14.1.23

ReLaTo. PrObAdOr.





 Llevaba un par de semanas que iba a comprar y mirar ropa a esa tienda únicamente por verle, debía tener mi edad, unos 20 años, con el pelo muy oscuro y medio largo como por debajo de las orejas, sin pelo en la cara, una mirada superdulce y un cuerpo delgado con un culo que me ponía muy bruto.


Tras ir varias semanas me quedé con que trabajaba al mediodía y aproveche un día para lanzarme, pero claro no iba a acercarme a él y decirle: “Hola, me llamo José, ¿te apetece tomar algo conmigo algún día?”, pues no.


Entre a la tienda y bajé a la planta de hombre, es una tienda de esas enormes, lo vi de lejos y me puse de los nervios, cogí ropa más o menos que me gustara y cuando vi que lo ponían en el probador allí que me fui, le dije la ropa que llevaba y me dio una cosa de esas que identifica la cantidad, estábamos solos, yo me metí en un probador y me desnude. No habían pasado ni cinco minutos cuando le escuche mirar los probadores por si quedaban cosas por recoger y mirar si estaban decentes, abrí más de la cuenta mi cortina y me puse como a probarme unos pantalones cortos, le vi pasar por el espejo cuando se volvió y se quedó con la boca abierta, llevaba un par de perchas en la mano y se les cayó, yo me gire aun sin cerrar el pantalón y deje al descubierto todo mi pelo púbico.


  • Ostras que putada, ¿te ayudo?

  • No tranquilo, está bien.


El agachado recogiendo y yo delante de él subiéndome la cremallera y mirándome al espejo, no se podía ser más ridículo la verdad.


  • ¿Te gusta?

  • ¿El qué?

  • El pantalón, como me queda.

  • Con ese cuerpo todo te queda bien.


Su cara fue de un momento incómodo y vergonzoso, total, iba a darse la vuelta cuando.


  • Muchas gracias. ¿Te importaría decirme del otro y ya te dejo?

  • No sé, debo...

  • Venga si está esto muerto.

  • Venga rápido.


Entre al probador sin cerrar la cortina y me quité el pantalón, mientras le miraba por el espejo y su mirada se pegó a mi culo, que todo hay que decir, es bastante goloso, me gire y le deje admirar mis 12 cm de rabo en reposo y mis dos huevazos, se comenzó a rascar el pelo y las piernas le temblaban, me puse el pantalón y salí.


  • ¿Te gusta?

  • Mucho.

  • ¿El pantalón solo?

  • Sí, digo, no, digo...

  • Ven anda.


Le metí al probador y cerré las cortinas. Me bajé los pantalones y los dejé a un lado, me tenía desnudo delante de él y su cara era de terror.


  • ¿Cinco minutos?

  • Cinco minutos.


Le quité la camiseta y el mientras se desabrochaba el pantalón, en menos de 20 segundos lo tenía desnudo por fin delante de mí, me acerque a él con timidez (ahora claro), y le bese el pecho, él me coloco sus manos en la espalda y me atrajo hacia él, pego su cuerpo contra el mío y mientras me besaba el hombro deje caer mi cabeza en su hombro, los dedos de los pies se acariciaban como nuestros dedos de las manos en la espalda del otro, cerré los ojos y me deje llevar por su respiración, su olor, su tacto, mi rabo duro se colocó junto al suyo y nos dejamos llevar por el abrazo.


  • Que bien sienta esto.- le dije.

  • Muy bien sí.

  • ¿Querrás tomar algo conmigo?

  • Uhmmm.


Levante mi cara de su hombro y le mire la cara de risa que tenía.


  • Vale, estás de coña, muy gracioso.

  • Tengo que volver, ya sabes que sí, además de un culo más que sugerente, este rabo que ahora tengo en mi mano me parece lo más apetecible que me podría llevar a la boca.


Se agachó y me la lamió, me bajo el prepucio y me chupo el glande, me masturbo mientras miraba su mano, moverse al ritmo de mi pene y volvió a subir.


  • ¿Hoy te viene bien?

  • Uhmmm

  • Sabes y hueles muy bien.

  • Anda vístete y dame tu teléfono que te apunto mi número.


Voy de duro por la vida, pero luego me derrito con nada. Termino de vestirse y yo me quede ahí mirándolo mientras continuaba desnudo.


  • Escríbeme ahora y me dices donde quedar.

  • Vale, que pase rápido el turno.

  • Gracias.- me dijo mientras sus labios besaban uno de mis pezones.


Cerré de nuevo las cortinas y me senté en el banco, con el rabo en una mano y con el móvil en la otra. Suspire para mis adentros y de pronto la cortina se abrió de par en par y entro el de nuevo.


  • Esto está muerto y no puedo trabajar si no termino lo que empiezo.


Se agachó y se metió mi rabo entero, su nariz tocaba mi pelo púbico y continuo mamándomela hasta que sin más remedio y con lo excitante de la situación descargue toda mi leche en su boca, tras varios gemidos secos y un agarrón de su camiseta.


