23.9.23

Relato. Mi MeS dE vAcAcIoNeS 12ª parte

 



DÍA 16 – 17 -18


Los siguientes tres días fueron de lo más intensos.


El sábado, tras despertarnos como a las siete de la mañana en el sofá, fuimos a despertar a Jorge a base de besos por todo su cuerpo hasta que lo tuvimos bien despierto y con nuestras dos pollas metidas por el culo.


Pasamos la mañana de piscina, comimos, siesta, sexo, piscina, cena, sexo y caímos.


El domingo al levantarnos teníamos una nota de Jorge de que se volvía a casa. Nos abrazamos fuertemente y esa mañana Héctor me follo literalmente más de una hora en todas las posturas posibles.


Durante todo el día estuvimos desnudos y hambrientos de más, éramos como dos salidos. Aprovechábamos la menor oportunidad para empezar comiéndole la polla al otro y terminar follándolo sobre cualquier sitio de la casa.


Ya sobre la una de la noche, con el culo y la polla doloridas, nos preparamos una copa y estuvimos charlando tranquilamente en la terraza.


El lunes llamamos a Jorge y tras recogerlo nos fuimos a una cala que estaba como a una hora y media. Mereció tanto la pena la cala como cuando había anochecido el polvo que nos echamos.


DÍA 19


Héctor volvió a trabajar y yo me fui a casa. Estuve todo el día tirado, tocándome los huevos y pajeandome. Jorge no dio señales de vida y Héctor me llamo como a las siete de la tarde, cuando tuvo por fin un hueco.


Me vino a buscar y tras ducharse nos fuimos a cenar. Paseamos por el paseo marítimo y nos besamos por cada medio metro.


Esa noche se quedó en casa y estaba tan cansado que en mitad de una mamada se quedó dormido.


DÍA 20


  • ¿Has hablado con Luis?.- le pregunto a Jorge mientras tumbados en mi sofá le acaricio los huevos.

  • Si por mensaje todos los días y llamada cada dos días hablamos. Ha vuelto al curro y está bastante agobiado. No contratan gente y hay el mismo curro.

  • Ya, puta manía, tienen los empresarios de explotar a la peña.

  • Cierto.

  • ¿Tendrás ganas de verlo?

  • Muchas. Sabes, ayer hicimos una videollamada y nos pajeamos.

  • Tu madre flipará.

  • Tonta no es y supongo que entenderá que tengo que darme mis alegrías.

  • Ja, ja, ja, alegría la que te da cuando te toco mucho rato los huevos, la tienes bien dura y bien descapullada.

  • Culpa tuya.

  • Uhmmm... qué pena.


Me levanto y me tiro de cabeza a comerle la polla. Le bajo bien el prepucio y le lamo bien el glande haciendo círculos alrededor de él. Abro bien la boca para metérmela entera y siento una pequeña arcada pero la aguanto.


  • Qué bruto eres, ja, ja, ja.

  • Joder es que menuda polla cabrón.

  • Mira quien habla.

  • Entre tú y Luis tendréis que practicar bien de garganta, jajajá.

  • Lo de Luis es que es de otro mundo.

  • Me chifla la polla de Luis.

  • Y a mí. Pero que conste la tuya y la de Héctor también.


Le miro asintiendo mientras no dejo de meneársela.


  • Tu polla es muy agradecida, además de tu culo.- le digo dándole lametazos en los huevos.

  • El mejor culo es el de Héctor.

  • Cierto.


Busco un condón y no encuentro.


  • ¿Y los condones?.- le pregunto mientras no dejo de pajearlo.

  • Ni idea.

  • Compre dos de Veinti cuatro hace una semana.

  • Ostras, pues sí que...


Me levanto y voy al cuarto. Nada. Bajo de nuevo y busco en mi mochila. BINGO.


Me pongo entre sus piernas y antes de ponerle el condón se la mamo bien mamada. Se lo pongo y me tiro al sofá boca arriba levantando las piernas.


  • Cómeme los pies también porfa.

  • A sus órdenes, Jajajá.


Me agarra de las piernas y siento como se mete dentro de mí. Una vez toda dentro siento sus manos, agarrándome de los pies y acariciándomelos. Primero uno y luego otro. Agarra uno y el otro, lo aguanto en el aire. Me lame la planta y juega con su lengua entre mis dedos mientras no para el ritmo de sus penetraciones.


  • Joder Jorge eres... Ahhhh...

  • ¿Qué soy?

  • Un gran amigo y follamigo.

  • Uhmmm...me gusta eso...

  • ¿Crees que tú y Luis tendréis también una relación abierta?… Ahhhh... Siiii…

  • Pues... sabiendo como somos lo más seguro.


Cambia de pie y me hace aullar como un lobo en luna llena. No sé si es que su polla ha crecido, pero la siento más apretada que nunca.


  • ¿Te ha crecido la polla?

  • Ja, ja, ja, ojalá.

  • Será mi culo que está más apretado... Ahhhh...

  • ¿Te duele?

  • No, no, es que la siento como más gorda.

