26.2.22

RELATO. Cuando me enamore de su polla.

 


Tenía 19 años cuando me enamore de su polla. La polla en particular era la de mi mejor amigo Tomás. Tomas y yo éramos amigos desde la guardería. Hubo unos años en lo que yo cambie de colegio, pero luego volví, el caso es que hemos estado siempre juntos. Nos molan los videojuegos, el baloncesto y ahora nos flipa salir de fiesta.


Le vi la polla desde pequeños, además él nunca ha tenido ningún pudor en enseñármela. Yo siempre le decía que le gustaba más enseñarla que otra cosa, y él asentía y me hacía mirar como su polla daba vueltas.


Según fuimos creciendo hubo una época en la que nos volvimos más tímidos con el tema de nuestros cuerpos, hasta que pasaron unos años y volvimos a las andadas.


Nunca nos hemos pajeado el uno al otro, pero sí que nos hemos pajeado en pelotas en la casa de uno o de otro. Ver nuestros rabos bien empalmados y soltando precum nos flipaba a la vez que nos ponía muy cachondos. No teníamos la sensación de hacer nada malo, ni de ser maricas ni nada de eso. Solo nos molaba masturbarnos juntos.


Pasaron los años y nuestros cuerpos ya bien formados continuaban con las mismas rutinas, aunque algo cambio un día.


Estábamos de fiesta en casa de unos amigos cuando me meaba mazo. Me levanté y fui al aseo, entre y me encontré a Tomás meando.


  • Pasa tío.

  • No tranqui espero que termines.

  • Pasa anda, si con lo borracho que voy me cuesta un poco.


Allí estaba mi amigo con los calzoncillos y los pantalones por los tobillos agarrándose la polla flácida e intentando mear.


  • Venga va.


Me acerque a él y poniéndome a su lado me la saque.


  • ¿Ahora te da vergüenza de que te vea la polla?

  • Que dices, noooo...


Me baje los pantalones y el bóxer y me la agarre para mear.


  • Siempre tuviste una buena polla Luis.

  • Anda cállate y mea que me desconcentras.

  • Lo siento solo quería quitar intensidad al momento.

  • No hace falta que lo sientas.

  • Vale.

  • Oye vas a mear o te la vas a cascar.

  • Creo que cascar.


Como no meaba ni él ni yo él se comenzó a bajar el prepucio y a sacar el glande, en menos de un minuto ya la tenía morcillona y yo de verle también. Se la había visto muchas veces, pero esa vez me quede observando como se la ponía bien dura.


  • Hacía tiempo que no nos la cascábamos juntos.- me dijo.

  • Es cierto.


Yo también la tenía cada vez más empalmada, estábamos uno enfrente del otro con los rabos bien duros y casi tocándonos con el glande.


  • Joder estoy hipercachondo.

  • Y yo también Luis.


Tomas se apoyó en la pared y mientras se masturbaba cerro los ojos. Yo nada más veía como bajaba y subía piel y un sudor frío recorrió mi cuerpo. Me quité la camiseta y acercándome a la puerta puse el pestillo. Me coloqué delante de Tomás y tocándole la mano abrió los ojos.


  • ¿Qué pasa?

  • Nada, ven déjame.

  • Tioooo...


Resoplo pero la soltó. Sé la agarre y comencé a masturbarlo con mucha delicadeza. Con la otra mano me masturbaba y estaba a punto de echar vapor por la cabeza. Mateo apoyo la cabeza en la pared y cerro los ojos de nuevo.


  • Joder Luis que bueno.

  • ¿Te gusta?

  • Si joder mucho…

    Sonreí para mis adentros y agachándome me la metí en la boca de lleno. Sentí su pelo púbico en mis labios y sacándomela me la volví a meter. Sabía tan rica, dulce y amarga, diferente a un coño en muchas cosas. Tomas seguía resoplando y gimiendo, sus manos fueron a mi cabeza intentando que no me la sacara, que continuara haciéndole una mamada. Era mi primera mamada a un tío, alguna vez soñé con ello e incluso estuve a punto de hacerlo una vez pero no surgió. Y ahora aquí estaba chupándosela a mi mejor amigo y disfrutándolo como nunca lo había hecho con nada ni nadie.


  • Joder Luis creo que me corro… Ahhhh...

  • Córrete...

  • ¿En tu boca?

  • Si joder...

  • Que morbazo Luis...ahggg...


Comenzó a soltar lefadas en mi lengua y algunas llegaron hasta mi campanilla. No deje de chupársela aunque él me suplico que parara. No podía parar, la mezcla de ese olor, de su piel, y ahora ese sabor a su lefa me tenía embriagado. Por fin la solté y mirándola me quede prendado.


