20.7.24

CaMpEaNdO











 

GuStOs PerSoNaLeS





















 

Relato. Mi NueVo ComPaÑerO De PiSo. 2ªparte.



 8 AM


Estoy donde la ubicación un poco nervioso y con mucho, mucho sueño, la noche estuvo entre porros, bebidas y comida y mucho sexo, no follamos con penetración, pero no hizo falta, Gerardo es el tipo de chico que me hubiera encantado tener cuando con quince años salí del armario, y sobre todo después, recuerdo que la primera polla que me metí en la boca…


  • Hola.

  • Hola.

  • ¿Luis?

  • Si soy yo.

  • Paco.


Nos estrechamos la mano.


  • Es aquí, ¿subimos?

  • Claro.


Entramos a un portal que desde fuera no se veía su belleza y lo digo yo que no estoy acostumbrado a ver portales, en mi pueblo los últimos edificios sí que tenían, pero yo ni los conozco. Subimos al ascensor y me lleva hasta la décima planta, salimos y tras abrir con llave una gran puerta blindada entramos en un pido donde da la luz hasta mis pies.


  • Bienvenido.

  • Gra...cías.


Él entra y tras de mi cierro la puerta, aún sigo con la boca abierta, es un gran salón pintado de blanco, con un sillón en forma de ele y una mesa baja, al lado una mesa para cuatro redondas y detrás una estantería hasta el techo llena de libros, y ello da a una terraza llena de plantas al igual que el interior.


  • Ven.


Le sigo. Vamos por un pasillo.


  • Esta es la cocina, no es muy grande, pero es cómoda, es de lo poco que he dejado como era antes.

  • Ahhh…

  • Este es el aseo, solo está este, el otro ya lo verás, es solo para una urgencia, ya sabes...

  • Lo entiendo.

  • Aquí mi cuarto.

  • Muy bonito.

  • Gracias, y este de aquí sería el tuyo.


Entramos en una gran habitación vacía, da la sensación de que acaban de pintar por el olor. Tiene un ventanal y una pequeña terraza que da a un patio interior.


  • ¿Qué te parece?

  • Un sueño.

  • Yo compraría la cama.

  • ¿De verdad?

  • Claro.

  • ¿Como...?

  • Era de mis padres, ya te contaré la historia si te quedas.


Salgo de la habitación, vuelvo a mirar el aseo, la cocina, el salón, salgo a la terraza y me siento en una silla de hierro que tiene para poder sentarte un cojín muy mono.


  • Me gusta.

  • Me alegro.

  • ¿Cuánto?

  • ¿300 €?

  • Eh, mm... ¿Me lo preguntas?

  • Perdona no sé qué se hace en estos casos.

  • Pero tú quieres alquilar la habitación, ¿no?

  • Sí, pero quería arreglarla y bueno…

  • Que.

  • Ayer te vi por Grinder y leí tu mensaje y no me lo pensé.

  • Vale.

  • Me gusto el mensaje y bueno... tú un poco también.


Bajo la cabeza y lo miro de arriba abajo, era un chico bastante normal, se le veía que tenía pasta y que era bastante amable, me levante y le levante la cabeza.


  • Me quedo.


Su amplia sonrisa me lleno el alma.


  • Pero no compre el colchón, ni el canapé.

  • Tengo donde quedarme, no te preocupes.

  • Vale.

  • ¿Puedo dar otra vuelta por la casa?

  • Claro.

  • Si `puedes esta tarde me puedes acompañar a comprarlo.

  • ¿A qué hora?

  • ¿Seis aquí?

  • Perfecto.

  • Hablaré con mi tío para el contrato.

  • Vale.


Continuamos hablando y yo sin parar de mirarlo todo.


  • Perdona, pero tengo que irme.

  • Si lo siento.

  • Nada.


Bajamos juntos y nos despedimos dándonos la mano. Llamo a Gerardo, en menos de cinco minutos estamos sentados en un banco con un café y un bocata.


  • ¿La mano?- me dice sorprendido.

  • Si la mano, ja, ja, ja.

  • ¿Está bueno?

  • Pues...

  • Eso es que no.

  • No de verdad no está mal, incluso creo, bueno, no lo creo, me los tiro, los tejos.

  • Cuenta.

  • Me dijo que quería alquilarla, pero dentro de más tiempo, cuando tuviera todo lo que necesitaba alguien para entrar a vivir, pero que ayer entro a Grinder y...

  • Maricón.

  • Si eso ya loo sé, tú yo también.

  • Le molaste y quiere vivir contigo.

  • Pues lo ha conseguido.

  • Imagínate a ti durmiendo en ese pedazo de cama, que por cierto si me quieres invitar a ella no te voy a decir que no, y a él fuera masturbándose mirando como duermes.

  • Ja, ja, ja.

  • Puede pasar.

  • Por pasar puede pasar de todo.

  • Cierto, ¿nos vamos?

  • ¿A dónde?

  • Hoy no curro y me apetece estar hasta la seis menos diez contigo en pelotas y lamerte entero.

  • Uhm... acabo de lubricar.

  • Uhm... anda vamos.


Me ofrece la mano y se la agarro.





GUStoS