  • Ja, ja, ja.


Continúa comiéndome los pies hasta que la saca y me pongo a cuatro patas. Me agarra de los hombros y siento como me la clava. Sus manos masajean mi espalda y mis nalgas. Con su boca me besa el cuello y busca mi boca. Acelera las embestidas y consigue hacerme poner los ojos en blanco. Me agarro la polla y llevándola hacia atrás me masturbo hasta que lleno el sofá de lefa y no paro de gemir y de correrme. Jorge me embiste varias veces más y la saca. Siento como se masturba sobre mí porque sus huevos dan sobre mi culo. Siento su orgasmo y la lefa caliente sobre mi espalda para después de rebañarla y sentir su lengua pasando por toda ella para no dejar ni gota.


Exhaustos caemos sobre el sofá. Nos besamos y acercando nuestras pollas las meneo conjuntamente.


  • Vaya desastre el sofá, ja, ja, ja.

  • Ya te digo.

  • Bueno, ahora después lo limpio bien.


Continuamos besándonos y pajeandonos.


  • Como no pares me voy a …..joder…

  • Y yo... Siiii... Siiii...


Comenzamos a soltar lefa a la vez y no dejo de menearlas ni de comerle la boca. Ya por fin las suelto y levantándome, le doy la mano para que se levante. Nos duchamos y ya listos y bien follados nos arreglamos para ir a buscar a Héctor.


  • Hola chicos.- nos saludó Héctor.


Nos da un pico a cada uno y de pronto la peña se nos queda mirando.


  • ¿Qué tal?.- nos pregunta.

  • Bien.- respondemos los dos.

  • Mirar aquella mesa es nuestra. La comida ya está pedida, ¿qué queréis de beber?

  • Agua y cerne.

  • Me apunto.

  • Vale, id sentándoos y voy enseguida.


Nos sentamos y me quedo embobado mirándolo. Él también lo hace y se pone hipercolorado. Me rio.


  • Vaya dos.

  • ¿Qué?

  • Nada.

  • Ja, ja, ja.


Al rato viene una chica con una jarra de cerveza, una botella grande de agua y seis vasos.


  • Gracias.


Viene Héctor ya cambiado y se sienta con nosotros, no sin antes besarme bien la boca y dejar caer su cabeza sobre mi hombro. Le acaricio la cara y le beso en la frente.


  • Venga que ya por hoy estás fuera.

  • Si eso es bueno. Bueno, contadme, ¿qué tal el día?

  • Bien.

  • Habéis estado follando como locas, ¿verdad?

  • Un poco, ja, ja, ja.- dice Jorge.

  • Bien que hacéis. Por cierto libro, mañana, pasado y pasado.

  • Ole que bien.

  • Si la verdad, ya sé que me cogí también tres días hace poco, pero de pensar que en nada os vais me da cosa no estar más con vosotros.


Le como la boca y le abrazo fuerte.


  • Había pensado si os apetece hacer una ruta por un río y quedarnos a pasar la noche en un pueblo.

  • Siiii.- decimos Jorge y yo.

  • Vale, pues voy a mirar si está aún disponible y reservo. También había pensado, después de comer hoy, ir al centro del pueblo y dar un voltio.

  • Genial, nosotros nos adaptamos a todo.

  • Qué gusto dais. Ya está reservado para pasado mañana.


Vitoreamos a Héctor y en ese momento nos traen la comida.


Tras una copiosa comida cargada de carbohidratos, postre, café y hasta una copa, recogimos y nos fuimos paseando hasta el centro.


Serían ya como las ocho de la tarde y entre el calor y la comida íbamos los tres caminando como si nos pesara el alma.


  • Chicos hacemos una parada por favor.- les digo parándome en seco y buscando un sitio donde apoyarme.

  • ¿Estás bien?.- me preguntan.

  • Sí, sí, solo que he comido mucho y este calor no ayuda.


Héctor se acerca a una tienda y al rato vuelve con una botella de agua fría.


  • Toma bebe.

  • Gracias.


Tras beber casi media botella me echo un poco en la mano y me mojo el cuello.


  • Listo.


Sonrió y agarrándoles a ambos de la mano, seguimos paseando.


El pueblo es muy bonito, tiene una zona del centro con mucho encanto, muchas cuestas y un puerto enorme. Volvemos caminando al coche y por fin llegamos a casa.


  • No sé vosotros, pero yo necesito una ducha y la cama.- dice Héctor desnudándose en medio del salón.

  • Creo que ya somos tres.- comenta Jorge, viéndome bostezar.

  • Ja, ja, ja, vaya tres.


Al final terminamos en la piscina comiéndonos la polla y corriéndonos encima de Héctor. Solo hubo pajas, mamadas y lefadas, no estábamos para nada más. Bebimos bien de agua y nos acostamos los tres en la cama.

  • No os importa que duerma con vosotros, ¿verdad?.- nos dice Jorge con cara de puchero.

  • Anda calla y ven.


Nos acoplamos los tres de lo más a gusto y en nada estábamos roncando.






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