17.9.22

ReLaTo. La Web Cam. 1ª parte.

 


Continuación del minirelato: https://nakedworld1980.blogspot.com/2022/09/mini-relato.html

Meto la pizza en el horno y continuo recogiendo la casa. Viene Eloy a cenar como cada semana. Hacemos cena de guarreo y vemos la tele. Llega a su hora de siempre. Se pone cómodo y se tira en el sofá.


  • Oye, ¿Cómo llevas lo de la web cam?

  • Pues bien creo.

  • El otro día entre.


Salgo de la cocina y me pongo delante de él.


  • ¿En serio?

  • Sí tenía curiosidad.

  • ¿Y?

  • Pues me corrí antes de que te corrieras, ja, ja, ja.

  • Joder...

  • Sigues siendo tan sexual y tan jodidamente cachondo.


Eloy y yo nos hicimos amigos en el instituto. Tras unos años, una noche nos liamos y nos estuvimos acostando como un trimestre. Después yo conocí a Marco y dejamos de follar.


  • Estaba la web a tope. Por cierto, te llevarás una pasta.

  • No está mal.

  • Que cabrón eres, dímelo.

  • Pues el otro día más de 600 euros.

  • La puta... ¿Y te envían muchos mensajes?

  • Un montón.

  • ¿Los lees?

  • Los que me envían en directo si, el resto están en la bandeja de entrada.

  • Ya te vale y si alguno es... tu príncipe azul.

  • No creo en príncipes azules.

  • Ya. Sé que desde lo de Marco estás solo enganchado a esta mierda. Pero sería bueno que alguien más te tocara, vamos, creo yo.

  • Por ahora lo llevo bien.

  • ¿Puedo ver los mensajes?

  • Claro. En mi portátil en el Google Chrome está la página. Entra y busca.


Me meto en la cocina un poco cachonda. Que Eloy se halla masturbando viéndome en la web cam no me lo esperaba. No está con nadie, ahora puede hacer lo que quiera.


  • Dios si tienes más de mil mensajes.

  • Ves por qué no los leo.

  • Madre mía, la gente está fatal. Qué cantidad de foto pollas y de anos.

  • Una barbaridad.

  • Alguno le pegaba un lametazo, también te digo.

  • Deja eso que empieza el programa.

  • Espera...


Salgo de la cocina con las pizzas y una botella de cerveza. Lo dejo sobre la mesa y voy a buscar las patatas.


  • Este me gusta, no manda foto ni nada pero...

  • ¿Qué dice?

  • "Hola hombre bello. Mi nombre es Daniel, soy de Barcelona y hace varias semanas navegando por la red encontré tu página. Me quedé sorprendido además de tus atributos de tu mirada. Todo en ti es muy sensual, pero esos ojos hablan más que tu cuerpo. No sé si lo leerás, pero me encantaría tomarme un café contigo. Un abrazo. 666895490"

  • Daniel...

  • Me gusta, apúntate su número.

  • Noooo...

  • Tío hazlo por mí.


Me pone cara lastimera y me pone pucheros.


  • No sé si un tío que no conozco de nada y que además se ha masturbado viéndome me apetece mucho conocerlo.

  • Yo me masturbé contigo.

  • Eso es diferente.

  • ¿Por?

  • Eres mi amigo.

  • Este hombre solo quiere un café.

  • No sé...


Me coge el móvil y no le detengo. Apunta su número y lo deja a mi lado.


  • Luego le envió un mensaje.

  • Ole...


Se tira sobre mí y me besa y me achucha.


  • Anda pelota vamos a cenar y a ver el programa.

  • Vale abuela...


Me rio y miro el móvil. Estoy tentado es verdad. Cojo un trozo de pizza y pienso en que mañana no me bajaré de la elíptica por lo menos dos horas.


Esa noche sobre la 1 de la noche.


Agarro el móvil y me tiro a la cama. Eloy está roncando ya. Busco su número y le doy para enviar un mensaje.


"Hola Daniel. También me encantaría tomar ese café. Pasado mañana cerca de mi casa por la tarde me viene bien. Un abrazo"


Lo apago y me duermo.


Por la mañana.


Huelo a café y tengo la polla dura como el palo de una fregona. Miro y la puerta está casi cerrada. Me bajo el slip y me masturbo. Recojo la lefada con una camiseta y me levanto.


  • Buenos días.

  • Buenos días.

  • ¿Café?

  • Si por favor.


Desayunamos y nos vamos cada uno para su trabajo. Llego a la oficina y miro el móvil. Un mensaje nuevo.


