29.1.22

31 de diciembre fum fum fum.....ReLaTo 4ª pArTe

 



Sus caderas comenzaron a coger velocidad y notaba su pubis chocar contra mí y me hacía sentirme tan libre y lleno a la vez que era inimaginable. Con mis pies sobre sus hombros me acariciaba los muslos, los gemelos, sin dejar de mirarme y viendo como con cada metida y sacada le salía un pequeño hoyuela en la mejilla que era para no dejar de mirarlo.

  • ¿Bien?.- me pregunto.
  • Increíble...
  • No dejo de mirarte...ahhhh... por ese...hoyue...loooo...ahhhh
  • Jajaja...
  • Me parece encantador, ahhhh… joder no pares nunca..... XD...
  • Es mi hoyuelo de la alegría, jajaja.
  • Como me alegra verte feliz entonces, Ufffff...
Dejo mis piernas en el aire y agachándose hacia mí me beso y comenzó a follarme lentamente, sintiendo cada beso y cada metida al mismo ritmo. Me excito tanto que comencé a correrme sin darme cuenta. Esto era estar en el paraíso y lo demás una gilipollez. Separo la cara de mí y mirándome el abdomen recogió mi lefa con varios dedos y se la llevo a la boca. Se relamió los labios y volviendo a mí me beso más apasionado y más brusco que antes. En ese momento su penetración era rápida y directa, aunque la sacara del todo luego la volvía a meter sin problema, mi culo estaba más que dilatado. Mientras me mordía el labio inferior gemía de placer hasta que me golpeo varias veces con fuerza sintiendo como el orgasmo le hacía llenar el condón de su lefa.

Se quedó sobre mí un rato más, cosa que agradecí, no deseaba que me sacara su rabo de mi culo. Mira que me he metido pollas pero como esa en ese día ninguna. Aun haciéndonos arrumacos y besándonos yo no paraba de mover las caderas y continuar disfrutando de sus penetraciones.

  • Como sigas me voy a volver a correr.
  • Pero esta vez en mi boca por favor.
  • Míralo… Si es un cerdo como yo...
  • Muy cerdo si lo reconozco.
  • Yo también, no me da vergüenza hasta que cojo confianza.
  • Ya pasamos esa línea, ¿No?
  • Si va a ser que sí.
Continúe moviéndome cada vez más rápido y él se dejó hacer. Al cabo de un buen rato así salió de mí y quitándose el condón lleno aun de lefa se acercó a mi cara y poniéndome la polla en la barbilla comenzó a masturbarse. Yo abrí grande la boca deseoso de su lefa.

  • Me corroooo… Siiii...
Chorros de lefa salpicaron por toda mi cara y hasta la cama, acerco su glande a mi lengua y los últimos trallazos los disfrute con ansia. Le hice soltársela y la agarre con fuerza para hacerle una mamada. Él se sujetó al cabecero de la cama y no paraba de gemir y gritar de gusto. Cuanto más gritaba y más se movía de la excitación más se la mamaba. Por fin se la solté y viniendo a mi cara me lamió toda su lefa para por fin terminar en mi boca para mezclarla con nuestra saliva.

  • Delicioso.- dijimos ambos.
Tumbados y agotados nos removimos entre las sabanas entrelazados hasta que cogimos postura y nos quedamos dormidos.

A LA MAÑANA SIGUIENTE:

Me desperté con la boca sequísima, busque agua, pero no tenía a mano. Me giré y el otro lado de la cama estaba vacía. Mi corazón dio un vuelco y me levanté. Fui hacia el salón y nada ni rastro. Sobre la encimera había un papel apoyado sobre un vaso de agua.

Decía:
. Buenos días, estabas tan bello durmiendo que he sido incapaz de despertarte. Bebe y dúchate. Llámame cuando estés listo y en unos 15 minutos paso a recogerte. Un beso grande, aún huelo a ti y me encanta.



PeCtOrAlEs