DÍA 16 – 17 -18
Los siguientes tres días fueron de lo más intensos.
El sábado, tras despertarnos como a las siete de la mañana en el sofá, fuimos a despertar a Jorge a base de besos por todo su cuerpo hasta que lo tuvimos bien despierto y con nuestras dos pollas metidas por el culo.
Pasamos la mañana de piscina, comimos, siesta, sexo, piscina, cena, sexo y caímos.
El domingo al levantarnos teníamos una nota de Jorge de que se volvía a casa. Nos abrazamos fuertemente y esa mañana Héctor me follo literalmente más de una hora en todas las posturas posibles.
Durante todo el día estuvimos desnudos y hambrientos de más, éramos como dos salidos. Aprovechábamos la menor oportunidad para empezar comiéndole la polla al otro y terminar follándolo sobre cualquier sitio de la casa.
Ya sobre la una de la noche, con el culo y la polla doloridas, nos preparamos una copa y estuvimos charlando tranquilamente en la terraza.
El lunes llamamos a Jorge y tras recogerlo nos fuimos a una cala que estaba como a una hora y media. Mereció tanto la pena la cala como cuando había anochecido el polvo que nos echamos.
DÍA 19
Héctor volvió a trabajar y yo me fui a casa. Estuve todo el día tirado, tocándome los huevos y pajeandome. Jorge no dio señales de vida y Héctor me llamo como a las siete de la tarde, cuando tuvo por fin un hueco.
Me vino a buscar y tras ducharse nos fuimos a cenar. Paseamos por el paseo marítimo y nos besamos por cada medio metro.
Esa noche se quedó en casa y estaba tan cansado que en mitad de una mamada se quedó dormido.
DÍA 20
¿Has hablado con Luis?.- le pregunto a Jorge mientras tumbados en mi sofá le acaricio los huevos.
Si por mensaje todos los días y llamada cada dos días hablamos. Ha vuelto al curro y está bastante agobiado. No contratan gente y hay el mismo curro.
Ya, puta manía, tienen los empresarios de explotar a la peña.
Cierto.
¿Tendrás ganas de verlo?
Muchas. Sabes, ayer hicimos una videollamada y nos pajeamos.
Tu madre flipará.
Tonta no es y supongo que entenderá que tengo que darme mis alegrías.
Ja, ja, ja, alegría la que te da cuando te toco mucho rato los huevos, la tienes bien dura y bien descapullada.
Culpa tuya.
Uhmmm... qué pena.
Me levanto y me tiro de cabeza a comerle la polla. Le bajo bien el prepucio y le lamo bien el glande haciendo círculos alrededor de él. Abro bien la boca para metérmela entera y siento una pequeña arcada pero la aguanto.
Qué bruto eres, ja, ja, ja.
Joder es que menuda polla cabrón.
Mira quien habla.
Entre tú y Luis tendréis que practicar bien de garganta, jajajá.
Lo de Luis es que es de otro mundo.
Me chifla la polla de Luis.
Y a mí. Pero que conste la tuya y la de Héctor también.
Le miro asintiendo mientras no dejo de meneársela.
Tu polla es muy agradecida, además de tu culo.- le digo dándole lametazos en los huevos.
El mejor culo es el de Héctor.
Cierto.
Busco un condón y no encuentro.
¿Y los condones?.- le pregunto mientras no dejo de pajearlo.
Ni idea.
Compre dos de Veinti cuatro hace una semana.
Ostras, pues sí que...
Me levanto y voy al cuarto. Nada. Bajo de nuevo y busco en mi mochila. BINGO.
Me pongo entre sus piernas y antes de ponerle el condón se la mamo bien mamada. Se lo pongo y me tiro al sofá boca arriba levantando las piernas.
Cómeme los pies también porfa.
A sus órdenes, Jajajá.
Me agarra de las piernas y siento como se mete dentro de mí. Una vez toda dentro siento sus manos, agarrándome de los pies y acariciándomelos. Primero uno y luego otro. Agarra uno y el otro, lo aguanto en el aire. Me lame la planta y juega con su lengua entre mis dedos mientras no para el ritmo de sus penetraciones.
Joder Jorge eres... Ahhhh...
¿Qué soy?
Un gran amigo y follamigo.
Uhmmm...me gusta eso...
¿Crees que tú y Luis tendréis también una relación abierta?… Ahhhh... Siiii…
Pues... sabiendo como somos lo más seguro.
Cambia de pie y me hace aullar como un lobo en luna llena. No sé si es que su polla ha crecido, pero la siento más apretada que nunca.
¿Te ha crecido la polla?
Ja, ja, ja, ojalá.
Será mi culo que está más apretado... Ahhhh...
¿Te duele?
No, no, es que la siento como más gorda.
Ja, ja, ja.
