coña. Así sin dilatar y sin conocernos aún sexualmente hablando no.

  • Lo digo por qué aunque me diera miedo me hubiera dejado.

  • Oh...

  • Me das algo que no entiendo aún, además de ponerme supercachondo en todo momento.

  • Ja, ja, ja, ya veo.- le digo sujetando su polla y dándome en la otra como si fuera un mazo.

  • Ja, ja, ja.


Le beso tan cálidamente como puedo. Noto como se derrite bajo mi cuerpo.


  • Hazme el amor.- me susurra.


Me levanto y me pongo entre sus piernas. Él las levanta y se las sujeta. Me chupo el dedo gordo y lo paso por su entrada. Gime y cierra los ojos. Escupo sobre el agujero y comienzo a metérselo. El dedo gordo no tarda en hacerse al sitio y me pide más compañía. Saco el gordo y le meto varios mientras le masturbo. Su cara es tan expresiva que me va a dar algo.


  • ¿Bien?

  • Gloria.


Sonrió y él aún más.


Tengo tres dedos dentro de él. Acelero cada vez más y dejo de masturbarlo para comerle los huevos. Gime y da gritos. Me pone tan cachondo que noto como me babea la polla.


Agarro el condón y me lo enfundo. Le pongo y me pongo lubricante y con mi polla en su entrada le miro.


  • Adelante.


Aprieto un poco y la punta entra sin problema. Le cojo las piernas y me las pongo sobre los hombros para que esté más cómodo y más relajado.


Entrar dentro de él es algo que no me habría imaginado nunca. Este hombre que veía cada día en el trabajo. Con su uniforme ceñido y con cuerpo enorme. Marcaba culo y paquete siempre. También sonreía a todo el mundo y estaba dispuesto ayudarte en lo que fuera. Ahora lo tenía abierto de piernas y le estaba metiendo la polla muy lentamente para que no le doliera. Quería que su primera vez fuera inolvidable.


Le acaricié las piernas y agarrándole un pie me lo llevé a la boca. Al menos tendría un 47. Madre de dios, así tenía ese trabuco de polla. Le pillé de improviso y mirándome me sonrió, pero con el ceño fruncido.


  • ¿Te duele?

  • No es dolor.


Pare de metérsela y me centre en su pie. Tenía las uñas bien recortadas y ninguna dureza. Parecía extraño con las horas que pasaba de pie. Le lamí toda la planta y le chupé un dedo uno a uno. Sentí como su ano se relajaba y la metí un poco más.


  • Joder que gusto... Siiii...


No sabía muy bien si era la comida de pie o la metida de polla, pero dedico seguir con ambas.

Ya tenía toda dentro. Me saqué el dedo gordo de la boca y le miré.


  • ¿Bien?

  • Muy bien, dale.


Coloque de nuevo su pierna, cobre mi hombro y me dedique hacerle el amor. Mis embestidas eran suaves y bien internas. Él con las manos hacia atrás gemía con cada metida. Baje sus piernas y me lance a sus sobacos. Primero uno y después el otro sin dejar de follarlo. Él cada vez gemía más y más. Subí por su cuello hasta llegar a su boca. Se la comí y sus gemidos se ahogaron en ella.


Sin dejar de embestirlo le besaba con cariño. Le besaba en la boca, en la frente, los mofletes, le comía la oreja y todo sin dejar de hacérselo lentamente. Le miraba a los ojos y tenían un brillo que nunca había visto. Me sonrió y me volví a derretir.


  • ¿Te gusta?

  • Me gusta porque eres tú.


Literalmente chorreaba de amor. Le besé con tanta intensidad y se la metí tan adentro que sentí como llenaba el condón de lefa y como él también se corría entre nuestros cuerpos. Me agarro de la cabeza y sin dejar de besarme me acariciaba la espalda. Apoye la cabeza en su pecho sin dejar de metérsela ni un segundo.


Aturdido la saque y me puse a su lado. Ambos teníamos las pulsaciones a mil. Juntamos nuestros labios a la vez que nuestros cuerpos y nos quedamos así. Besándonos y mirándonos. Enredando nuestro cuerpo al del otro.



                                                                         FIN




PeCtOrAlEs