  • Ahora sí. Realmente deliciosa. Hasta ahora.


Y se fue de nuevo, tenía la polla limpia como la patena y brillante de su saliva, me incorpore como pude, pues las piernas me temblaban cosa mala y tras vestirme salí. Nada más salir del probador lo vi de lejos y me sonrió, le mandé un beso que él recogió con una mano y se lo coloco en los labios. Gestos como ese me vuelven loco.


Fueron tres horas, pero se me pasaron como un año. Tras mensajearnos quedamos en mi casa que estaba más cerca, vivía con dos compañeros de piso y en ese momento estaban en la Universidad.


Cuando sonó el telefonillo casi me da un infarto, lo descolgué y tras cerciorarme que era él lo abrí y me coloque en el umbral de la puerta.


  • Salir de trabajar y verte así es realmente lo mejor del día.

  • Ven aquí anda.


Lo agarré de la sudadera y lo metí dentro, cerré como pude la puerta, pues tenía su lengua ya metida en mí traquea y antes de llegar a mi cuarto los calzoncillos desaparecieron por arte de magia, nos tiramos en la cama y nos besamos apasionadamente mientras nuestras manos recorrían el cuerpo del otro desesperadamente por tocar lo más posible del otro. Su lengua era una locura de ritmo y pasión, le busque el rabo y me dejo hacer, mientras le besaba le masturbe lentamente y comprobé como su rabo era de un tamaño para mi perfecto, ni muy grande ni muy pequeño, pero gordo, con bastante prepucio y con un glande que incite a lamerlo sin parar, me separe de sus labios y me fui directamente a comerme ese rabo, se lo mame y pajee hasta que note como se corría en mi boca y aun así se corrió un poco más encima de él, ver eyacular tanto me pone muy cerdo, y él se corrió que daba gusto verlo.


  • Estamos empatados.- me dijo con su cara metida en mi axila.

  • Solo en mamadas.

  • Así es, ¿qué no te gusta?.- ahora sus labios rozaban mi lóbulo.

  • Pues rollo, dolor, asfixia, pipí y popo no.

  • Vale, yo igual.

  • ¿Activo o pasivo?.- le pregunté mientras me chupaba un dedo y buscaba su culo.

  • Me da igual, depende del día.

  • También igual.

  • ¿Tienes novio?.- me pregunto muy serio.

  • Ja, ja, ja que va, no.

  • Yo tampoco.

  • ¿Pero lo buscas?

  • Me dejo encontrar.- me sonrió y me beso.


Mi dedo encontró su ano y vamos que si lo encontró, tenía unas nalgas prietas y un ano bien rosadito y sin nada de pelo, mi dedo entraba y salía fácilmente.


  • Me encanta que me hagan eso, Uhmmm.

  • Con este culo creo que voy a trabajártelo mucho, voy a verlo de cerca.


Me di la vuelta y le abrí las piernas, me metí entre sus huevos y aun con un dedo dentro, me maraville de las vistas, le hice girarse y colocándome delante, me lo comí, el rabo me dolía de tanto morbo que me estaba dando, el suyo se lo comía entre comida de ano y metidas de dedos.


  • Fóllame ya por favor.


Me coloqué el condón y me puse lubricante en el rabo y en su ano, él abrió las piernas y bajo las caderas, me metí entre ellas y poco a poco me fui metiendo en él, era un culo bien avaricioso, no tardo en comerme el rabo, le agarre de las caderas y me lo folle como él me pidió de la manera más salvaje que pude, mis embestidas golpeaban sus huevos contra los míos y tras sentir una explosión en todo mi cuerpo note como la leche rellanaba el condón, baje hasta su espalda que bese entre suspiros ahogados y con pena la saque.


Una vez recuperado el aliento.


  • Realmente odio follar con condón.

  • Y yo, pero...- me decía con cara de seamos responsables.

  • Ya sí, lo sé.

  • Me gustas y si quieres nos hacemos la prueba y estamos tranquilos.

  • No es mala idea.

  • Pero solo si vamos a ser los dos.

  • Si ya me imagino.

  • Sí, es un problema con condón y ya está.

  • No si, solo que me puse a pensar chorradas.

  • Yo te digo lo que pienso, no busco nada más, no busco pareja, pero si con alguien conecto no busco a nadie más.

  • Vale, mañana nos la hacemos.


A veces es un tema complicado por qué claro lo acabas de conocer y a la vez te lo quieres follar a pelo y quieres que te folle a pelo, pero no está bien, y luego está lo de claro si me la hago y tú te la haces es solo para follar contigo, eso significa que no voy a follar con nadie más, pero bueno creo que son cosas normales que nos pasan y que es por miedos a lo desconocido o por miedo a lanzarnos al amor sin red.


