10.8.24

DuRaS DuRAs

 











RelAtO. AlEx Y cArLoS GYM



 Había una atmósfera densa en el vestuario del gimnasio, impregnada de sudor y adrenalina. Dos chicos, **Alex** y **Carlos**, se encontraron allí, sus miradas chocando como si fueran imanes. Alex, con su cabello oscuro y ojos penetrantes, estaba recién salido de la ducha, el agua goteando por su piel musculosa. Carlos, más tímido, se secaba con una toalla, sus mejillas sonrojadas por el calor y la vergüenza.


Alex rompió el hielo. "¿Nuevo aquí?", preguntó, su sonrisa amigable desarmante. Carlos asintió, incapaz de apartar la vista de los tatuajes que serpenteaban por los brazos de Alex. "Sí, acabo de mudarme a la ciudad". Su voz tembló un poco, y Alex se acercó, como si pudiera sentir la ansiedad de Carlos.

"Relájate", dijo Alex, pasando una mano por su propio cabello húmedo. "Todos estamos aquí para mejorar, ¿verdad?". Carlos asintió, sintiéndose un poco más cómodo. Hablaron sobre sus rutinas de entrenamiento, compartiendo consejos y risas. Alex era extrovertido, mientras que Carlos se abría lentamente, como una flor al sol.


Aún continuaban desnudos y cada vez estaban más cerca el uno del otro, aunque se miraban de refilón se notaba en el ambiente el deseo por el otro, y como quien no quiere la cosa Alex se agarró el pene y comenzó a tocárselo sin dejar de hablar y de escuchar, Carlos se puso nervioso y sintió como su polla se iba empalmando y ya estaba medio morcillona. Intento que no se diera cuenta, pero era imposible. Alex le echo una ojeada a su rabo y se acercó aún más. Carlos bajo la cabeza y se quedó mirando fijamente como Alex se masturbaba delante de él. "¿Te gusta?", dijo Alex pasando una mano por su capullo sonrosado y al aire después de bajarse bien el prepucio. "Mucho, mira como tengo la polla", dijo Carlos mientras también se masturbaba.


Cada vez estaban más cerca y la punta de sus pollas por fin se besaron. Como no fue Alex el que soltó su polla para agarrar la de Carlos y hacer que se pajearan polla contra polla. Carlos gimió del placer de frotarse contra otra polla, era la primera vez en realidad. Alex escupió sobre sus pollas sin dejar de menearlas, Carlos se lanzó y agarrándole un pezón jugo con él, a lo que Alex respondió con un gemido y soltando algo de precum. "Joder como me hagas esto mucho me corro en breve" dijo Alex acelerando la paja doble.


Cada uno comenzó a sentir el orgasmo, Alex fue el primero en soltar su lefa seguido de Carlos. Sin dejar de pajearse Alex tras la corrida se acercó lentamente a la boca de Carlos y se la comió, este abrió bien la boca y la recibió con gusto, Alex soltó ambas pollas y acercándose lo máximo al cuerpo de Carlos, lo abrazo sin dejar de besarlo.



Después de unos minutos, Alex sugirió que fueran a tomar un batido juntos. Carlos aceptó, y salieron del vestuario, toallas al hombro. En el bar del gimnasio, charlaron sobre sus vidas. Alex era diseñador gráfico y amante de los deportes extremos. Carlos, un estudiante de arquitectura, tenía una pasión por los libros y la música clásica.

El tiempo pasó volando. Se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que imaginaban. Alex le ofreció a Carlos su número de teléfono. "Si alguna vez necesitas sexo o un compañero de entrenamiento o simplemente alguien con quien hablar, aquí estoy". Carlos sonrió, sintiendo que había encontrado algo especial en medio de las duchas y las pesas.

Y así comenzó su amistad, forjada en el calor del gimnasio y el vapor de las duchas. A medida que compartían más momentos juntos, descubrieron que sus corazones también se estaban entrenando, fortaleciéndose con cada risa compartida y cada conversación profunda. Quién hubiera pensado que dos chicos podrían encontrar la conexión perfecta en un lugar tan inesperado.





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