23.7.22

ReLaTo. PrIMoS 1ª parte.

 



  • Ian baja un momento.
  • Espera mama.
  • Ya estamos con la espera, ¡Quieres bajar ya!
  • Voy...
Bajo y me siento en la silla de la cocina a su lado.
  • Dime.
  • Mañana nos vamos al chalet.
  • Lo sé.
  • Llévate todo lo que necesites porque no vamos a volver hasta septiembre.
  • Vale.
Me levanto y agarrándome del brazo, me hace sentarme.
  • No vas a estar solo al menos en julio.
  • ¿Y eso?
  • Viene Óscar tu primo.
  • Ni me acuerdo de él.
  • Pues bien que jugabais juntos y hasta os bañabais desnudos en la piscina.
De pronto siento una mini erección y recuerdo esos momentos.
  • ¿Y eso?
  • Sus padres trabajan y me han pedido el favor.
  • Bien entonces. ¿Algo más?
  • Nada más hijo, solo que tengas todo listo para mañana a las 9 que salimos.
  • Ok.
Una vez instalados agarro el bañador y me lo pongo. Me meto al agua y me dejo llevar por el gusto del agua aun fresca.

Al día siguiente va mi madre a buscar a Óscar, a mí no me apetecía.  Estaba en el agua sobre la colchoneta cuando los oigo entrar. No les veo, pues la piscina está en otro nivel. Grito un hola y sigo a la mía.

  • Hola.
Me doy la vuelta en la colchoneta con las manos y lo veo de pie enfrente mía. Un chico más alto que yo con un bañador de bóxer, un cuerpo de infarto, el pelo muy corto, unos ojos verdes que me miran fijamente y una sonrisa que me hace volcar de la colchoneta.
  • Hola, le digo al salir del agua con cara de idiota.
  • Te puse nervioso...
  • Ja, ja, ja. Estás muy diferente a como me acordaba.
  • Son muchos años que no nos vemos.
  • Muchos sí. ¿Entras?
  • Espera que primero me quiero echar crema.
Saco un bote de crema y comenzó a echarse por todo el cuerpo. Yo intentaba no mirarlo, pero me era imposible no hacerlo. Tenía la piel ya bronceada y con cada movimiento se le marcaban más aún los músculos. Sentí como se me ponía dura la polla y deje que siguiera su curso.
  • Ya estoy.
Suspire para mis adentros y me metí bajo el agua.
Salí justo cuando lo vi tirarse en bomba al agua. Me quedé mirándolo y disfrutando de su cara. Salió del agua segundos después y mirándome me dijo.
  • No me das un abrazo sieso.
Mierda.

Me di la vuelta, pero la piscina no era muy grande, mi primo nado tras de mí y agarrándome de un pie tiro hacia mí y me hizo bajar al agua. Una vez dentro se hundió conmigo y soltándome el pie, vino hacia mí. Salí a la vez que él y de pronto sentí su cuerpo pegado al mío.

Más mierda.

Se separó lentamente de mí y mirándome a los ojos sonrió y dándose la vuelta se fue nadando.

Se tuvo que dar cuenta, sentí su cuerpo pegado al mío y tenía una erección de caballo. En ningún momento se asustó ni se separó. Me quedé allí mirando al horizonte y deseando que pasara pronto el verano.

En la comida.
  • He dejado las cosas en tu cuarto primo, espero que no te importe.
  • No que va.
  • Le dije que teníamos otra habitación, pero está sin colchón, y con el colchón hinchable no quiero que duerma. Si os agobiáis o algo compro uno y listo.- dijo mi madre.
  • No hay problema mama.
Y una mierda que no había problema, pero bueno, no era el momento.

Tras la comida nos subimos a mi cuarto para tirarnos a ver la tele.
Óscar entró y sacando cosas de su mochila, se quitó el bóxer que llevaba delante de mía quedándose en bolas y se puso un pantaloncito corto.

