Eran las diez de la noche y salía de trabajar agotado de una semana un pelín espesa, me apetecía llegar a casa y tirarme al sofá, pero cuando salía un colega me lio para tomarnos algo en un bar de ambiente cerca de mi casa, dude, pero a la vez me apetecía verlo y desconectar.
Llegue un poco antes y una vez en la barra me pedí una cerveza y me puse a mirar el móvil. Continúe bebiendo sorbos y cotilleando por los mundos de las redes sociales, mire si tenía algún mensaje de mi amigo y nada, me estaba meando, pegue un trago largo a la cerveza y me fui a los aseos. Abrí las cortinas que daban a los aseos donde además había un cuarto oscuro y una zona de videos donde podías masturbarte mientras te ponían las últimas películas porno gais, habría como unas seis personas, seguí adelante y en el aseo me acerque a la pared donde había una corriente de agua continua que caía por lo menos dos metros de ancho y sacando mi polla mee. Debía de llevar sin mear como toda la tarde no podía parar de mear, escuche entrar a alguien y poniéndose a mi lado giro la cabeza y mirándome el rabo dijo:
Vaya serías un buen miembro para el grupo de meadas.
No sé qué me pasa, llevo como tres minutos meando.
Eso es bueno, así limpias.
Ya.
Le mire a la cara y observe a un hombre un poco más mayor que yo, con el pelo muy corto y casi sin entradas, una barba de dos semanas muy sensual y una nariz perfilada y pequeña, sus ojos eran oscuros y en general tenía una cara como muy bonita, baje la mirada y observe que no meaba aún, pero sí que sujetaba su rabo y bajaba y subía prepucio.
¿No meas?
La verdad que al escucharte mear me entraron mogollón de ganas, pero después de verte el rabo solo me apetece observarte y meneármela.
Vaya, directo.
Había terminado de mear hacía un rato, pero aún seguía allí con el rabo goteando las últimas gotas y sacudiéndomela, mirándole el rabo vi que se sacaba los huevos de la bragueta y girándose hacia mi pude comprobar un pene semi erecto descapullado y con unos huevos enormes.
Me ha entrado hambre.
A mí también.
Sin guardarme el rabo le agarre del brazo y me lo lleve a la sala de televisión, la gente que había dentro con el rabo ya babeando pre semen nos miró, nos colocamos apartados y le hice ponerse en la parte de arriba como de una grada, me coloque a su lado y deslizando mi mano hacia su rabo comencé a masturbarle mientras con la mía hacia lo mismo, se desabrochó el pantalón y se levantó un poco la camiseta, si hubiera sido otro sitio ya me hubiera despelotado, pero en aquel lugar a saber el último que se había corrido ahí y cuando fue la última vez que limpiaron.
Tenía un estómago sin nada de vello, terso y moreno, un ombligo muy gracioso y unos pezones que no tarde en comerme. Mi boca devoraba sus pezones y mi mano su rabo, sentía como le salía líquido de la punta y lo aprovechaba para lubricar y masturbarlo más desde la punta, eso le hizo gemir, me agache y me metí su rabo en la boca, deguste su frenillo, su glande, baje hasta sus huevos, donde uno a uno me los metía en la boca, mi rabo estaba a punto de colapsar.
Tras un buen rato mamando levante la mirada y sonriéndome con cara de felicidad agarro mi pene y se lo ofrecí, no tardo en ponerse delante a cuatro patas y metérselo enterito, desabrocho mi pantalón y bajándome un poco el eslip sin tocar nada de la grada, dejo al descubierto mi pene que estaba en toda su plenitud, lamió la punta y jugueteo con mi prepucio, lo subía y metía la lengua por dentro, eso me hacía sentir escalofríos de placer, bajando se metió mis huevos en la boca y mientras los saboreaba jugaba con mi rabo arriba y abajo, tras tremenda mamada no iba a tardar mucho en descargar, y él deseaba eso, se bajó los pantalones y el eslip y poniéndose entre mis piernas junto a nuestros rabos y con fuerza nos masturbó hasta que nuestras lefas se juntaron sobre ellos y caían por mi pecho, continuo un buen rato pajeandonos conjuntamente mientras convulsionábamos de placer, se agachó de nuevo y lamiendo hasta el último rastro de lefa me subió el eslip y acomodándose él también se sentó a mi lado.