"Hola. Me parece perfecto. Mándame ubicación y la hora y allí estaré. Un abrazo y feliz día"


Me pongo colorado. Me siento en mi escritorio y pongo el aire a tope. Cojo aire y lo suelto poco a poco. Entra Judith y me saca de mi trance.


  • Buenos días, jefe.

  • Buenos días.

  • Le dejo aquí lo de hoy.

  • Gracias.


Me meto de lleno en mi trabajo y me olvido por unas horas del mensaje.


Son las 18:00 y voy a entrar al gimnasio. Antes de hacerlo le contesto.


"Hola. Sobre las 17:00 estaría bien. Calle Lepanto 6. Una abrazo"


Me contesta enseguida. "Genial. Ganas de conocerte"


Entro a entrenar con una calentura tonta en la entrepierna.


Dos días después.


Estoy sentado en la cafetería. Aún no pedí, le estoy esperando. Mi cabeza da mil vueltas. ¿Cómo será? ¿Me gustará? ¿Será simpático, cariñoso? ¿Tendrá una buena polla y un culazo?.


Estoy dándole vueltas a mis preguntas cuando alguien se acerca.


  • ¿Rafa?

  • Si, hola.

  • Hola.


Es un hombre de mi edad. Un poco más alto que yo y ancho de hombros. No se le nota muy de gimnasio, pero me gusta la forma de su cuerpo. Lleva puesto un jean de esos ajustados y una camiseta básica blanca. Le miro a la cara mientras se sienta y me pone nervioso. Tiene una cara muy normal, con unos ojos verdes muy llamativos. El pelo medio largo muy alborotado de color castaño. No lleva gafas y tiene unos labios increíbles. Me mira y sonríe. Me derrito literalmente.


  • ¿Qué tal?

  • Bien, un poco nervioso.

  • Y yo, ja, ja, ja.


Viene la camarera y le pedimos dos limonadas y un cruasán para compartir.


  • El café está buenísimo, pero la limonada te va a chiflar.

  • Así no me desvelaré, ja, ja, ja.

  • También es verdad, ja, ja, ja.

  • ¿A qué te dedicas?

  • Soy informático. ¿Tú?

  • Maestro de secundaria, doy lengua e historia.

  • Mola.

  • Si la verdad, tras opositar y eso conseguí plaza en un cole que me gusta bastante. Aunque quiero cambiar a otro que me pilla más cerca.

  • Mejor. Yo llevo en la sucursal ya diez años y por ahora allí seguiré.

  • ¿Te gusta?

  • Si y no. Es un trabajo muy igual cada día, pero me gusta el sitio, la gente, soy el jefe de todos los informáticos y eso me da una ventaja.

  • Ahhhh… eres jefe.

  • Ja, ja, ja sí.

  • Eres más guapo en persona.


Me vuelvo a poner colorado mientras él me sonríe y no deja de mirarme.


  • Aquí tenéis, dos limonadas y el cruasán.

  • Gracias.

  • Gracias.


Menos mal porque estaba a punto de estallarme la cabeza. Le pega un sorbo y me mira sorprendido.


  • Increíble y además enorme.

  • Ja, ja, ja. Eso se lo dirás a todas las limonadas.

  • Ja, ja, ja.


Continuamos hablando y contándonos experiencias.


  • ¿Cómo te dio por lo de la web cam?

  • Pues al principio yo era espectador y un día me dije por qué no probar al otro lado.

  • ¿Te gusta?

  • La verdad que sí, es bastante morboso saber que te están mirando. Además de los mensajes y las fotos que manda la gente.

  • Debo reconocer que era la primera vez que entraba en algo así. Sí que veo porno y eso, pero en directo nunca había visto nada.

  • ¿Te gusto?

  • Si sí que me gusto. Era hipnótico verte como te masturbabas y como después te metiste...

  • Ja, ja, ja.

  • Lo siento.

  • Tranquilo.

  • Me aguanté para correrme. Menos cuando estuviste dándonos la espalda no dejaba de mirarte a los ojos.

  • ¿Y eso?

  • No se veía como una mirada muy viciosa y a la vez triste.

  • ¿Triste?

  • Si nose es lo que percibí. Perdona sí...

  • No tranquilo. No eres el primero que me lo dice este último año.

  • Puedo saber por qué.

  • Termine una relación. Duro seis años, pero los últimos tres fueron muy tóxica.

  • Lo siento.

  • Gracias. Salir de allí fue doloroso y creo que aún me duele. Antes me decían que tenía una mirada inocente, pero que desde que me separe la tengo triste.