Este quería que me diera un infarto.
  • No te lo quitas, el bañador aún estará mojado.
  • No tranquilo.
  • Si te da vergüenza me voy al baño mientras.
  • No, no es eso...
Me levanté como sin ánimo y cogiendo de la cómoda un slip me baje el bañador y me puse el slip. Colgué el bañador al lado de su bóxer en una silla y me tiré a la cama.

Era una cama de 150 suficientes para los dos, pero tenerlo tan cerca me hizo acordarme de cuando le pedí a mi madre una cama más grande y no dos pequeñas.
  • Quieres ver algo.- me pregunto.
  • Pon lo que quieras.
Puso una serie de comedia y nos reímos. Después apago la tele y nos pusimos al día. Estábamos de lado hablando y mirándonos a los ojos sin dejar de mirarnos. Nos contamos todo lo que había pasado en estos ocho años. Él ya estaba casi en la universidad y a mí me quedaba un año. 
  • Pareja o algo.- me dijo.
  • Nada. ¿Tú?
  • Tampoco.
  • Vaya dos, ja, ja, ja.
No volvimos hablar del tema. Poco a poco y con la calor nos quedamos dormidos.

Me desperté y mirándolo me maravillé de su brillo de piel de la espalda. Me daban ganas de acariciarlo y besársela. Me acerqué todo lo que pude y sentí su calor en mi mano. Se dio la vuelta y quite la mano. Se quedó boca arriba y se pasó la mano por el paquete. Estaba completamente empalmado. Quito la mano y se la coloco bajo la cabeza junto con la otra. Tenía un bulto que no podía dejar de mirar. Me puse boca arriba y deseé que se diera la vuelta y me abrazara, me sentía desprotegido y con miedo en ese momento.
  • Estás bien Ian.
  • Si sí...
  • Estabas respirando como con angustia.
Se puso de lado hacia mí y noté su bulto en mi pierna. Puso su mano sobre mi pecho y la dejo allí.
  • Tienes el pulso acelerado.
Como para no tenerlo.
  • ¿Te pasa a menudo?
  • No.
Quito la mano y se separó un poco. Se levantó y me trajo agua y una toalla pequeña mojada. Acercándose a mí aún podía ver como tenía el rabo medio tieso. Se dio cuenta y se puso rojo como un tomate.
  • ¡Joder!
Soltó el vaso de agua en mi mano y poniéndome la toalla en la frente, se tiró a la cama y se puso de espaldas a mí. Pegue un buen sorbo de agua y me quede tumbado con la toalla en la frente. Deje pasar unos minutos y le pregunte.

  • Óscar.
  • Dime.
  • Date la vuelta.
  • No.
  • Venga que no somos críos.
  • Es por la vergüenza.
  • Tú antes me abrazaste y sentiste mi erección, ¿no?
  • Sí.
  • Pues estamos empatados. Además, si vamos a dormir y convivir juntos, esto pasará muy a menudo.
Se giró y se puso de lado mirándome sonrojado.
  • No me di cuenta de que estaba empalmado.
  • Me imagino pero con tremenda erección...
  • Ja, ja, ja, como la tuya antes.
  • Más o menos.
Dejamos el tema y tras cambiarnos bajamos a la piscina donde estaban mis padres bañándose.
  • Creíamos que estabais muertos…
  • Ja ja.- le dije a mi madre
Los días pasaron y Óscar y yo cada vez teníamos menos pudor. Era habitual despertarnos empalmados y mirándonos sonreíamos y continuábamos como si nada. También nos cambiamos delante del otro y por primera vez vimos el rabo del otro en todo su esplendor, eso si en reposo.

Una semana después:

Mis padres quedaron con unos amigos y decidimos Óscar y yo quedarnos. Hice la cena y cuando la tuve le llame para preparar la mesa.
  • Que buena pinta, gracias.- me dijo sonriendo y dándome un beso casto en el hombro.
Le miré y le sonreí. Por dentro estaba cagado de miedo, era la primera vez qué sentía algo tan fuerte por alguien y además que ese alguien también se le viera interesado en mí.

