26.11.22

Relato. Primos 7ª parte.

 



Bajamos del coche y subimos a casa. Mi madre le enseña su habitación a Óscar.


  • Vaya sí que está cambiada.- les digo.

  • Hemos aprovechado estos días y hemos cambiado algunas cosas.- dice mi madre.

  • Me encanta, gracias.- dice Óscar dándole un beso a mi madre.

  • Bien, pues cada uno a recoger sus cosas y en nada la cena. Por cierto, Óscar, ¿a qué hora te vas mañana?

  • Aún no mire billete. Recojo y lo reservo.

  • Bien.

  • Que sepas que antes este cuarto era el trastero, ja, ja, ja.- le digo envidioso del cambio.

  • Eso suena un poco a envidia.

  • ¿Qué? No...

  • Anda ven aquí.


Voy a sus brazos mientras me acaricia el pelo y me besa con cariño.


  • Hogar dulce hogar.- le digo.


Al día siguiente Óscar sale en tren antes del mediodía. Aunque lo bese y lo abrace como si no lo volviera a ver se me ha quedado un nudo en la boca del estómago que no puedo evitar.


  • Volverá en dos días.- me dice mi madre.

  • Lo sé, lo sé.

  • ¿Qué te apetece comer?

  • Lasaña.

  • Hecho.


La miro y le doy un beso. No hay nada como una madre que te cuida.


  • ¿Cómo lo llevas?.- le pregunto a Óscar.

  • Bueno...

  • ¿Puedes hablar?

  • Poco la verdad.

  • Vale. ¿Estás bien?

  • Sí, si estoy bien. Ahora estoy recogiendo cosas y tirando otras. ¿Tú?

  • Haciéndome a la idea de que mañana empiezo las clases.

  • Qué palo.

  • Palazo, ja, ja, ja.

  • Ánimo.

  • Gracias. Igualmente.

  • Gracias. Te llamo esta noche y hablamos más tranquilos. Te quiero.

  • Y yo a ti.

  • Tengo muchas ganas de verte.

  • Y yo.


Cuelga y me quedo como mustio. La voz le sonaba triste. Decido lidiar con mis cosas y me pongo a preparar lo del día siguiente.

  • Hola amor.

  • Hola guapo.

  • Ya puedo hablar, siento lo de antes, pero estaban merodeando cada dos minutos por delante de mi cuarto.

  • Tranquilo me lo imaginé.

  • Están como si hubiera matado a alguien, no lo entiendo Ian.


Solloza y rompe a llorar.


  • Óscar cariño... llorarlo te vendrá bien.


Le doy unos minutos y mientras le canturreo una estúpida canción que nos inventamos.


  • Gracias.

  • De nada.

  • He adelantado el billete a mañana por la tarde, no puedo pasar ni un día más aquí. Es como si me faltara el aire.

  • Lo siento tanto. Y por otra que alegría de poder verte antes.

  • Estoy deseando abrazarte.

  • Y yo a ti mi amor. Te tengo una cosa preparada para cuando volvieras.

  • ¿Qué es?

  • Ahhhh... sorpresa.

  • Jooo.

  • Solo te diré que es para ti y lo puedes usar cuando quieras y que también lo puedes utilizar conmigo.

  • Uhmmm.

  • Ja, ja, ja

  • Voy mal encaminada verdad.

  • Ja, ja, ja.

  • Vale, no me vas a decir nada, ja, ja, ja.

  • Noo.

  • ¿Ya tienes todo listo para mañana?

  • Si lo único son las ganas.

  • Venga si vas a ver a tus compañeros y les vas a contar tu gran verano.

  • La verdad que ha sido el mejor verano de mi vida.

  • Y el mío.

  • Les contaré que he conocido a la persona más maravillosa de este planeta. Que es tan guapo que te duele verlo durante mucho rato como cuando miras al sol directamente.

  • ¡Calla!

  • Y les diré que me ha hecho sentir cosas que nunca creí que sentiría. Y que estoy tan orgulloso de el que no me cabe en el pecho más felicidad.


Silencio.


  • ¿Óscar?

  • Estoy aquí.

  • Creí que se había cortado, ¿estás bien?

  • Si solo que escucharte decir todo eso me emociona.

  • Pues tengo muchas más cosas que quiero que escuches.

  • ¿A si?

  • Sí. Que te quiero mucho. Que estoy tan feliz de tenerte en mi vida que me salgo de la piel.

  • Ian… yo también te quiero.

  • Óscar descansa y piensa en que mañana a estas horas estaré abrazándote.

  • Háblame un poco hasta que me duerma porfa.

  • Claro mi amor.


Y así relatándole mi verano se durmió. Corte la llamada y con el móvil en la mano desee que todos los malos momentos que estaba viviendo Óscar le desaparecieran lo más rápido posible.


Al día siguiente la mañana se me paso rápida. Llego a casa sobre las 2 y media y tras comer cuento los segundos para ir a recogerlo.


18:30


Le veo de lejos y siento el corazón que se me sale por la boca. Corro hasta la puerta de embarque donde no me dejan pasar y lo espero dando saltos como buen adolescente que soy. Viene hacia mí con una cara tan hermosa que me lo comería entero. Suelta las cosas y se viene a mis brazos. Nos abrazamos y nos besamos sin importar nadie más, solo estamos él y yo. Nos miramos a la cara y sonreímos. Nos volvemos a besar y ya llegan mis padres. Le ayudan con todo lo que trae y nos vamos a casa.


  • Por fin en casa.- me dice sonriente.

  • Es tu casa.


