16.7.20

Relato. Nudismo 4ª parte.




No concretamos muchas cosas más, lo iríamos viviendo sobre la marcha, teníamos muy claro que queríamos estar juntos y que nos apetecía probar cosas nuevas, pero que, si en algún momento hacía peligrar nuestra relación, se acabaría inmediatamente de mutuo acuerdo. 


No pasó más de una hora que Cristian se presentara en nuestra casa, lo recordaba bien de ese día, pero lo mire bien y me sorprendió, tenía el pelo corto tirando a rubio, unos ojos profundos y unas cejas muy bonitas, los dientes blancos y alineados, una nariz prominente y marcada como su mandíbula, del resto del cuerpo ni comento, porque se me caería la baba. 

Es un encanto, nos trajo chucherías y una botella de cava de la bodega de sus abuelos, la abrimos y nos pusimos a charlar, de todo un poco, cuando cayó la botella, el ambiente estaba caldeado y para dar vidilla me senté enfrente de ellos en un puf, me saqué el rabo y me puse a sobarlo, al instante los dos se percataron y no podían dejar de mirar mi polla, ambos se sacaron las suyas y nos mirábamos y sonreíamos, era una situación morbosa y muy excitante, me levante me quite la ropa, me puse entre los dos y los bese, ya nuestros rabos estaban salivando, me comenzaron a besar y a comer los pezones, mientras ambos me masturbaban, estaba en la gloria, pero en mi mente no me salía la imagen del culo de Cristian, disfrute un rato más y me levante, les hice quitarse la ropa, le dije directamente lo que deseaba y se tumbó, me levanto ambas piernas, me coloque un cojín para las rodillas y me puse a saborear esa delicia, mientras Raúl le comía la polla con mucho ímpetu. 

Me fui a buscar lubricante, condones y un dilatador, empape su ano y comencé a meterle los dedos, gemía que daba gusto, mi rabo estaba a mil, me coloque un condón, me puse sus piernas sobre mis hombros y se la metí con mucho cuidado, su ano se dilataba poco a poco, era una gloria, Raúl estaba sentado en su cara y Cristian le comía el culo y los huevos muy placenteramente, le baje una de las piernas y le comí un pie, lo saboree mucho, centímetro a centímetro, con cada embestida le comía el pie con más rapidez, el gemía y gemía, era el paraíso, le puse un condón a Cristian y le pedí a Raúl que se sentara sobre él, no tardo, me puse en la cara de mi chico para que me comiera la polla mientras era penetrado por Cristian, follaba muy bien, también tenía un buen rabo, Raúl dilata muy rápido y entraba y salía con mucha rapidez, la cara de Raúl era un poema, se sacó mi polla de la boca y me pidió que le penetrara, que quería sentir dos pollas dentro, solo de pensarlo me comenzó a chorrear el rabo, y eso hice, sin condón me puse cómodo y poco a poco se fue introduciendo, le embestíamos conjuntamente, Cristian gritaba de placer y Raúl lo mismo, me retire y me corrí en su culo con la polla de Cristian dentro, el no pudo aguantar y la saco, me la metí en la boca y le masturbe con ganas, mientras le pasaba el glande por el ano de Raúl, no tardo en salir lefa espesa y llenar su culo de ella, de la imagen y de comerme su polla y el culo de Raúl note como me excitaba, agarre nuestras pollas y las masturbe, y me volví a correr, la lefa caía por nuestras pollas como la nieve por las laderas. 


Terminamos exhaustos, pero con ganas de más. 


. Joder tíos, sois la ostia- 

. Ha sido una pasada, vamos mejorando con cada encuentro, aunque superar lo de la sauna va ser difícil, jajajaja 

. Ya te digo¡¡¡¡ 

. Y vosotros, ¿soléis quedar con gente así a menudo? 

. No, el otro día y esta es la primera vez. 

. Después de lo de la sauna hemos hablado y decidido quedar con gente, pero los dos, y hablarlo siempre, lo importante somos nosotros, hemos decidido abrir la relación por puro disfrute. 

. Y si os gustara alguien más o, al contrario.

. Pues como dice Raúl, sobre la marcha, no lo pensamos la verdad.

. Os quiero ser sincero, no busco relación, no estoy con más tíos y me caéis de puta madre, pero no sé lo que podría llegar a sentir, así que, si vosotros queréis, cuando nos apetezca mutuamente, estaré disponible.


Sin pensarlo nos lanzamos los dos a sus labios, le besamos la cara, el cuello, y su polla se comenzó a tambalear, me la metí en la boca y la saboreé, Raúl le metió su polla en la boca y comenzamos de nuevo. 


Esa misma semana el otro chico nos escribió, decidimos que como con Cristian había ido tan bien, nos apetecía volver a verlo, pero solo los tres, aun así nos invitó a su casa el viernes tarde, vivía cerca de la playa en un quinto sin ascensor con terraza, muy chulo. 

Se llamaba José, era de aquí también, era moreno, alto y grandote, se dedicaba a descargar camiones de Mercadona desde hacía años, no era tan resultón como Cristian, pero era muy atractivo, además de un cuerpo muy bonito. 

Llegamos sobre las ocho, llegamos al quinto sin aliento, era de esos edificios antiguos, con escalones de cada uno de su padre y de su madre y súper empinados, llamamos al timbre y nos abrió José, desnudo y con una gran sonrisa. 


. Hola guapos, bienvenidos, pasad y poneos cómodos, la casa es pequeña, dejad las cosas donde queráis, estáis en vuestra casa. 

. Gracias.


Pasamos hacia el salón que tenía un ventanal enorme y daba a una terraza más grande que el salón, el resto era normal, lo que daba vida y amplitud era la terraza, dejamos nuestras cosas en una silla y nos desnudamos, José nos miraba y sonreía mientras se tocaba los huevos, nos comentó que había preparado algo para picar pero que viendo tal despliegue de rabos se le antojaba más nuestros cuerpos, se acercó, nos cogió de la mano, le acompañamos a la terraza donde tenía un sofá cama enorme tapado con sabanas, nos pidió que nos pusiéramos a cuatro patas sobre el sofá y comenzó a jugar con nuestros culos, me comía el ano y a Raúl le metió un dedo bien salivado, y al rato cambiaba, nos morreábamos mientras con mucha saliva y disfrutándolo un montón.  

Me apetecía cambiar, nos dimos la vuelta, agarramos a José y lo tumbamos, yo empecé por su pies y Raúl por la cabeza, masajee esos bonitos pies, eran muy suaves y sin durezas, las uñas bien cortadas, los chupe y lamí, acaricie cada pie, sus dedos, su tobillo, sus gemelos, Raúl le acariciaba la cabeza, le comía las orejas, la boca, el cuello, nuestro destino era el mismo, recorrimos su cuerpo poro a poro, el gemía de placer, nos encontramos en su rabo y yo me dedique a sus huevos y Raúl a su polla, tenía unos huevos grandes y sin ningún pelo, de esos colganderos que tanto me gustan, y su polla era morena con un glande muy bonito y rosado, torcida hacia la derecha y muy venosa, subí y compartí polla con Raúl, José aprovecho y le comía los huevos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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