16.9.23

EmPaLmAdO











 

Relato. Mi MeS dE vAcAcIoNeS 11ª parte

 




DÍA 14


Estoy en mi casa que ya era hora, si lo llego a saber no pago un duro por alquilarla, pero bueno tampoco era plan y antes de venir no tuve tanta suerte como ahora.


Estoy sentado en el sofá leyendo de lo más a gusto. Me rasco la polla de vez en cuando y me la descapullo otras tantas.


Oigo la verja y entra Jorge.


  • Hola vecino, te veo fatal.

  • Ja, ja, ja, anda ven siéntate.

  • Voy espera.


Trae una bolsa. Le oigo trastear en la nevera y con dos cervezas en la mano viene, se quita el bañador y se sienta a mi lado.


  • ¿Y Héctor?

  • Currando.

  • Vaya y eso que libraba ayer y al final tuvo que ir.

  • Si la verdad que al pobre le llevan un tute que para que, aunque me ha dicho que luego quiere contarme algo.

  • Uhmmm...

  • Ja, ja, ja. ¿Qué tal tu madre?

  • Bien en la piscina, dice que te vengas a comer.

  • Vale.

  • Oye, aunque tú y Héctor estéis... aún tú yo podemos...


Alargo la mano y le agarro la polla que la tiene medio morcillona.


  • Podemos.


Me incorporo y antes de meterme su polla en la boca le doy un buen trago a la cerveza. Le masturbo con calma mientras se la como y durante un buen rato en ello estoy.


Siento que se corre y que me llena la boca de su lefa, se la relamo y subo a comerle la boca aun con lefa en los labios.


  • Uhmmm que bien me sabe.

  • La verdad que sí.

  • ¿Quieres?.- me pregunta buscando mi polla dura.

    No le respondo, únicamente me pongo cómodo para que me la agarre y me masturbe mientras me besa.


Al final me corro en su mano mientras no dejamos de besarnos. Baja hasta mi polla y me la relame hasta que no queda nada. Sube y como yo antes me da un beso lleno de lefa por toda su boca.


  • También me gusta la mía.

  • Y a mí.


Dejamos nuestras pollas por un rato y nos tomamos las cervezas y charlamos.


Sobre la una y media vamos a la piscina en busca de su madre, pero no está. Vamos a casa de Jorge y está metida en la cocina.


  • Ya estamos aquí, mama.

  • Hola chicos, qué alegría verlos.


Comemos los tres la mar de a gusto en la terraza. Después, tras la comida, el postre y unos chupitos, su madre y Jorge van a echarse la siesta y yo me voy a mi cama.


Me despierto sobre las siete y veo varias llamadas perdidas de Héctor. Lo llamo.


  • Hola cariño, perdona, lo tenía en silencio.

  • Tranquilo. ¿Estás en casa?

  • Sí.

  • Voy en media hora.

  • Vale.

  • Tengo buenas noticias, prepara varios condones que quiero que me hagas ver las estrellas.

  • Uhmmm... ya la tengo durísima solo de pensarlo.

  • Y yo, ja, ja, ja.


Héctor entra en casa y lo primero que hace es desnudarse. Lo abrazo y lo miro.


  • Tienes cara de cansado.

  • Lo estoy, pero se acabó.

  • ¿Y eso?

  • He contratado a dos personas más, ya no solo por mí, sino por todos. Tenía que haberlo hecho hace mucho, pero ya sabes, números.

  • Ya.

  • Han comenzado hoy y bastante bien. Iré mañana también y hasta el martes no pienso aparecer.

  • Ole...


Lo abrazo fuertemente y le beso mucho por el cuello mientras él intenta que no lo haga entre risas.


  • Quiero estar contigo más tiempo.

  • Te como la cara, la polla, los pies...

  • Ja, ja, ja. Es la primera vez en mi vida que conozco a alguien del que... bueno... ya sabes...

  • ¿Te gusta?

  • Me he... enamorado.


BOOM. El corazón me acaba de estallar y me sudan la planta de los pies muchísimo. Le agarro la cara con ambas manos y le beso.


  • Yo también estoy enamorado de ti.- le digo sin dejar de sonreír como un idiota enamorado.


Suspira y me besa. Me abraza y me besa. Le miro y tiene los ojos llorosos. Le abrazo y le beso.


  • Ven vamos.


Me agarra de la mano y me hace subir a mi cuarto. Se tumba sobre la cama y me pide que me ponga a su lado. Nos pegamos el uno al otro y continuamos besándonos mientras nuestros rabos se acarician.


  • Fóllame, pero sin dejar de besarme, por favor.- me dice con una cara que casi me da un ictus.


Se separa de mí un poco y agarrando el lubricante se pone en el ojete. Yo me pongo un condón y lubricante. Héctor levanta las piernas y agarrándole de la planta de los pies se la meto con suavidad. Voy hacia él y él enlaza sus piernas en mi cuerpo. Le beso mientras le penetro y no dejo de hacerlo hasta que se corre sin tocarse y yo al rato. No sé cuanto tiempo estuvimos así, pero fue lo más hermoso que haya vivido nunca.