Tras la cena nos pusimos una copa y nos metimos en la piscina.

Tras echarnos unas risas y hablar de todo un poco saque el tema.
  • ¿Te acuerdas cuando venías aquí y nos bañábamos desnudos?
  • ! Ostras si¡
  • Mucho tiempo sí.
Se aupó al borde de la piscina y quedándose de pie sé bajo el bañador y lo tiro a un lado.
  • ¿Subes?
El corazón me iba a mil por hora. Él se agachó y me alcanzo su mano. Yo sé la agarre y subí a su lado. Me bajé el bañador y los dos allí de pie desnudos nos miramos. Él me sonrió para después empujarme. Caí al agua y sentí como él caía detrás. Salí del agua y lo busqué. Lo tenía detrás de mí, se acercó y mirándome me sonrió.
  • Yo creo que con el agua se me ha quedado igual de chica de cuando éramos pequeños, ja, ja, ja.
  • Eso es imposible.
Me agarro la mano y me la llevo al miembro. Sentí sus huevos bien apretados y su pene encogido. Soltó mi mano, pero yo aun le deje allí. El cogió su mano y acercándose más me agarro también del miembro.
  • Vaya la tuya, no está tan pequeña.
  • No, no lo está. Y la tuya cada vez lo está menos.
Me la soltó y riéndose, se acercó y me dio un beso en los labios. Se separó de mí y se fue nadando hacia donde teníamos la copa. Se sentó en el borde de la piscina con los pies metidos en el agua y me miraba. Su pene y sus huevos ya no tan pequeños, descansaban sobre el borde. Me acerqué nadando y una vez frente a él le pedí que me pasara la copa. Le di un buen sorbo y acercándome a él, la deje a un lado. Me quedé delante de él dando vueltas y él no paraba de mirarme.

  • Estás muy guapo Ian. Así con el pelo mojado y desnudo dentro del agua.
Me sonrojé y metí la cabeza dentro del agua. La saque y Óscar continuaba mirándome.

  • Deja de mirarme, me pones nervioso.
  • Yo... ¿Por qué?
  • No lo se me pones nervioso, estás tan sexy, ahí sentado, desnudo. Tienes un cuerpo precioso.
  • Gracias.- dijo bajando la cabeza, sonrojándose.
  • Me gustas desde la cabeza hasta los pies.
  • Algo habrá que te gustara más.
  • Tu pene me flipa.
  • Ja, ja, ja.
  • Bueno, no solo tu pene, tus huevos, tus piernas fuertes, tus pies.
  • ¡Mis pies! Sí son horribles.
  • Que dices.
Me acerqué y le agarré una pierna. Me llevé su pie a la cara y le besé la planta.
  • Es precioso, ahora lo único que está un pelín arrugado, ja, ja, ja.
  • Eres el primero que me dice eso de mis pies.
Saco la lengua y le lamo desde el talón hasta los dedos. Él me mira y pega un brinco a la vez que suelta un gemido. Rodeo cada dedo de su pie con mi lengua para cuando llego al dedo gordo metérmelo en la boca y chupárselo. Le vuelvo a mirar y está extasiado mirándome y está apoyado hacia atrás, apoyado en ambas manos y su pene cada vez está más tieso.
  • Joder Ian...
  • ¿Te ha gustado?.- le digo aún con su pie en mi cara.
  • Uffff...
  • Es precioso, no tienes durezas, las uñas bien recortadas y sabe bien. A ver el otro.
Me mira y sonríe mientras saca el otro pie. Le hago exactamente lo mismo y mientras le como los dedos no puedo dejar de mirarle el rabo. Lo tiene medio descapullado y se mueve de lo cachondo que está. No se la toca, solo continua apoyado, mirándome y gimiendo. Le suelto el pie dentro del agua y me acerco hacia él. Me meto entre sus piernas y alcanzo el vaso para pegarle un trago. Lo vuelvo a dejar y me apoyo en sus piernas mientras me dejo llevar con las piernas hacia atrás.
  • Bonitas vistas.
  • Ian...
  • Óscar.
Me levanto y estoy con el agua por debajo de los testículos. Me acerco a el aún más si puede y le agarro el pene sin dejar de mirarlo. Se muerde el labio inferior cuando le bajo el prepucio y dejo al descubierto su glande. Gime y se echa un poco más para atrás. Como en cámara lenta voy abriendo la boca mientras me agacho y me la meto de lleno. Grita mi nombre mientras yo me embriago del sabor de su pene. Sabe delicioso, está muy caliente y duro. Las venas que lo rodean están superhinchadas. Me la saco de la boca para mirarla y la lamo de abajo arriba. Con la lengua rodeo su glande y le hago gemir aún más. Paso la lengua muchas veces por su frenillo y noto como le sale precum. Lo relamo y siento punzadas en mi rabo. Continuo mamándosela hasta que no aguanto más y me la saco para ponerme de pie.
  • Óscar.
  • Siiii...
  • Acércate.
Se acerca a mí y con una mano la pongo tras su cabeza para acercarlo a mí y besarlo. Nos besamos con lengua, con lengua tímida y un beso torpe, pero estamos besándonos. Suelto su rabo y lo atraigo hacia mí. Levanta el culo y se viene al agua. Nos abrazamos y sonreímos mientras volvemos a besarnos sin parar dentro del agua.

