25.12.21

ReLaTo. HiStOrIaS dE uN CoNfInAmIeNtO. 5ª HiStORiA





                            RICARDO, HUGO Y LUIS



Somos tres amigos, que desde los 10 años que nos conocimos en el colegio, continuamos la misma senda estudiantil. Ahora 10 años después continuamos juntos y hasta vivimos juntos. Decidimos estudiar en Valencia y alquilarnos algo en común. El primer año fue duro, la convivencia es muy dura. Aunque te creas conocer a la persona todo cambia cuando convives. Luis resultó ser un dejado, yo no tanto y Hugo es un pesado de la limpieza. Estuvimos meses casi sin hablarnos, hasta que Hugo nos cogió a los tres y tras consenso y una pizarra donde apuntábamos las tareas de cada uno, conseguimos volver a una convivencia sana. Ahora cada mes nos juntamos y hacemos una especie de reunión y concretamos cosas.


Entre los tres siempre habido algo más que amistad, no hizo falta como a los catorce decirnos nada y cada uno comenzó a liarse con tíos. Un día sin más nos liamos los tres y como esporádicamente follábamos. Algunos habíamos tenido pareja, otros no. Tras venir a vivir juntos y deshacernos de las normas de nuestras familias disfrutamos del sexo durante meses hasta que, como conté antes, la convivencia nos separó sexualmente hablando.


Febrero de 2020


Había sido un 2019 muy raro y queríamos celebrarlo con la gente que habíamos conocido. Llenamos la casa de globos, alcohol y chucherías. Hicimos un karaoke y bailamos hasta que no pudimos más.


A la mañana siguiente desperté en el sofá con Hugo, desnudos y bien enganchados. Me levanté con la cabeza dándome martillazos y por la casa había gente desnuda tirada por los colchones. Luis estaba en su cama con dos tíos bien abrazados. Me duché y me fui a la calle.

A las varias horas me llamo Hugo.


  • ¿Tío donde estás?

  • Salí a tomar algo y a que me diera el aire.

  • Me he despertado solo estaba Luis con dos tipos en su cama y me asusté.

  • Tranqui estoy bien, voy de camino a casa.

  • ¿Te acuerdas de algo de anoche?

  • Desde el karaoke no mucho.

  • Puta mierda que nos metimos.


Llegue a casa y Hugo me esperaba hecho una croqueta en el sofá.


  • Hugo.

  • Si dime.

  • ¿Estás bien?

  • Tengo el estómago fatal y me duele el culo. Me he tocado y lo tengo como si me hubieran metido un bate.

  • Upssss

  • ¿Qué?

  • Me levanté esta mañana pegado a ti y en bolas.

  • ¿No jodas?

  • Sí.

  • No me acuerdo haber follado.

  • Ni yo.


En esas apareció Luis.


  • Buenos días.

  • Hola.- dijimos los dos.

  • Vaya desmadre tíos.

  • ¿Te has visto?

  • Doy asco, ¿verdad?

  • No, no, pero estás lleno de lefa y chupetones.

  • Me cago en la puta ostia...

  • Ja, ja, ja

  • Me ha costado salir de esos dos, que cabrones me han marcado, sin embargo, bien.


Se metió la mano por detrás y dijo.


  • ¡Tíos tengo lefa en el ojal!

  • Ja, ja, ja

  • Yo lo tengo como si me hubieran metido...

  • ¿Con quién?

  • Creemos que entre nosotros.

  • ¿En serio?

  • Sí.

  • Vaya y no me invitáis, ya os vale.

  • Si ni nos acordamos como para llamarte capullo.


Entre risas y cosquillas terminamos en el sofá los tres hechos polvo. Desde ese día entre Hugo y yo comenzó algo que no buscamos. Y no es que fuéramos pareja ni nada, solo que nos molaba follar y estar juntos.


Marzo de 2020


El mes comenzó de lo más normal, clases y más clases, estudiar y trabajar horas sueltas. Cuando llego el estado de alarma nos pilló a punto de irnos al pueblo al día siguiente. Hablamos con las familias y aunque insistieron en que volviéramos que allí estaríamos más seguros, nos negamos y decidimos quedarnos juntos.


La primera semana fue rara, muy rara. Estábamos acostumbrados a estar todo el día fuera, que si clases, la biblioteca, el gimnasio, ir a tomar algo, etc. Hugo y yo no es que tuviéramos lo nuestro en secreto, pero no lo habíamos hecho nunca estando Luis en casa y ahora era imposible viviendo los tres 24 horas bajo el mismo techo.


La segunda semana tras hacernos a la idea y organizarnos en casa para estudiar y demás, plantee algo.


  • Tíos que os parece si, ya que nos conocemos, hemos follado y eso…

  • Pues la verdad que no estaría mal.- dijo Luis.

  • Por mi bien.- dijo Hugo sin mirarme.

  • ¿Sin embargo, como has pensado?

  • No sé, tampoco es plan de poner horarios a esto también, no obstante si a uno le apetece y al otro también, o a los tres, pues tan natural.

  • A mí ahora mismo no me vendría mal una...