Salgo de él y tiro el condón a un lado. Me pongo a su lado y le beso mientras le acaricio.


  • Gracias.- me dice susurrando y cerrando los ojos.

  • A ti, siempre a ti.

  • Me despiertas en una hora.

  • Claro mi amor.


Me pego bien a él y agarrando el móvil como puedo pongo la alarma.


DÍA 15


No sé cómo, pero no sonó la alarma. Me despierto y es de noche. Miro el móvil y son las seis de la mañana. Miro a Héctor y está plácidamente dormido. Me separo un poco de él y ronronea. Me hace reír eso.


Me doy una ducha y preparo el desayuno. Subo y dándole besos por todo el cuerpo consigo despertarlo.


  • No...

  • Amor son las siete menos cuarto.

  • ¿De la mañana?

  • Sí.

  • Joder. ¿Y la alarma de ayer?

  • Ni idea, no sonó.

  • Bueno mejor.

  • Sí.

  • ¿Te has duchado?

  • Si y he preparado el desayuno.

  • Jooo eres el mejor. ¿Te duchas de nuevo conmigo?

  • Claro.


Todo esto me lo está diciendo con los ojos completamente cerrados, me da tanta ternura que me dan ganas de gritar de felicidad.


Después de hacerme una mamada increíble en la ducha y de ducharnos, desayunamos tranquilamente en la terraza.


  • Que bien se está aquí.- me dice entre mordisco y mordisco de una tostada con aguacate y tomate.

  • La verdad que sí, lo voy a echar de menos.

  • En Madrid como es tu casa.

  • Pues una casa normal. Es un piso a las afueras de Madrid. No es muy grande, pero está bien iluminado. Es una planta séptima y tengo un gran balcón que me da la vida.

  • Tengo ganas de conocerlo.

  • Y yo de que vengas.


Nos besamos.


Héctor se fue a trabajar y yo me fui a la piscina hacer unos largos. Sobre las diez me tumbé al sol que ya pegaba de lo lindo hasta que escuche la risa de Jorge.


  • Hombre que bueno verte.

  • Hola.

  • Mi madre me dice que te has cogido el mejor sitio.

  • Dile que es todo suyo.

  • No tranquilo si allí está bien con sus amigas.

  • ¿Te apetece ir a la playa?

  • Vale. ¿Ahora?

  • No después de comer.

  • Claro, paso por tu casa, ¿sobre las cuatro?

  • Perfecto.


Recogí y me metí en casa a recoger, poner lavadoras y dejar comida preparada.


Sobre las cinco ya estábamos en una cala nudista plagada de gente. Encontramos un hueco y tras plantar la sombrilla nos fuimos al agua. Nadamos, jugamos a las palas y luego cada uno estuvo leyendo un rato a su rollo.


  • Hola amor.

  • Hola cariño, ¿qué tal?

  • Bien, aquí en la playa con Jorge.

  • Que bien vives.

  • Cierto.

  • Pasáis luego a cenar a casa.

  • Claro.

  • Un beso.

  • Otro. Te mando mensaje cuando salgamos y dime si hay que comprar algo.

  • Nada hice ayer la compra por Internet y me acaba de llegar.

  • Guay.

  • Hasta ahora.

  • Un beso.


Sobre las nueve estábamos llegando a su casa. Soltamos los trastos y nos fuimos directos a la ducha. Tenía una ducha tan grande que cupimos los tres sin problema. Nos manoseamos y nos las cascamos hasta que dejamos la mampara de la ducha llena de lefa.


Cenamos y follamos los tres. Jorge se quedó dormido y Héctor y yo bajamos a la piscina. Estuvimos nadando y besándonos. Nuestros labios se buscaban constantemente y nuestras pollas también. Me metí debajo del agua para chupársela hasta que por poco me ahogo y me tuve que salir.


Empapados, caímos sobre el sofá y sentí mi polla entrar en Héctor.


  • Sin condón...no... deberíamos...

  • Solo meterla y sacarla.

  • Ok.


Y así fue. Después la saco y buscando un condón me lo puso y se volvió a sentar sobre mí. Apoyo los pies sobre el sofá y en cuclillas me comenzó a follar y a besarme. Paro y por un momento creí levitar. Doble las rodillas y se la metí hasta el fondo. Me susurro al oído que le diera con todas mis fuerzas y eso hice. Sentí su lefa llenarme el pecho y yo a la vez llenar el condón. Se levantó y haciéndole un sitio se tumbó a mi lado cara a cara.


  • Te quiero Ricardo.

  • Y yo a ti Héctor.


Nos fundimos en un abrazo y allí nos quedamos dormidos.





CoN PREpUcIo