  • No debe ser fácil. Yo salí de una relación, pero gracias a ambos quedamos bien, incluso nos vemos y todo genial.

  • Qué gusto.

  • Si la verdad. Porque cuando has compartido tanto con alguien y de repente se acaba es como que te falta algo. Te sientes como perdido.

  • Lo sé.

  • Ojalá alguien te vuelva a recuperar tu mirada inocente.

  • Ojalá.


Nos miramos un rato y alargando las manos nos las tocamos. Se siente bien. Me acaricia un dedo y después otro. Siento una pequeña congoja en el pecho y me la aguanto. Le miro y me mira. Durante unos minutos solo nos miramos.


  • ¿Qué hora es?

  • Sobre las 19:00.

  • Tengo que irme.

  • Si yo también.

  • Voy a pagar.

  • No pago yo.

  • Estás en mi barrio.

  • Vale.


Salimos y en la puerta de la cafetería nos quedamos mirándonos. Su mano roza mi brazo y se acerca a mí. Me abraza y siento el calor de su cuerpo junto al mío. Le abrazo también.


Salgo del gimnasio y estoy yendo a casa. Aún siento su abrazo. Nos quedamos como un minuto en la puerta de la cafetería. Me gusto ese abrazo, en realidad me gusto todo. Le doy al botón del ascensor y continuo pensando en él.


Sonido de mensaje.

"Lo de hoy estuvo muy bien. Ese abrazo me dejo tocado. Por mi parte me gustaría volver a verte. Esta vez por mi barrio. Un abrazo"


Salgo del ascensor y me quedo en la puerta de mi casa sin abrir durante unos minutos. Tocado, le dejo tocado. Vaya entonces ya somos dos. Entro en casa y tras desnudarme y quedarme en slip me preparo la cena. Pollo y arroz con verduras. Lo se es aburrido, pero no lo hago todos los días.


Tras cenar abro el móvil y le contesto. "También tocado. Por mi genial. Sábado?. Un abrazo"


Al día siguiente.


Abro los ojos tras apagar la alarma como tres veces y agarro el móvil. Mensaje. "Genial. A las dos en la calle Perú n.º 89. Feliz día y un fuerte abrazo"


Me estiro complaciente y me quito el slip. Dejo que mi rabo se ponga cómodo y lo agarro. ¿Cómo tendrá la polla?. Cierro los ojos y me imagino una polla con bien de pellejo y un glande enorme. Como de 20 cm o más, un poco curva para que me dé bien en la próstata. Con mucha vena y no muy morena. Continuo imaginándomela mientras me masturbo. Me la imagino en mi boca, entrando y saliendo desbocada. Siento el orgasmo y disfruto de vaciar mis huevos y que toda la lefa me llene el pecho.


Sábado.


Son menos cinco y ya estoy allí. Es un restaurante mexicano. No sé cómo se habrá enterado, pero me encanta la elección. Guardo el móvil por décima vez y miro a mi alrededor cuando lo veo venir. Viene tranquilo y un poco nervioso. Cuando cruzamos miradas y hacemos un gesto con la mano de HOLA casi se cae. Me parece supertierno. Llega a mí y me da dos besos. Me quedo plantado y le agarro. Le llevo hacia mí y le abrazo con fuerza. Él deja caer la cabeza en mi hombro y me abraza. Huelo su perfume aunque me gusta más el olor que hay detrás.


Nos soltamos y mirándonos colorados entramos.



  • ¿Qué tal todo?.- le pregunté.

  • Bastante bien. Fin de semana por fin. ¿Tú?

  • Igual. ¿Algún plan?

  • Aparte de este ninguno, me dejo llevar.

  • Ja, ja, ja, yo igual.

Nos miramos y sonreímos mientras degustábamos unos nachos y varios tacos.

  • Están buenísimos.

  • Mucho. Me gusta este lugar.

  • Has acertado de lleno.

  • ¿A si? Pues ha sido de potra entonces.

  • Ja, ja, ja.

Tras comer nos fuimos a dar un paseo por la ciudad. Charlábamos animadamente y de vez en cuando parábamos y nos mirábamos sonriendo.


Joder cada vez me gusta más.



  • Oye son casi las 8, ¿quieres picar algo?

  • Por mi genial.

Estábamos por el centro y conocía un sitio que daban pinchos y tapas a un buen precio y de una calidad increíble. Nos tomamos varias cervezas y de pronto la cosa se comenzó a calentar.



  • ¿Esta semana qué tal la web cam?

  • Pues no hice ninguna la verdad.

  • Qué pena.

  • Ja, ja, ja, ¿y eso?