  • Joder Luis ha sido...

  • Una buena mamada.

  • Se me ha ido hasta el pedo... joder...

  • Me gusto.

  • Y a mí, ¿puedo?

  • Claro.


Bajo la tapa del váter y se sentó. Con sus manos grandotas me acerco a él poniéndolas en mi culo.

  • Nunca pensé que fuera a hacer esto.

  • Ni yo.


Primero saco la lengua y me lamió la raja mientras me tocaba los huevos. Después bajo y subió prepucio mientras hipnotizado de como me salía precum paso un dedo y se lo llevo a la boca.


  • Está bueno.

  • El tuyo increíble.


Me la agarro con fuerza y bagándome del todo el prepucio dejo al descubierto mi glande palpitante y acercándose con la boca bien abierta se la metió. Intentó metérsela entera como yo había hecho con la suya, pero le fue imposible. No la tengo enorme, pero unos 5 cm más que el sí, además de un pelin más gorda. Aun así no paro de mamármela y chupármela. Con una mano me acariciaba el culo sin parar y con la otra me masturbaba bien desde abajo. Con la boca me la mamaba como si mil pollas se hubiera comido. Entre el pedo y el haberle comido la polla a él no salía de un eterno disfrute mental y sensitivo. Notar sus manos tocarme como lo hacían, sus labios rodeando mi polla, su boca caliente, un todo que lo hacía lleno de magia y excitación.


  • Tomas tío que bien la chupas.


Me miro sin sacársela de la boca y me sonrió con la mirada. Con los brazos detrás de mí, disfrute de como Tomás cada vez cogía más practica y me hacía la paja-mamada de mi vida. Aguante todo lo que pude hasta que al final explote en su boca.


  • Perdona...ahhhh...no me ha dado tiempo...ahhhh


No le pareció importar lamia y me pajeaba sin parar deseando que me saliera toda la lefa posible. Continuo mamando y pajeandome aun habiendo terminado de echar lefa. Se le veía tan entregado y disfrutando tanto que me aguante las ganas de que parara por unos segundos.


  • Vaya...

  • Vaya sí.


Aún seguía con mi polla en la mano y mirándola.


  • Es increíble.

  • ¿El que?

  • Pues tu polla, la he visto crecer igual que a ti.

  • Y yo a la tuya, además me la enseñabas mazo, ¿te acuerdas?

  • Claro que me acuerdo.

  • Ahora somos hombres con polla de hombre.



Se levantó y cogiendo su polla y la mía juntas me beso. Me pillo totalmente desprevenido. Abrí la boca y me dejé llevar por su lengua que hacia nada había estado comiéndose mi polla y deleitándose con mi lefa. Soltando nuestras pollas nos abrazamos y continuamos besándonos sin parar. Lo apoyé sobre el frío mármol de la pared del baño y lo besaba y lo acariciaba sin parar, igual que él a mí. Nos desnudamos del todo y abrazándonos nos reímos y volvimos a besarnos.


TOC TOC


  • ¡Tíos que hacéis ¡Salir, ya que me meo…!





    • Joder es Juan.- me dijo al oído.

    • ¡Juan salimos enseguida!

    • Venga tíos que me meo.

    Entre risas nos vestimos y salimos colorados como dos grandes tomates de la huerta.

    Salimos y cada uno se fue para un lado distinto, pero aunque estábamos separados siempre terminábamos encontrándonos con la mirada y sonriendo bobamente.

    La fiesta llegaba a su fin y solo quedábamos unas 8 personas en los sofás. Tomas apareció con un par de birras y se sentó a mi lado.

    • Hola.

    • Hola, ¿quieres?

    • Venga la última, que no paro de mear.

    • Ja, ja, ja.

    Entre risas, bromas con los colegas y el alcohol en vena nos fuimos relajando y sin darnos cuenta terminamos cogidos de la mano y Tomás apoyado en mi hombro dormido.

    • Luis, algo que contarnos.

    • Pues...-mire a Tomás y le di un beso en la frente.- Cuando sepa algo más os lo diré.

    • ¿Estáis juntos?

    • No lo sé.

    • ¡Qué fuerte!

    • Si es todo un poco fuerte.

    • Bueno ir a vuestro rollo y ya se verá.

    Agradecí la comprensión porque realmente estaba hecho un verdadero lío. Notaba su calor sobre mí, su respiración en mi cuello y no paraba de pensar en su polla.

    • Subiros a la habitación, os he dejado allí todo.

    • Jo muchas gracias. Tomas venga vamos a la cama.

    • Noooo...

    • Siiii... venga que pesas como un oso ayúdame...

