16.7.22

RelAto. Mi PrOfEsOr De La UniVeRsIdAd

 


Ayer saliendo de la Universidad me atropello un hombre con un patinete eléctrico. Del susto me caí para atrás y caí de culo contra el suelo. Al ayudarme a levantarme el hombre sabia como me llamaba.


  • ¿Felipe?

  • ¿Le conozco?

  • Soy Eduardo de la clase de anatomía, soy tu profesor.

  • No le había reconocido perdona.


Para nada parecía mi profesor, me le quede mirando y lucia tan bello que me quite el sudor de la frente y volví a mirarlo.


  • ¿Te encuentras bien? No sabes como lo siento.

  • Si si ha sido mas el susto y la caída.

  • ¿Tu culo bien?

  • Creo que si por ahora no me duele.

  • Si necesitas algo me dices, apúntate mi numero.

  • Ok.


Tras apuntarme su numero y preguntarme por décima vez si me encontraba bien se fue rodando con su patinete. Sara llego en ese momento y poniéndome el brazo alrededor del cuello me saco de mi trance.


  • ¿Quién era ese?

  • Ehmm... Eduardo.

  • No me suena.

  • Es profesor de anatomía.

  • ¡Que!

  • Enserio.

  • Esta bien bueno yo le pegaba una buena meneada.

  • Jajaja y yo.

  • Se ha parado hablar.

  • No, me tiro al suelo al pasar con el patinete.

  • No jodas, jajaja.

  • Perdona.

  • Uhmmm...

  • Tu estabilidad la conocemos todos, jajaja.

  • Sabes que, que tengo su numero de teléfono.

  • ¡Enserio! No me lo creo.

  • De verdad, estaba preocupado por la caída y me ha dicho que si me encuentro mal y necesito algo que le llame.

  • ¿Y le vas a llamar?

  • Pues no.

  • Llámalo porfa y dile: profesor estoy muy mal herido y necesito una punción. Ahhhh...

  • Jajaja. Para...

  • Aun sigo en shock. ¿Te duele?

  • Un poco, aunque menos mal que voy sobrado de culo, sino me hubiera dejado el coxis en la acera.

  • Anda vamos a casa y te lo miro.

  • Gracias.


Al día siguiente no me pude levantar de la cama, me salió un buen moratón y me dolía tanto que solo podía estar de lado. Tras ir a urgencias y drogarme me recomendaron unos días de descanso y alguna que otra droga legal para llevarlo mejor.


  • Jajaja.

  • No te rías hija de puta....

  • Perdona es la situación, no me rio de ti.

  • Ya claro.

  • ¿Puedo?

  • Si claro.


Me bajo el pantalón y tras echarme la crema me cubrió y me dio un beso en la frente.


  • Me voy a clase, si necesitas algo me llamas.

  • Gracias.


Me quede tumbado en el sofá mas duro del mundo de lado y cogiendo el cojín lo mas fuerte posible. Solo me apetecía dormir y eso hice.


Pasaron varios días y aunque lo de sentarme aun no iba muy bien al menos el dolor no era tan intenso. Recogí la cocina y dejándomelo todo a mano me tumbe en la cama.


Serian como las doce del mediodía cuando me sonó el teléfono.


  • Diga.

  • Hola soy Eduardo.

  • Hola profesor, dígame.

  • Vi que no venias y me preocupe.

  • ¿Enserio?

  • Si enserio, te pedí que me dijeras algo.

  • Lo se lo siento, entre el dolor y las pastillas voy un poco...

  • Vaya...

  • Pero estoy mejor de verdad, hoy me levante mejor y hasta me pude sentar en el flotador.

  • Joder...

  • De verdad Eduardo que estoy bien, unas semanas y como siempre.

  • ¿Te llevo algo a casa?

  • Pues....


Solo me venia a la cabeza el delante mía y yo acostado en su regazo.


  • Dime y te lo acerco.

  • Un Sandy de caramelo.

  • ¿Que?

  • Un helado del Burger o del McDonald.

  • Ahhhh, jajaja. Salgo en una hora, me paso y te lo llevo. Mándame tu dirección porfa y si necesitas algo mas pídemelo.