Continúa comiéndome los pies hasta que la saca y me pongo a cuatro patas. Me agarra de los hombros y siento como me la clava. Sus manos masajean mi espalda y mis nalgas. Con su boca me besa el cuello y busca mi boca. Acelera las embestidas y consigue hacerme poner los ojos en blanco. Me agarro la polla y llevándola hacia atrás me masturbo hasta que lleno el sofá de lefa y no paro de gemir y de correrme. Jorge me embiste varias veces más y la saca. Siento como se masturba sobre mí porque sus huevos dan sobre mi culo. Siento su orgasmo y la lefa caliente sobre mi espalda para después de rebañarla y sentir su lengua pasando por toda ella para no dejar ni gota.
Exhaustos caemos sobre el sofá. Nos besamos y acercando nuestras pollas las meneo conjuntamente.
Vaya desastre el sofá, ja, ja, ja.
Ya te digo.
Bueno, ahora después lo limpio bien.
Continuamos besándonos y pajeandonos.
Como no pares me voy a …..joder…
Y yo... Siiii... Siiii...
Comenzamos a soltar lefa a la vez y no dejo de menearlas ni de comerle la boca. Ya por fin las suelto y levantándome, le doy la mano para que se levante. Nos duchamos y ya listos y bien follados nos arreglamos para ir a buscar a Héctor.
Hola chicos.- nos saludó Héctor.
Nos da un pico a cada uno y de pronto la peña se nos queda mirando.
¿Qué tal?.- nos pregunta.
Bien.- respondemos los dos.
Mirar aquella mesa es nuestra. La comida ya está pedida, ¿qué queréis de beber?
Agua y cerne.
Me apunto.
Vale, id sentándoos y voy enseguida.
Nos sentamos y me quedo embobado mirándolo. Él también lo hace y se pone hipercolorado. Me rio.
Vaya dos.
¿Qué?
Nada.
Ja, ja, ja.
Al rato viene una chica con una jarra de cerveza, una botella grande de agua y seis vasos.
Gracias.
Viene Héctor ya cambiado y se sienta con nosotros, no sin antes besarme bien la boca y dejar caer su cabeza sobre mi hombro. Le acaricio la cara y le beso en la frente.
Venga que ya por hoy estás fuera.
Si eso es bueno. Bueno, contadme, ¿qué tal el día?
Bien.
Habéis estado follando como locas, ¿verdad?
Un poco, ja, ja, ja.- dice Jorge.
Bien que hacéis. Por cierto libro, mañana, pasado y pasado.
Ole que bien.
Si la verdad, ya sé que me cogí también tres días hace poco, pero de pensar que en nada os vais me da cosa no estar más con vosotros.
Le como la boca y le abrazo fuerte.
Había pensado si os apetece hacer una ruta por un río y quedarnos a pasar la noche en un pueblo.
Siiii.- decimos Jorge y yo.
Vale, pues voy a mirar si está aún disponible y reservo. También había pensado, después de comer hoy, ir al centro del pueblo y dar un voltio.
Genial, nosotros nos adaptamos a todo.
Qué gusto dais. Ya está reservado para pasado mañana.
Vitoreamos a Héctor y en ese momento nos traen la comida.
Tras una copiosa comida cargada de carbohidratos, postre, café y hasta una copa, recogimos y nos fuimos paseando hasta el centro.
Serían ya como las ocho de la tarde y entre el calor y la comida íbamos los tres caminando como si nos pesara el alma.
Chicos hacemos una parada por favor.- les digo parándome en seco y buscando un sitio donde apoyarme.
¿Estás bien?.- me preguntan.
Sí, sí, solo que he comido mucho y este calor no ayuda.
Héctor se acerca a una tienda y al rato vuelve con una botella de agua fría.
Toma bebe.
Gracias.
Tras beber casi media botella me echo un poco en la mano y me mojo el cuello.
Listo.
Sonrió y agarrándoles a ambos de la mano, seguimos paseando.
El pueblo es muy bonito, tiene una zona del centro con mucho encanto, muchas cuestas y un puerto enorme. Volvemos caminando al coche y por fin llegamos a casa.
No sé vosotros, pero yo necesito una ducha y la cama.- dice Héctor desnudándose en medio del salón.
Creo que ya somos tres.- comenta Jorge, viéndome bostezar.
Ja, ja, ja, vaya tres.
Al final terminamos en la piscina comiéndonos la polla y corriéndonos encima de Héctor. Solo hubo pajas, mamadas y lefadas, no estábamos para nada más. Bebimos bien de agua y nos acostamos los tres en la cama.
No os importa que duerma con vosotros, ¿verdad?.- nos dice Jorge con cara de puchero.
Anda calla y ven.
Nos acoplamos los tres de lo más a gusto y en nada estábamos roncando.