    • Vaaalee...

    Medio dormido se subió conmigo y cayó en la cama literalmente. Hacía calor y la ropa le olía a tabaco que daba náuseas. Le quite toda la ropa y le deje en slip. Como pude tras desnudarlo lo acomode y por fin resople. Me desnude del todo y me metí en la cama, estire la mano y la lleve a su brazo, lo acaricie de arriba abajo. Me acerque a su cara y le bese la punta de la nariz, de una forma muy graciosa se movió y se la rasco. Me puse modo fetal delante de el y cerrando los ojos me dormí.

    • Luis... Luis... Luis...

    • Que...

    • ¿Tioooo que hora es?

    • Y yo que se mira el móvil.

    • No tengo ni la más mínima idea de donde puede estar.

    • Espera.

    Busque en mis pantalones y saque los dos móviles.

    • Toma.

    • Gracias.

    Se acercó a mí y me planto un beso en los labios.

    • Perdona.

    • Tranquilo me gusto.

    • Y a mí.

    Dejo caer el móvil y acercándose a mí me quito el pelo de la cara y me beso. Os debo reconocer que nuestro aliento era asqueroso, pero el beso fue infinitamente mejor que cualquier otro. Sus labios se adaptaron a los míos, nuestra piel se pegó a la del otro y las respiraciones comenzaron a elevarse.

    Acercándose más a mi pego su paquete al mío dándose cuenta de que no llevaba nada.

    • Pillin...

    • Ja, ja, ja...

    Se quitó los slip y acercándose pego su rabo al mío mientras nuestras manos locas buscaban más y más piel para acariciar. Nuestros labios ardientes deseaban morder al otro. Su mano fue directa a mi entrepierna y agarrándome la polla comenzó a pajearme. Solté un quejido seguido por un beso que me lo ahogo. Busque su cuello y lo bese. Su mano continuaba con mi polla dura y cada vez más palpitante. Aún estábamos bajo las sabanas, alargue la mano y de un tirón la quite, dejándonos al descubierto nuestros cuerpos desnudos y empalmados.

    • ¡Madre mía!

    • ¿Qué?.- se asustó Tomás.

    • Menudo pollón gastas por la mañana...

    • Ja, ja, ja, que susto capullo...

    Soltando mi polla se lanzó sobre mí y besándome me devolvió al momento.

    • ¿Te gusta mi polla?

    • Mucho.

    • ¿Más que yo?

    • Pues...

    Comenzó hacerme cosquillas y casi me caigo de la cama.

    • Me gustas tú y estoy enamorado de tu polla.

    • ¡Que!

    • Eso que me gustas tú, pero tu polla me tiene enamorado.

    Me agaché y sé la agarre. La tenía a un palmo de mi cara. Comencé a masturbarlo mientras le decía.

    • Me chifla, me hipnotiza y me parece bellísima.

    • La tuya también lo es.

    • Si no está mal.

    • Que no está mal dice, si tienes un pollón.

    • No se trata de un pollón, sino que me enamore de ella, ¿te molesta?

    • No para nada, me hace gracia.

    • También creo que lo estoy un poco de ti, tal vez siempre lo estuve.

    • Ven aquí anda.

    Me coloqué a su lado y haciéndonos un lazo hablamos.

    • Yo creo que también de ti.

    • Que fuerte.

    • Muy fuerte, nunca pensé que me fueran los tíos.

    • No tengo muy claro si me molan los tíos o solo me molas tú.

    • ¿Eso puede ser?.

    • Claro, mi madre tiene unas amigas bolleras y una de ellas está enamorada de la otra, pero únicamente le gusta ella, de normal mira más a los tíos que a las tías.

    • Vaya...

    • Anoche estos nos vieron acurrucados en el sofá.

    • Que les dijiste.

    • Que no sabía nada.

    • Es la verdad.

    • ¿Qué somos Tomás?

    • Amigos y ahora Luis y Tomás conociéndose sexualmente y lo que surja.

    • Vaya…

    • Te mola la idea.

    • Me molas tú Tomás.

    • Y tú a mi Luis, además también estoy enamorado de tu polla, ja, ja, ja.

    • Ja, ja, ja.

    Entre risas nos buscamos los rabos y nos deleitamos masturbando al otro. Nos besábamos y nos acariciábamos mientras la polla del otro palpitaba en su mano. Nos corrimos casi a la vez entre gemidos y muchos suspiros. Terminamos pegando nuestro cuerpo al del otro. Sintiendo la lefa que hacía como de pegamento y nuestro beso el broche de algo que acababa de comenzar.

                                                                        FIN





PeCtOrAlEs