30.9.23

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Relato. Mi MeS dE vAcAcIoNeS 13ª parte

 



DÍA 21



Levantarnos los tres en la misma cama bien empalmados, es bien gustoso. Estoy haciendo un sesenta y nueve con Recto mientras Jorge me folla. La polla de Héctor entra y sale de mi boca, al igual que la mía de la suya. Busco su ano y él moviéndose un poco me da vía libre.


Gimo de placer al sentir con fuerza la polla de Jorge en mi interior. Me tiene agarrado de las caderas y aunque no va muy rápido las embestidas son bien profundas.


Juego con el ano de mi persona favorita hasta que le tengo con casi cuatro dedos dentro y mientras gime sin sacarse mi polla de la boca.


Jorge sale de mí y nos cambiamos. Héctor se pone boca arriba abierto de piernas, yo follándolo y Jorge sentado sobre la cara de Héctor. Empujo y entra sola, me acerco hasta mi objetivo y mientras le penetro me meto la polla de Jorge en la boca. La tiene híper dura y chorreando precum. Le agarro con fuerza de los huevos y tiro con fuerza hacia abajo, haciendo que el glande este más descubierto que nunca. Se la mamo sin descanso mientras penetro a Héctor con todas mis ganas.


Ahora estamos Héctor y yo tumbados boca arriba, sujetando nuestras pollas juntas como haciendo la tijera con las piernas y Jorge poco a poco tras ponerse bien de lubricante se está sentando sobre ellas de cuclillas.


  • Madre mía...ahhhh...


Sentir la polla de Héctor tan pegada y dentro de Jorge es otro nivel. Si no lo habéis hecho, nunca os invito a explorar y a probarlo. La verdad que la primera vez da un poco de impresión, pero como bien sabéis queridos lectores el ano se dilata y se dilata, pero bien. Una vez estuve en una sauna donde le estaban metiendo el puño y medio brazo a un chaval y flipe mucho. No soy de los que les gusta el fisting la verdad, pero dos pollas os digo que sí que entran y una vez dentro ya no quieres que salgan. Si soy un poco viciosa, lo sé, pero alguna de vosotros también, ja, ja, ja.


Jorge sube y baja cada vez con más rapidez y eso que aún no hemos desayunado. Yo estoy a punto, lo raro es que no me haya corrido ya como tres veces. Siento como me viene y grito cuando me llega el orgasmo. Héctor me sigue y los dos recién corridos sentimos el cuerpo de Jorge caer sobre nuestras recién ordeñadas pollas. Jorge se masturba animosamente y por fin nos riega con su lefa. Se levanta tembloroso y acoplándonos los tres, nos abrazamos y gemimos unidos.


  • Vaya tres, ja, ja, ja. Cada ve me gusta más esto de las dos pollas.- dice Jorge.

  • La verdad que sin probarlo da un poco de reparo, pero al final tampoco es para tanto.- dice Héctor.

  • Yo dos pollas bien, fisting ya no.

  • No fisting no.- dicen los dos.


Nos levantamos con las piernas temblorosas y tras una ducha y un buen desayuno nos tiramos literalmente el día entre la piscina, sofá, comer, sexo y mucho descanso.



DÍA 22



Héctor nos ha levantado a las siete de la mañana, pues según él hay que llegar pronto. Nosotros reticentes le seguimos no sin antes recordarle que tenemos que pasar por casa a por nuestras cosas, cosa que le molesto por no caer antes. No tardamos más que quince minutos más. Sobre las diez de la mañana y bajo un sol abrasador estábamos dejando el coche aparcado en un descampado.


Héctor llevaba el bote estanca y tras meter la comida y lo de valor dentro nos sumergimos en la aventura.


He de decir que nunca había hecho nada parecido y la verdad que nos encantó a Jorge y a mí. Íbamos bajando el cauce de un río, donde había zonas donde no cubría casi nada, hasta zonas donde no se hacía ni pie. El agua estaba bien fresca y era de agradecer. Saltamos por cascadas y nadamos más que en toda nuestra vida. Paramos en un paraje rodeado de verde y agua a comer.


  • Estoy flipando.- les digo.

  • Es una verdadera pasada…- dice Jorge.

  • Me gusta más esto que la playa, lo malo que hay que llegar y normalmente no está cerca.

  • Bueno, una hora y media no está mal.- dice Jorge.

  • Ya, pero después de la paliza que nos vamos a dar, ve y coge el coche hasta casa.

  • Por eso venimos con alguien tan encantador como tú que eres de la zona y nos has preparado un sitio donde descansar nuestros cansados culos, Jajajá.


Jorge se acerca a Héctor y le come la boca.


Hemos comido y hasta cerrado un rato los ojos. Continuamos con el trayecto del río hasta que ya nos dice Héctor que deberíamos ir subiendo, que si no se nos hará de noche.


Tela marinera para subir todo lo que habíamos bajado. Como bajas tan alegremente no te das cuenta de la cantidad de kilómetros que has hecho. Nos hemos quedado sin comida y casi sin agua. Menos mal que llegamos al coche sanos y salvos. Lleve el coche hasta donde me indico Héctor y tras dejar los datos y toda la mandanga subimos a la habitación. Había una cama de matrimonio y una cama supletoria pequeña.


  • Joder que ganas de dormir.- digo yo tirándome sobre la cama.

  • Venga, vamos a ducharnos y a cenar algo.- dice Héctor.


Sin ánimo yo y Jorge le seguimos. Cenamos en un restaurante cerca del hostal y tras varias cervezas y ponernos finos a comer nos espabilamos un poco.


Llegamos al hostal y tras desnudarnos Jorge, el primero se cayó sobre la cama y empezó a roncar. Héctor y yo nos reímos y tirándonos en la cama, nos abrazamos y nos besamos.


  • ¿Qué tal estás?.- me pregunta sin dejar de besarme la punta de la nariz.

  • Creo que nunca había estado tan cansado.

  • Bueno, ahora a descansar.

  • Siiii.- le digo dándole besos en la mejilla.

Se ríe y me besa efusivamente.


  • Descansa.

  • Igualmente.



PeCtOrAlEs