Tras colgar me quede pensativo y casi me moría al pensar lo que le había pedido, era muy de niño pequeño un helado, pero era lo que me apetecía. Me levante y tras acicalarme y ponerme mi mejor pijama volví a la cama a la espera de Eduardo.


Unos cuarenta minutos después.


Me estaba quedando sobado cuando sonó el telefonillo, me levante y tras abrirle me fui al sofá.


  • Hola, ¿puedo?

  • Si si entra.


Yo allí tirado y el entrando por la puerta era un sueño hecho realidad.


  • ¿Cómo te encuentras?


Se acerco a mi y se sentó a mis pies. Me acaricio uno de los pies y se levanto.


  • ¿Quieres el helado o te lo guardo?

  • Guárdalo porfa.

  • ¿Por aquí?

  • Si.


Tras dejar el helado vino y se puso de nuevo a mis pies.


  • No sabes cuanto lo siento.

  • Eduardo.

  • ¿que?

  • No te disculpes mas por favor, fue una mala caída, me paso el día en el suelo, jajaja.

  • Ya pero...

  • Ni pero ni nada, ¿Cómo estas tu?

  • ¿Yo? Bien.


Nos quedamos los dos hay mirándonos sin saber que decir. La verdad es que no nos conocíamos nada mas que como profesor y alumno, era normal no saber de que hablar.


  • Ahora que lo pienso.- le dije. Una pistilla de como va ser el examen me podrías dar, ¿no?

  • Jajaja, míralo que listo.


Alargo su mano y rozando la mía se puso como un tomate y se levanto de un brinco.


  • Si quieres puedes decirme que disteis estos días y así repaso.

  • Estamos repasando un poco de temas anteriores, quiero que los tengáis bien machacados son muy importantes. Sobre todo cardio y respiratorio, no te doy mas pistas, jajaja.

  • Con eso ya voy bien gracias. Siéntate por favor.

  • No si debería irme.

  • Quédate por favor.

  • ¿Quieres que me quede?

  • Si.


Me levante y dándome la vuelta le hice sentarse y puse mi cabeza sobre sus piernas. Con sus grandes manos comenzó acariciarme la cabeza y cerrando los ojos me quede dormido.


Unas horas mas tarde.


Abrí un ojo y me costaba abrir el otro. Quise estirarme y me acorde del dolor. Pegue un chillido y sentí sus manos sobre mi cuerpo.


  • ¿Sigues aquí?

  • Claro.

  • ¿Cuánto dormí?

  • Una hora y pico.

  • Joder lo siento, habré babeado y todo.

  • Un poco, jajaja.

  • Joder....que vergüenza....

  • Ha sido un placer lo único es que me meo y no quería despertarte.

  • Ostras...


Me ayudo a levantarme y se fue al aseo. Desde el salón pude escuchar una meada con un buen chorro de casi un minuto, cuando entro al salón se le veía feliz tras la micción.


  • ¿Mejor?

  • Ufffff siiii...

  • Jajajaja, ahora me toca a mi.

  • ¿Te ayudo?

  • No gracias voy bien, despacio pero llego.

  • Debería irme.

  • Vaya.

  • Tengo clase en una hora y quiero comer algo antes.

  • Tengo comida si quieres.

  • No tranquilo no quiero abusar.

  • Voy a mear y comemos.

  • Vale. Gracias.


Comimos y ya un poco mas relajados comenzamos a soltarnos y hablar un poco de todo. Se le veía feliz y cariñoso, yo solo lo miraba y me quedaba observando como se movía su pelo, como gesticulaba, todo.


  • Ahora si que me tengo que ir.

  • Jo que pena.

  • Mañana si quieres me paso.

  • Me encantaría.

  • Y a mi. Bueno me voy.

  • Adiós.

  • Hasta mañana.


Me fui a la cama y cerré rápido los ojos, quería mantener en mi retina su cara, su cuerpo, el calor de sus piernas bajo mi cabeza.


Al día siguiente sobre la misma hora vino de nuevo y me trajo otro helado. Esta vez lo recibí en la puerta y tras darle un abrazo nos sentamos, bueno el se sentó, en el sofá.


