ArtE gRaFiCo HoMOSexUAL

 

ReLaTo. PaPa y yO, 3ªparte.

 Una vez en casa nos duchamos cada uno por su lado y, mientras él terminaba, calenté la comida y después comimos tranquilamente viendo la televisión. Ni hablamos entre nosotros; supongo que teníamos muchas cosas en las que pensar.

• ¿Me das una calada?

• ¿Desde cuándo fumas maría?

• Desde ahora.

• No sé yo...

• Porfa.

• Toma, pero solo dale dos y a la cama.

• Vale.

Le paso el canuto y le da dos caladas seguidas y enseguida se pone a toser. Me río y me lanza una mirada de odio; me río aún más, me pasa el canuto y se va. Le doy dos caladas y entro, voy a mi cuarto y me lo veo allí en mi cuarto sobre mi cama, boca arriba y en todo el medio.

• Ehmm...

• Perdona, me aparto un poco.

• ¿Vas a dormir aquí?

• ¿Te molesta?

• No que va.

Se echa a un lado y me tumbo a su lado; noto que me mira y yo le miro a él. Mi polla, como va por libre, comienza a ponerse tontorrona, pero no le hago ni caso. Igualmente, se va levantando y descapullando. Cierro los ojos y, de pronto, siento que me la acarician. No abro los ojos; su dedo va desde mis huevos hasta la punta y ya la tengo completamente dura. Se mueve la cama y siento cómo me la agarra para masturbarme; me baja el prepucio hasta bien abajo, dejando el glande totalmente descubierto, y vuelve a empezar, todo muy lentamente; me encanta.

Continuo sin abrir los ojos, su mano va de arriba abajo y yo comienzo a agitarme del placer. De pronto siento como deja su mano en la base y su lengua lamiéndome de arriba abajo; suspiro y abro los ojos para directamente encontrarme con los suyos. En ese momento me sonríe y abre la boca para meterse mi polla en la boca e intenta tragársela entera, pero le dan arcadas, se la saca y me mira.

• Todo es practicar —le digo.

• Tendré que practicar mucho —me contesta sonriente.

Me incorporo y le hago un placaje que lo llevo al otro lado de la cama y lo dejo boca arriba; me meto entre sus piernas y, agarrando su polla, me la meto en la boca y hasta que no toco labios con su vello púbico no paro de metérmela y una vez allí se la mamo solo de garganta, me la saco y le miro.

• Joder, qué polla...

• Ufff... me has puesto...

• ¿Cachondo?

• Mucho.

• —Pues esto es solo el principio —le digo sonriente.

Le comí la polla durante un buen rato y, aunque estuvo varias veces a punto de correrse, conseguí que no lo hiciera.

• Date la vuelta y ponte a cuatro patas.

• Vale...

• Así, muy bien, abre un poco más las piernas.

• ¿Me vas a follar?

• Aún no, quiero hacerte algo para que luego me lo hagas tú a mí.

• ¿El qué...?

No le di tiempo a terminar cuando ya tenía mi cara metida en todo su culo. Se lo abrí con ambas manos y jugué con su ano, se lo lamí y besé, le metí la lengua hasta donde pude y mi hijo solo gemía y decía: "Joder y Dios mío". Yo sonreía mientras no dejaba de comérselo, bajé un poco y le chupé los huevos, tiré de su polla hacia atrás y se la chupé.

• ¡Joder!

Subí con la lengua desde la punta hasta su ano y una vez allí escupí con fuerza y con el dedo jugué con su ano un buen rato, hasta que decidí meterle un dedo y entonces el grito de placer e iba a sacarlo cuando me pidió que no lo sacara nunca y comencé a trabajarle el culo con un dedo y luego con dos y hasta casi con tres y mi polla babeaba al igual que la suya.

• Date la vuelta.

• Jooo…

Agarre su polla y se la comí echando bien de saliva, me metí un dedo por el culo para comprobar y, acercándome con la mano libre a la cajonera, la abrí y rebuscando encontré el bote de lubricante, lo abrí y me puse en el ojete, para después sacarme la polla de la boca y subirme sobre él. Agarre su polla y me la fui metiendo por el culo hasta que la tuve toda dentro y me dejé caer y mi hijo me miraba expectante y más cachondo que en toda su vida.

• Te acabas de meter mi polla por el culo.

• Así es.

• Creí que me la meterías tú a mí.

• Hoy te han hecho tu primera mamada, tu primer beso negro; creo que esto me tocaba a mí.

• Tienes razón.

Apoyo los pies en el colchón y comienzo a moverme de arriba abajo y los ojos de mi hijo casi se le salen de las órbitas.

• ¡Dios mío!

• —Yo sí que estoy viendo a Dios —le digo, echándome hacia atrás, apoyándome en una mano y con la otra masturbándome.

• Joder, papá, qué polla y qué cuerpo tan bonito tienes...

• Gracias, hijo, ahhh, mucho gimnasio.

Suelto mi polla y él me la agarra con fuerza; me masturba a la velocidad que yo me meto y saco la suya.

• —¿Te gusta? —le preguntó.

• Gustar es...ahhh...poco.

• No sabes cómo me alegro...ahhh...

• Creo que esta vez no voy a poder aguantarme...ahhh...

• Correte...correte dentro de mí... ahhh...

Subo y bajo con fuerza y siento como mi hijo se corre dentro de mí y eso que le vacié los huevos en la playa, pero aun así se nota que es un buen lechero. Continúa masturbándome y le aviso que me corro; él acelera la paja con mi polla y comienzo a correrme por todas partes. Me dejo caer sobre su polla y siento como se mete la mía en la boca y me la chupa, qué elasticidad.

Se la saca de la boca y me lo quedo mirando con cara de satisfecho aun con mi polla en la mano, la acaricia suavemente y me crea mucha dulzura, me inclino hacia delante muy despacio y le levanto la cabeza para que me mire desde el mentón, me mira y sus ojos son fuego y los míos también, junto mis labios a los suyos y nos besamos, abro la boca y el también, siento como sale su polla de mi y como de mi ano comienza a salir su lefa, me da igual, estoy concentrado en ese beso, en sus manos acariciándome la cabeza, ahora la espalda, ahora el culo, me separo un momento de el como sin oxigeno y pasa un dedo por mis labios, sonríe y vuelve a comerme la boca, yo busco su polla y me la meto de nuevo, y entre el beso y su polla balanceándose dentro de mi, todo es perfecto, al menos ahora.

Con PREPucio