Me apoyo contra un lado de la piscina y Óscar me besa y sacando su boca de la mía va hacia mi pecho. Me lame los pezones y me hace aullar del placer. Continúa bajando y metiendo la cabeza bajo el agua, se mete mi polla en la boca. Aguanta un rato hasta que sube. Yo me subo al bordillo acercándome al borde y dejándole mi polla bien libre.
  • Para mí eres perfecto Óscar.
Tras decir eso me agarra de los huevos y se mete mi polla en la boca. Me la mama de tal manera que miro hacia arriba y el cielo me parece que se mueva sobre mí. Las estrellas que hacía unos minutos estaban estáticas ahora se mueven rápidamente de un lado a otro. Sentir el calor de su boca alrededor de mi pene es de lo mejor que me ha pasado en mi vida. Sonrió y gimo a la vez y bajando la cabeza le miro como se come mi polla y como lo disfruta. Óscar levanta la mirada buscando la mía y sonríe mientras me la lame de arriba abajo sin parar.
  • Creo que no voy a poder parar de comértela nunca.
  • Ja, ja, ja. Por mí no hay problema.
  • Ven baja.
Me ayuda a bajar y nos envolvemos de nuevo en un abrazo con beso incluido mientras el cielo se mueve a una velocidad increíble sobre nosotros.

Salimos del agua y nos tumbamos juntos en una tumbona piel con piel. Nos tapamos con una toalla seca. nos miramos y nos besamos.
  • Alguna vez pensaste que pudiera pasar esto.- dijo Óscar.
  • Nunca. 
  • Yo lo que sí que recordaba era lo bien que me lo pasaba cada vez que estaba contigo.
  • Nos reíamos mucho.
  • Cierto, además nunca fuimos malo con el otro.
  • También que fuéramos primos...
  • No tiene nada que ver. Solo sé que cuando te volví a ver hace una semana aquí mismo en el agua. No se sentí una punzada en el estómago.
  • Yo me caí de la colchoneta, ja, ja, ja.
  • Literal, ja, ja, ja.
Le acaricio la cara y paso mis dedos por su barbilla hasta llegar a sus labios. Los dejo allí un rato para después llevarlos a los míos. Él se ríe y acercándose a mí me besa con energía. Nuestros rabos que estaban en semi reposo de nuevo llaman nuestra atención. Nos rozamos mientras nuestras bocas succionan la del otro.
  • Óscar.
  • Dime.
  • Me gustas mucho.
  • Y tú a mí. Oye, recogemos y vamos al cuarto, estás tiritando.
  • Sí, será lo mejor.
Recogemos todo y una vez hemos dejado todo en su sitio, apagado luces y cerradas las puertas nos metemos en nuestro cuarto.
  • Menos mal que tu cuarto tiene aseo.
  • Nunca estaré suficientemente agradecido, ja, ja, ja.
Se lanza sobre mí y me besa. Me lleva hasta la cama donde me deja caer con cuidado y me deja tumbado con las piernas colgando. Le miro y él me mira. No hablamos, únicamente nos miramos. Nos estamos diciendo tanto que el corazón se me está llenando de amor. Se acerca a mí para llevarme el pelo por detrás de las orejas y me besa. Me besa plácidamente y con calma, después baja a mi barbilla y le da varios picos. Baja por mi cuello y me rio. Me mira y sonríe. Continúa bajando y le lleva su lengua hasta uno de mis pezones. Con suavidad pasa la lengua por él y mi cuerpo se retuerce de gusto. En la vida hubiera imaginado el placer de sentir aquello. 