Tras hacernos las pruebas continuamos follando con condón hasta que a la semana nos confirmaron que éramos los dos negativos. Salimos tan alegres del centro de salud que fuimos directos a su casa. Desde que nos hicimos la prueba hablábamos de lo que sería hacerlo sin condón y que nos gustaría más hacer. A los dos nos molaba mucho la idea de correrse y seguir follando, nos ponía mucho.


Ya en su casa nos desnudamos entre besos y lametazos. Caímos sobre la cama y buscando el culo del otro metimos un dedo ensalivado en él.


Estábamos en un 69 comiéndonos el culo del otro y ansiosos por metérsela también. Su comida era gloriosa, me metía los dedos y jugaba con su lengua al igual que yo con el suyo. El rabo me dolía y le di un poco con él en la cara. Me lo agarro y se lo metió en la boca mientras continuaba dilatándome el culo con varios dedos. Yo le comí los huevos y le dilaté disfrutando de su mamada.


Yo me dejé ser el primero en que me la metiera. Estaba con más ganas que de sí me llevaran aún parque de atracciones. Me puse a cuatro patas y sentí el frío gel caer por la raja de mi culo. Después noté su rabo pasar por toda ella y buscar mi ano. Apretó contra él y fue metiéndomela.


  • Joder aún no he metido casi nada solo el glande y ya se nota la diferencia que flipas.

  • Ufff yo solo noto que tienes una polla muy grande, ja, ja, ja.


Me acaricio el culo y luego llevo sus manos a mi espalda. Fue penetrándome y fue como sentir meterte un calabacín. Ya me la había metido otras veces, pero esa vez estaba menos dilatado, supongo.


  • Para...

  • Lo siento...

  • Joder es que hoy te la siento enorme, es como si me fueras a partir en dos.

  • La saco y me follas tú.

  • No, no, solo espera un poco.


Bajo y me beso el cuello. Gire la cabeza buscando su boca y me beso.


  • De verdad que sí...

  • Bésame y métela muy muy muy lentamente.


Con su lengua metida en mi boca disfruté de ella y fui relajando el esfínter. Poco a poco se fue introduciendo en mí hasta que ya toda dentro sonrió y me beso la cara.


Fue muy lentamente hasta que noto que ya no me molestaba. Y así era, sentía el calor de su polla en mi culo y estaba más excitado que en toda mi vida. Él gemía y no paraba de decir “joder que gusto”. Me busqué la polla y me la pajee. Él tenía las manos agarrándome fuerte de las caderas y sus embestidas cada vez iban de más a más. Me agarro de los hombros y metiéndomela hasta el fondo, grito mi nombre y me lleno de lefa. Cayó sobre mí sin sacarla y me beso la espalda. Busque de nuevo su boca y nos besamos.


  • Ahora disfrútalo aún más.- le dije moviendo el culo de adelante atrás.

  • Ufff esto es demasiado... te va a encantar... joder que gusto...


Me continuó follando tras correrse y aunque yo sentía el culo como un bebedero de patos, mereció la pena por él y por como me acariciaba y me penetraba contándome cada sensación.


  • Te toca.


Se tumbó boca arriba y agarrándose de las piernas me dejo vía libre a su culo. Me agaché un momento y se lo comí. Subí y le comí la polla que la tenía bien roja y llena de lubricante sabor a limón. Le rechupetee hasta los huevos y le puse lubricante en el ojal.


  • ¿Así está bien?- le pregunté.

  • Sí, si eso luego ya me las coges tú o las pongo sobre tus hombros.

  • Vale.


Le abrí el culo con las manos y disfrutando de las vistas divisé su ano y fui directo.


  • ¡Joder!


Madre mía, la sensación fue tan espectacular que casi me corro si aún metérsela entera. Lo bueno que él dilataba mejor que yo, bastante mejor. Se la metí de lleno y él me miraba mordiéndose el labio y gimiendo. La saque casi del todo y volviéndosela a meter creí ver el cielo cubierto de estrellas fugaces. Le agarré la polla que aún seguía como un mástil y le masturbe al ritmo de mis penetraciones.


  • ¿Qué tal?.- le pregunté.

  • Increíble.- me dijo sonriendo como nunca antes lo había hecho.


Me acerqué a él poniendo mis manos al costado de su cara y lo besé. Creo que nos besamos de manera diferente. Nuestros movimientos nuestra manera de entregarse al otro fue diferente y extremadamente tierna. Me aparté para contemplar su cara mientras le continuaba follando y fue genial. Se ruborizó y se tapó la cara. Bese sus manos y volviendo atrás le cogí las piernas y me las lleve a los hombros. Le besé las piernas, los pies y disfrute de ese primer momento como nunca había hecho con nada.


Me corrí, vamos que si me corrí. Literalmente le llené el culo porque estuvo un buen rato saliéndole leche. Disfrute tras correrme de follarlo más y más. Él se volvió a correr mientras me miraba y yo le sonreía como un tonto. Y ahí, tras follar por primera vez sin condón, siendo responsables, nos enamoramos.



                                                     FIN





En BlancO y Negro