  • ¿Estas un poco mejor?

  • Bueno...a veces no me molesta y voy hacer algo y me pega un calambrazo que me quedo seco del dolor.

  • Joder que mierda.

  • Pero vamos después de cinco días me encuentro mucho mejor.

  • ¿Quieres?


Me acerque a el y de nuevo coloque mi cabeza sobre sus piernas, sus manos me comenzaron a tocar y continuamos hablando. De un tema a otro íbamos saltando y en ningún momento me dejo de tocar. Entre las pastillas y su presencia todo era mas sencillo.


  • Edu.

  • Si.

  • ¿Te molesta lo de Edu?

  • No para nada y viniendo de ti menos.


Me lo soltó y los dos nos pusimos rojos como un tomate. Escondí mi cara entre sus piernas y el sin dejar de tocarme cambio de tema.


  • Por cierto el examen es en dos semanas, ¿quieres repasar algo?

  • Pues no me vendría mal la verdad.

  • Venga yo te voy preguntando y me vas diciendo.

  • Que guay clases particulares, jajaja.

  • Jajaja.


Con el se me pasaron las horas muy deprisa. Ese día no tenia clases y se quedo un rato mas. Estábamos en el sofá después de haber comido cuando oí la puerta. Note su nerviosismo y antes de poder levantarme Sandra ya estaba en la puerta sonriente.


  • Hola, ¿molesto?

  • Para nada pasa boba.

  • Edu esta es Sandra.

  • Hola, también vas a mi clase, ¿Verdad?

  • Si. Voy a picar algo que tengo un hambre.

  • En la cocina hay comida china y un helado en el frigo.

  • Vaya que lujo, jajaja.

  • Bueno yo me voy que tengo cosas que hacer.

  • Vale, gracias por venir.

  • A ti por invitarme.

  • ¿Hablamos luego?

  • Claro, hasta luego Sandra.

  • Hasta luego.


Me acerque a la puerta acompañarlo y tras verlo irse la melancolía me arrastro.


  • Dos días y....

  • Nada viene, me trae comida, charlamos,..

  • En sus piernas ya.

  • De verdad que no ha pasado nada mas te lo juro.

  • Te creó te creo. Pero de que palo crees que va.

  • Me toca, me acaricia, se pone como un tomate, creo que le gusto pero entre que somos los dos tímidos, pues eso.

  • Os lleváis cuanto 10 años.

  • 8 tiene 28 años.

  • Es perfecto y además con trabajo.

  • Jajaja.

  • No tengo prisa y tampoco se lo que busca el, asique por ahora así estamos bien.

  • Mientras tu estés bien. Por cierto que tal tu culo.

  • Mejor, cuando estoy con el se me olvida.

  • Normal, jajaja.


Fueron pasando los días y nuestros encuentros, las llamadas, los mensajes eran mas y mas frecuentes. A una semana del examen me encontraba mucho mejor y aunque iba con un cojín a las clases al menos podía ir.


Recuerdo el día que me presente en su clase sin decirle nada y lo salude desde la grada. Su cara fue un poema y tras terminar y estar solos casi me mata.


  • Por que no me dijiste que venias hoy.

  • Quería darte una sorpresa.

  • Me alegrado mucho verte aquí.

  • Y a mi verte enseñar, aunque si te soy sincero me gustaban mas nuestras clases particulares.

  • Te las puedo seguir dando.

  • ¿Ha si?

  • Si.


Y en ese momento se acerco a mi y me beso. Fue un beso que deseaba pero para nada esperaba en ese momento. Lo acepte y le respondí con todas mis ganas. Nuestras lenguas se enredaron y disfrutaron del sabor del otro. Con sus manos en mi cara se separo de mi.


  • Que ganas tenia de hacer esto.

  • Ufffff ha sido...


Me volvió a besar y allí los dos abrazándonos y besándonos comenzamos una historia de amor. Una historia duradera o no es nuestra historia.


Vivir los momentos y no dejéis de soñar.


Un abrazo enorme y gracias por llegar hasta aquí sin ti no escribiría historias.




PeCtOrAlEs