  • No se me apetecía verte, ya sabes...

  • Te puedo hacer una demostración en casa.

Me miro sonrojado y creí morir. Me lo comía.



  • No sé tal vez es un poco... precipitado.

  • Dos cervezas más y te hago hasta un striptease, ja, ja, ja.

  • Uhmmm...

Estábamos en unos taburetes y girándome metí una pierna entre las suyas. Acerco su mano y me la acaricio.



  • Sí, me apetece ir a tu casa. Pero lo de la demostración no es necesaria.

  • Sí que lo es. ¡Camarero!

Llegamos a mi casa y aún estábamos un poco nerviosos. Nos serví un par de cervezas y nos sentamos en el sofá.



  • Me suena el sofá, ja, ja, ja.

  • Siéntate allí enfrente.

  • ¿Para?

  • Tú siéntate porfa.

Me hizo caso y se sentó enfrente. Yo estaba nervioso, pero deseaba tanto que me mirara que me quite la camiseta y me acaricie uno de mis pezones.



  • Vaya...

  • ¿Bien?

  • Si sí.

Me quité los zapatos y seguidamente los calcetines.



  • ¿Te molan los pies?

  • Pues... un poco.

Uno lo puse sobre la mesa y el otro me lo llevé a la boca. Me lamí un dedo y luego otro.



  • Joder...

Le miré y sonreí. Baje los pies y levantándome, me baje los pantalones y me quede en slip. Me senté y me froté la polla por encima del slip. La tenía ya superdura. Incluso un poco de precum había manchado la tela blanca haciendo que se me viera mejor el glande.

El sentado frente a mí no me quitaba ojo mientras se recolocaba la polla.



  • Puedes si quieres ponerte cómodo.

  • Si ya… Yo…

Levante el culo y me quite el slip dejando suelta mi polla. Él me miro expectante y se quitó la camiseta sin pederme de vista. Yo me agarré la polla y comencé a jugar con mi prepucio. Él se levantó y quitándose el calzado y los calcetines se bajó después el pantalón y el slip. Lo tenía frente a mi desnudo y era increíble. Su polla era más grande que la mía y un poco torcida a la derecha. Tenía un glande enorme y bien descapullado con bien de prepucio. Unos huevos bien colganderos se balanceaban delante de mí. Mi polla soltó precum y lo aproveché para deslizarla hacía bajo y dejar ver mi glande por completo. Él se sentó y se comenzó a masturbar. Tranquilamente, se podía masturbar con las dos manos, pero lo hizo solo con una mientras con la mano libre se pellizcaba un pezón.



  • Tienes un rabo bien bonito.

  • Gracias.

Se sonrojó y bajo levemente la cabeza. Yo agarrándomela como él comencé a masturbarme. Me puse de cuclillas sobre el sofá y me eche para atrás. Mis huevos se balanceaban mientras mi mano iba de arriba abajo sin parar. Él continuaba mirándome y se masturbaba atónito a cada movimiento. Me la solté y me di la vuelta. Le dejé verme bien el culo y agachándome, le mostré mi ano y mi polla bien dura por abajo. Me masturbé así y me busqué el ano. Lo acaricié y gemí solo de la sensación de tenerlo en frente mirándome y masturbándose.


En esa posición no lo veía así que seguí. De pronto sentí su mano sobre mi espalda. La bajo lentamente hasta llegar a mi culo. Con ambas manos me lo abrió y buscando mi ano me lo lamió de un lengüetazo. Un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Después bajo y me chupo los huevos y la polla un poco para seguir bajando hasta mis pies. Me lamió ambos y volvió a subir.



  • Eres realmente increíble. Date la vuelta.

Me di la vuelta y me senté. Él se sentó sobre mí y pego su rabo al mío. Los agarro con fuerza y comenzó a masturbarnos. Con una mano se la coloqué tras la cabeza y le hice venir hacia mí. Su boca se pegó a la mía mientras nuestras pollas continuaban su marcha. No dejamos de descubrir nuestras bocas y en breve nuestros rabos comenzaron a soltar lefa en su mano y en nuestros cuerpos. Gemimos en la boca del otro y continuamos besándonos.


Soltó ambas pollas y se apartó de mi cara.



  • Joder ha sido...

Le miré y buscando su boca le besé.



  • Una bonita primera vez.

  • Sí. Aunque te falto el striptease, ja, ja, ja.

  • Luego te lo hago.

  • No hace falta, no quiero que te vuelvas a vestir nunca.

  • Ja, ja, ja.

Continuara......


PeCtOrAlEs