Rodea mi pezón con los labios y juega con su lengua alrededor de él. Mi pulso se acelera y mi rabo comienza a ponerse bien duro. Me la agarro y me masturbo despacio. Sus manos, mientras me lame el pezón, acaricia mi piel, baja hasta mi vello púbico y agarrándome, la mano que me masturba continua con el ritmo. Hecho la cabeza para atrás porque estoy a punto de explotar.

Cambia de pezón y suelta mi mano. Yo me suelto también y no tarda ni medio segundo en agarrármela y volver a masturbarme, mientras en el nuevo pezón me está dando pequeños mordiscos que me están haciendo sentir tantán cosas nuevas.
  • Me gustaría verte masturbarte.
Me dice eso al oído y me suelta el rabo. Me la agarro y comienzo a pajearme. Óscar se coloca de lado a mí y su polla está a escasos centímetros.
  • Métemela en la boca.
Lo hace y siento su calor entrar en mí. La tiene tan dura como la primera vez que me la metí en la boca. Se la mamo un poco, pero la posición es incómoda. Con la mano libre me lanzo a su culo y le hago moverse como si me follara la boca. Lo entiende y quedándome quieto, comienza a metérmela y sacármela. 

Continuo masturbándome lentamente al igual que su polla entra y sale de mi boca.
  • Joder Ian, no sabes lo excitante y morboso que es verte haciéndote una paja.
  • Hacerlo con tu polla en mi boca también lo es.- le digo sacándomela y respirando rápidamente.
Me comienzo a masturbar más rápido, pero él me la mete en la boca con mucha delicadeza, ni siquiera me la ha metido más de la mitad, tiempo al tiempo.
Mi mano va rápidamente y siento que me voy a correr. En mi cabeza me viene la imagen de su polla en vez de en mi boca en mi culo, como sería la sensación. Siento el orgasmo y la lefa sale propulsada hacia mi cara y mi pecho. No paro de masturbarme. Óscar me saca la polla de la boca y se comienza a masturbar.
  • Córrete en mi boca.
Me mira y no tarda nada en sentir el orgasmo y en volver a metérmela en la boca. Golpes secos siento de su polla y un líquido caliente golpeando mi garganta. Trago y disfruto de su sabor. Se la agarro y se la lamo hasta que no noto nada de lefa. Óscar se gira y cae boca arriba sobre la cama, resoplando y gimiendo. Me giro hacia él y me apoyo en su pecho. Noto su corazón a mil y se lo beso. Él me acaricia la cara y el pelo. Poco a poco volvemos a relajarnos y buscamos nuestras bocas. Nos besamos y reímos al mismo tiempo. Me lame la lefa de la cara y se levanta a por una toalla medio mojada. Me limpia bien por todo el cuerpo y me chupa la polla un poco para comprobar que estaba bien limpia. Le miro y me mira. Deja la toalla por ahí tirada y se tumba junto a mí. Suelto un bostezo y me acoplo en sus brazos. Ya no recuerdo más.

Al día siguiente:

CONTINUARA.








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