Estamos en su cuarto. Se da la vuelta y me abraza con fuerza. Deja su cabeza en mi hombro y siento como llora. Le acaricio la espalda y le beso en la cabeza. Le dejo que llore y le acuno en mis brazos. Al rato se separa un poco y con los ojos llorosos me besa.


  • Te quiero tanto Ian.

  • Y yo a ti Óscar.

  • No hay nadie en el mundo con quien más quiera estar.

  • Ni yo, Ja, ja, ja.

  • Tonto.

  • Un poco.- le hago el gesto con los dedos.


Él se ríe y me besa de nuevo.


  • También quiero decirte que no quiero agobiarte, que sé que tienes tus amigos y yo poco a poco haré los míos.

  • Agobiarme por qué. Me gusta estar contigo, además a mis amigos les caerás superbién. Ya están deseando conocerte.

  • Bueno, solo digo que si alguna vez te apetece estar solo o con ellos me lo digas, ¿vale?

  • Vale...

  • Hijos tu padre y yo vamos a cenar por ahí, os damos tres horas.- grita mi madre.

  • Ja, ja, ja ¡gracias mama!.

  • Agradecédselo a tu padre porque yo realmente me quedaba en casa.

  • Quedaros de verdad no hace falta que os vayáis.- le dice Óscar.

  • Hijo, sé que necesitáis estar a solas y es un esfuerzo y lo hago encantada.

Vamos hacia ella y la abrazamos.


  • Mira que nos gusta un abrazo en esta familia…- se ríe mi madre.

  • Ja, ja, ja.- nos reímos los dos.


Mis padres salen por la puerta y no tardamos ni medio minuto en estar desnudos uno delante del otro.


  • Ahhhh lo olvidaba, tu regalo.


Lo saco del cajón de mi mesilla y se lo doy. Lo abre con cara de ilusión y me mira al acabar de romper el papel.


  • Esto es un…

  • Si un masturbador, me dijo el de la tienda que es una pasada.

  • Uhmmm, ¿lo probamos?

  • Por su puesto.


Lo abre y mientras busco el lubricante. Le hago tumbarse en la cama y arredilándome a su lado, me meto su rabo en la boca y le hago una mamada. Después agarro el aparato y le pongo lubricante. Meto la polla de Óscar y lo enciendo.


  • ¡Joder!

  • Que, ¿mola?

  • Mucho… Ahhhh… joder que gusto... Siiii


Sin apagarlo se lo quito y meto mi polla. Flipo con la sensación y tengo que sacar mi polla de ese aparato. Óscar me mira cagándose de risa. Le miro y le vuelvo a meter la polla dentro. Su cara cambia y comienza a soltar tacos uno detrás de otro y a removerse en la cama.


  • Páralo páralo....

  • Ja, ja, ja, voy espera.


Consigo apagarlo y riéndome, me agacho a darle un beso.


  • Madre mía, eso es demasiado eficiente, creo, estado a punto de correrme en nada.

  • Si la verdad que es intenso.

  • A ver así sin encenderlo.


Se la vuelvo a meter y esta vez hago como que le masturbo con el aparato. Esta vez su cara es la de siempre que está disfrutando.


  • Así es otra cosa, aunque ya lo investigaré. También te digo que prefiero tu boca, tus manos o tu culo.

  • Y yo las tuyas amor. Aunque si algún día no estoy lo tendrás a mano.

  • Ufff me gusta mucho, tampoco quiero que tu madre piense que estoy todo el día...


Y me hace con las manos el gesto de masturbarse.


  • Tranquilo mi madre lo sabe y por eso hay pestillos en las puertas. Además, se han ido porque sabían que íbamos a follar.

  • ¿En serio?

  • Si muy en serio.

  • Qué majos.

  • Majísimos.- le digo mientras sacando su rabo del aparato me meto su rabo en la boca.

  • Ohh Siiii...


Sonrió con su polla en la boca y le hago una mamada hasta que consigo que se corra en ella.


Óscar comienza a penetrarme mirándome deliciosamente sexy. Se sonroja al mirarme y me lame un pie. Siento un calor por todo el cuerpo. Me agarro la polla y me masturbo. Óscar me embestí con tranquilidad mientras me mira y se come mi pie. Me encanta cuando me hace eso. Recuerdo la primera vez y me encanta recordarlo.


Óscar me la saca y me pone los pies en el suelo. Yo sigo tumbado y él se pone sobre mí. Se sienta sobre mi polla y comienza a cabalgarme. Le agarro la polla y le masturbo. Me mira y suplico al cielo que nunca deje de hacerlo. Baja las rodillas y meciéndose conmigo se acerca y me besa. Le penetro todo lo profundo que puedo mientras su lengua recorre mi boca.


  • Te quiero.

  • Y yo a ti.


Se le llenan los ojos de lágrimas y le beso con ternura sin dejar de penetrarlo.


  • Son de felicidad.- me dice.

  • Lo sé cariño.


Le cojo con mis manos la cara y le beso. Acelero mis embestidas y ya siento como sin remedio me corro dentro de el. Él se pone de cuclillas de nuevo y masturbándose con ansia consigue de nuevo correrse sobre mí. Se deja caer y viene hacia mí a besarme. Me lame la lefa del pecho y me vuelve a besar.


  • Como deseaba esto por dios.- le digo.

  • Y yo.


Nos ponemos cómodos tras limpiarnos un poco y nos acurrucamos muy juntos.


  • Aún nos queda una hora y media.

  • Ohhh yeahhh....

  • jajaja.


Y la aprovechamos. Volvimos a penetrarnos y hasta nos corrimos dos veces más. Agotados nos metimos en la cama abrazados y no recuerdo más que apagar la luz y su respiración en mi pecho.






En BlancO y Negro