14.12.24

ReLaTo. mAs qUe AmIgOS. 5ªparte

 




Nos volvemos a enjabonar un poco y tras quitarnos todo el jabón salimos de la ducha.


  • Voy a...- me dice sentándose en la taza.


Se tira un montón de pedos y hasta caga de nuevo.


  • Jajaja eres una máquina de hacer pedos.

  • Jajaja vete acostumbrando, ya sabes que soy un pedorro.

  • Jajaja me salgo, me voy a ahogar aquí dentro.

  • Jajaja.


Me agarro la toalla y me voy secando mientras salgo, abro y antes de cerrar tras de mi me veo a su madre delante de mi y yo con la toalla secándome el pelo y desnudo por completo.


  • Lo siento...- me dice tapándose la cara.

  • Yo....- digo tartamudeando y tapándome los miembros.


Se da la vuelta y cierra tras de sí, suspiro y escucho cómo mi persona favorita continúa tirándose pedos uno detrás de otro, no puedo más que reírme de la situación.


  • Tu madre me vio el pito.

  • No será la primera vez.

  • Cierto.

  • Eso le pasa por entrar sin llamar.

  • ¿Le vas a contar...?

  • Creo que sí —me dice acercándose a mi y dándome un beso en la mejilla.

  • Yo a los míos  también.

  • Me parece bien.

  • ¿Colegas?

  • Yo creo que es mejor no decir nada, sino actuar normal, si quiero besarte o abrazarte me acerco y ya.

  • Vale, guay.

  • Guay.


Bajamos al comedor-cocina.


  • Mama.

  • Dime.

  • Buenos días.

  • Buenos días, hijo, hola, Luis.

  • Hola y buenos días.


Se sonroja y me da bastante vergüenza, sobre todo cuando acabo de desvirgar a su hijo.


  • Mama, tengo que contarte algo.

  • Dime.

  • Luis y yo hemos empezado a salir.

  • Vale.

  • Somos muy buenos amigos y sentimos cosas el uno por el otro...

  • Tendréis cuidado...

  • ¡Mama!

  • Hijo, me preocupo.

  • Vale.

  • ¿Tenéis condones y esas cosas?


Se me cae el trozo de pan que me llevaba a la boca al plato recordando como me follaba a su hijo a pelo.


  • Los compraré.


Juan me mira y sonríe, recordarme después de que le dé una azotaina.


  • Gracias y Juan..


Viene hacia mi con los brazos abiertos, me levanto y la abrazo.


  • Cuidar uno del otro.

  • Lo haremos.

  • Me hace muy feliz que seas tú.

  • ¿Y eso?.- pregunta Juan.

  • Le conozco, hijo, desde hace más de diez años y sé que es muy buen chico.


De nuevo la imagen de mi polla entrando en el culo de Juan.


  • Sí que lo es, ya le he dicho que no se preocupara por verle desnudo.

  • ¡Juan!.- le digo.

  • Voy a... hacer más pan, siéntate, hijo.


La cosa se calmó después de que su madre supongo se quitara la imagen de mi pene y huevos de su cabeza. Desayunamos tranquilos y entre risas, como siempre. Era sábado y Juan y yo nos fuimos a dar un paseo con las bicis por el camino del río. Recorrimos varios kilómetros hasta un lugar que nos encanta a los dos. Esta vez, como no había nadie, nos desnudamos y entramos poco a poco al agua, nos mojamos enteros y salimos corriendo entre risas de lo fría que estaba. Terminamos los dos sobre una roca abrazándonos para darnos calor.


  • Luis.

  • Dime.

  • Sabes que te quiero mucho.


El corazón se me acelera.


  • Y yo a ti.


Saca su cabeza de mi hombro y me mira serio.


  • Lo digo en serio.

  • Lo sé.

  • Nunca te lo había dicho.

  • Te quiero muchísimo Juan Garrido Pérez.


Me coge la cara y me besa.


  • Sí que me lo has dicho.

  • ¿De verdad?

  • Si alguna vez borracho.

  • Puede ser, hasta te comería la boca.

  • Me suena que sí, jajaja.

  • No debo beber.

  • Yo tampoco.

  • Prefiero meterme esto en la boca.- me dice agarrándome la polla.

  • Y yo a esta.


Nos masturbamos el uno al otro mirándonos a los ojos y a la polla, a los ojos y a la polla y así varios minutos.


  • Me mola mucho tu polla.- me dice Juan.

  • A mi la tuya me flipa.


Sonríe avergonzado.


  • Esa vena, esa cabeza... Uffff.- —me dice soltándola y agachándose para agarrarla de nuevo y metérsela en la boca.


Me la mama y yo creo levitar de nuevo, allí en mitad de la naturaleza, rodeado de verdes, rocas y agua, el sol de Mayo, dándonos en nuestros cuerpos y tremendo amigo-novio, haciéndome la segunda mamada de mi vida. Yo me bajo, no se puede pedir más a la vida.


Se saca mi polla de la boca y toma aire para volver a metérsela y continuar haciéndome el joven más feliz del mundo.


  • Lo dicho... tu polla...- me dice sujetándola con fuerza y llena de saliva.

  • Toda tuya.

  • Uhmmm...


Continúa mamando hasta que ya no aguanto más y me corro en su cuello y pecho mientras no deja de masturbarme y yo de chillar su nombre.




TeStIcUlOs

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TesTiCuLOS

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