Decía Luis mientras se quitaba la camiseta y se bajaba el pantalón de chándal mostrándonos su rabo.


  • Ufffff Luis tío…


Hugo me miro y a la vez nos levantamos y nos desnudamos. Lo fácil que es desnudarte en casa, llevando solo un pantalón de chándal o de pijama y una camiseta. Nos acercamos a Luis y le comenzamos a besar el cuello y a meterle mano.

Luis era de esos chiquillos muy altos y delgado, comía como una lima y nunca engordaba, no tenía ni un gramo de grasa, su piel era muy morena y casi sin vello y de rabo no era el que más grande la tenía, pero de gorda y cabezona nos ganaba por goleada. Hugo y yo tenemos unos cuerpos más normales, también somos altos, aunque no tanto como Luis.


Continuamos besándolo y bajando le comimos un pezón cada uno, mientras le agarrábamos el rabo y le comenzamos a pajear.


  • Luis tío que gusto de polla...


Me escupí en la mano y le froté el capullo.


  • Ufffff... que gusto tío...


Continué comiéndole el pezón y Hugo estaba comiéndole una axila. Baje y me metí su polla en la boca, bajo Hugo y los dos íbamos intercambiándonos su rabo lamiéndolo y chupándolo. Luis nos acariciaba la cabeza y gemía sin parar. Aproveche y mientras le comía la polla a Luis, Hugo y yo nos comíamos la boca. Me encantan las pollas, me he comido para ser tan joven un montón, pero donde este comerte una boca con alguien de la manera que Hugo me hacía sentir no tiene precio.


Nos fuimos cambiando y cada uno paso por ser lamido y chupado por los otros dos. Sabíamos que Luis era más activo y Hugo y yo éramos de los que nos daba igual, que si por delante que si por detrás. Me estaban comiendo los huevos y la polla cuando vi como Hugo se estaba metiendo varios dedos por el culo. Luis se fijó y chupándose varios acerco su mano y Hugo le dejo.


  • Hugo cabrón menudo culo tienes...


Hugo se volteó y se puso a cuatro patas, Luis se agachó y se lo comenzó a comer. Yo allí en medio del salón pajeandome y viendo la escena no podía estar más feliz. Me coloqué detrás de Luis y abriéndole las nalgas metí la cara. No le mola que le follen, pero que se lo coman es de las cosas que más le gustan. Luis tenía un culito pequeño y redondo, su ano estaba rodeado de casi nada de pelos y mi lengua se volvía loca con él. Así estuvimos un buen rato hasta que me levante y fui a por el lubricante.


  • ¿Para mí?.- pregunto Luis.

  • Para mí y Hugo, sin embargo, algún día deberás dejarnos meterla en ese culo.

  • Ya tío, os prometo que lo intentaré.

  • Tengo un vibra que es la ostia...- dijo Hugo.

  • Déjamelo y de esta manera voy...

  • De eso nada, nos dejas tu culo, te hacemos una buena comida y te lo trabajamos, que te mola y quieres seguir pues bien, sino pues solo con él vibra.

  • Vale... pero ahora poneos sobre el sofá y levantar esas piernas.


Nos tumbamos y nos agarramos las piernas, Luis me comenzó a comer el culo mientras con varios dedos continuaba dilatando a Hugo. Me acerqué a Hugo y le comí la boca, nos miramos y sonreímos.


Luis iba como loco trabajándonos los culos y comiéndolos, su lengua y sus dedos eran como el mejor aparato anal que pudieras tener. Note como cambio de dedos y me metió como tres de golpe. Uno de sus dedos me rozaba la próstata y gemía de placer. Los saco y echando lubricante en su capullo se colocó y me la metió. Yo mientras continuaba comiéndole a boca a Hugo con cada vez más saliva.


  • Ricardo tienes un culazo...

  • Y tu un capullo...


Luis continuaba follándome cada vez con más fuerza hasta que la saco y se la metió a Hugo de golpe. Conocía el culo de Hugo, era de esos que con poco que los trabajes se la puedes meter sin problema.


Un día estaba él cagando y yo me estaba meando muchísimo y me dejo pasar para mear en la ducha. Estaba ya limpiándose y se lavó en el bidé bien el ano, y cuando termine de mear lo mire y dándose la vuelta estaba el cabrón metiéndose ya tres dedos como si nada. El rabo se me puso como un resorte duro y ya descapullado, Hugo cogió un poco de crema que había cerca y poniéndose levanto una pierna sobre la taza y me ofreció el culazo. Me quité toda la ropa en medio segundo y colocando la punta de mi polla en su ano fui metiéndosela. Me lo follé allí mismo corriéndome sobre su espalda.


Volviendo a lo de antes, Luis continuaba follándonos a ambos, su polla iba de un culo a otro y de vez en cuando metía la boca y nos lo lamía. Estaba con Hugo cuando me levante y le pedí que se apartara un poco y se la metí a Hugo, una vez toda dentro me abrí el culo y sentí como de nuevo entraba y esta vez por la postura estaba más estrecho y la sensación era increíble, tener tu polla dentro de otro y que te la metan es lo mejor de lo mejor.

                                                                         FIN





PeCtOrAlEs