10.6.23

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ReLATo. El hijo de mi hermana, 5ª parte.






 VIERNES


Tras no sé cuantos días nos vestimos. Los dos nos miramos y nos sentimos raros.


  • No me gusta estar vestido.- me dice Miguel poniendo su típica cara de puchero.

  • Ni a mí. En casa podremos estarlo toda la vida.


"No pienso antes de hablar"


Miguel se acerca despacio hacia mí y mirándome me besa. Es un beso diferente a todos. Se separa de mí y agarrándome de la mano, me dice:


  • Estoy listo.

  • Vamos.


Acaban de llegar Cesar y su hija Andrea, mi hermana llegará en unas horas. Nos saludamos, les dejamos que se aposenten y nos sentamos en la terraza a tomar el aperitivo.


Antes de comer oímos la puerta y es mi hermana. Entra como siempre echa un alboroto y tras dejar sus cosas nos sentamos a comer.


Miguel me mira, yo le miro, sonreímos y a la vez tenemos ambos el estómago del revés.


Tras terminar la comida sacamos un postre y el café. Andrea está en el agua y Cesar y mi hermana charlando. Miguel se pone de pie y yo a su lado sentado.


  • Mamá, tío Cesar, tenemos que hablar de un asunto.


Lo dice tan serio que hasta yo me acojono. No soy capaz de mirar a mis hermanos, solo miro a Miguel y las piernas me tiemblan.


  • Debo deciros que ha pasado algo inesperado y tras mucho meditarlo no hay marcha atrás.

  • Que es hijo, me estás asustando.

  • El tío julio y yo estamos saliendo.


"BOOM"


Le caen algunas gotas de sudor a Miguel tras decir eso. Busca la mirada de su madre, pero está esta con las manos en la cara chillando mi nombre. Yo me levanto y me pongo junto a Miguel. Cesar también grita mi nombre y ambos se levantan como con ganas de pegarme. Miguel se pone delante y les pide que se sienten.


  • Haya calma. Sabemos que esto es algo que nunca en la vida os esperabais, en realidad nosotros tampoco, pero ha sucedido.

  • Pero hijo...es tu tío...

  • Mama lo quiero y él a mí.

  • Pero...es...

  • Si lo sé, pero una cosa no quita la otra y ya sé lo que vas a decir de la edad.

  • 20 años Miguel, ni siquiera tú tienes los veinte...

  • Lo se mama, no nos importa.

  • ¿Has abusado de él siendo menor?.- me grita Cesar.

  • Nunca.

  • Es verdad, hasta que no cumplí los 18 no paso nada y porque yo quise él sabía que esto iba a pasar.

  • Y aun así seguiste follándote a mi hijo... a tu sobrino... por dios...


"No está pasando nada que no esperara"


  • Vamos a intentar relajarnos un poco y hablarlo como personas adultas, por favor.


Mis hermanos se miran y se abrazan llorando. Madre mía, esto ha llegado a un punto demasiado dramático.


  • Entiendo que os va a costar entenderlo, creerme por favor cuando os digo que esto es algo que no busque, sucedió y tras mucho hablarlo sabemos lo que queremos.- les digo con toda la calma posible.

  • Además, mama me voy a ir a vivir con él.


"BOOM BOOM"


  • Esto es ya la reostia, no solo te lo tiras, sino que además te lo llevas... dios... qué pesadilla de día...no aguanto más me voy.


Miguel intenta acercarse a ella, pero es imposible, esta muy nerviosa y le pega golpes en el brazo de rabia. Miguel intenta tranquilizarla hasta que ella cae en sus brazos y rompe a llorar.


  • Hijo mío...


Cesar se acerca a mí y yo me alejo.


  • No te voy a pegar. ¡Lucia sal del agua y sécate que nos vamos!

  • No es necesario que os vayáis.

  • Si sí que lo es. No puedo estar ni un minuto más aquí mirándote y sabiendo lo que has hecho, por dios Julio...

  • Cesar de verdad que no es lo que imaginas.

  • Y que es, ¿amor?. No me hagas reír. Tú tienes 38 tacos y el 18. Tú sabes bien lo que haces, pero él aún esta... joder Julio. ¡Que te seques y recojas Lucia!

  • Hay amor, mucho.

  • Adiós Julio.


Mi hermana está hablando con Miguel dentro. Yo me quedo fuera roto por dentro. Al cabo de unos minutos siento su mano sobre mi hombro. Me acaricia el cabello y poniéndose sobre mí me abraza y rompe a llorar.


  • Se va también...no me deja... explicarla que...

  • Lo sé mi amor...


Los dos abrazados y llorando oímos como se cierra la puerta de un golpe y al cabo de unos segundos ambos coches arrancan y se van.


Pasan las horas y no podemos despegarnos. No queremos.


A la mañana siguiente me levanto hacer un pis y miro a Miguel como duerme durante unos segundos.


"Merece la pena"





FlAcIdA











 

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