Joder.
Un gran joder.
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto comiéndome un rabo.
Igual.
Desde que te vi meando se me hizo la boca agua.
Yo ahora la tengo seca, ¿una cerveza?
Me apetece mucho.
Salimos como flotando y al buscar un sitio en la barra me encontré con mi colega.
Tío, llevo más de media hora esperando.- dijo mi amigo.
Lo siento.
Hola, soy Javi.
Encantado, Raúl.
Fui al aseo y lo demás ya te lo imaginas.
Si, ja, ja, ja, putón.
Pedimos unas cervezas y al cabo de dos horas Raúl se acercó y me dijo:
No sé los planes que teníais ni quiero interrumpirlos más, pero estoy deseando llegar a casa y tumbarte en mi cama, saborearte cada milímetro de tu piel y dejar que me folles toda la noche.
Ehmmm.
Mi rabo saltó del eslip y noté como las pulsaciones del rabo y de mi corazón se aceleraban.
Javi, tenemos que irnos.
Ya estabais tardando mucho.
Gracias, te debo una.
Tranquilo, tú disfruta, yo a ver si me comen un rato el rabo y me voy también.
Encantado, hasta otra.
Adiós, guapos.
Vivía como a dos manzanas, subimos a su casa y entramos al salón.
Bienvenido, quería decirte que me alegra que hayas subido y que no suelo hacer esto, siéntete en tu casa.
Gracias, yo tampoco.
¿Tienes hambre?
Un poco.
Ponte cómodo y vamos a la cocina a ver qué hay.
Se desnudó y se fue hacia la cocina, me desnudé y le seguí, buscando en la nevera encontramos algo que echarnos a la boca y tras cocinarlo y bebernos un litro de agua, nos sentamos en el sofá con el plato en la mano y devoramos.
Está riquísimo.
No tanto como tú.
Que bobo, para.
Vale, ahora en serio ¿Qué te mola?
Pues soy bastante versátil, me encantan los pies, que por cierto los tuyos me chiflan y dilatar bien un ojete me mola, luego pues lo normal, mamadas, pajas y eso, y ¿a ti?
Me considero más pasivo, aunque dependiendo con quien, pues me activo o no, me mola también mucho los pies y los sobacos, lo demás igual, bueno lo de pajear las dos pollas juntas ya sabes que me mola
Sí.
Seguíamos comiendo y hablando, mientras nuestras miradas observaban al otro, nuestros rabos desde que salieron del eslip no se relajaron ni un momento, termine mi plato lo acerque a la mesa y poniéndome cómodo me agarre el rabo mientras él continuaba comiendo.
Eres un chico malo, como me atragante será culpa tuya.
Yo solo estoy poniéndome cómodo, tú sigue y observa.
Levante una pierna y con la mano libre la humedecí en saliva y unte mi ano de ella, él absortó se quitó el plato y se abalanzó a mi culo, levanto la otra pierna y se perdió en él.
No recuerdo bien hasta que hora estuvimos despiertos, solo recuerdo que tras la gran comida de culo que me hizo me llevo a la cama, donde hicimos el sesenta y nueve, comenzando por los pies y terminando por nuestros rabos, busque su culo y tras un largo y extenso tiempo dilatándoselo me acerco un condón y me lo folle durante lo que para mí fue eterno en plan delicioso. Estábamos exhaustos, pero espabilados, nos duchamos y volvimos a la cocina a gu arrear, una vez en el sofá de nuevo nos comimos la boca y terminé en su pecho jugando con su polla mientras él me acariciaba el pelo.
Volvimos a quedar alguna vez más, pero no paso de allí, él quería un marido y yo un folla migo el cual no buscara un compromiso, pero lo disfrutado allí quedó, en nuestra mente.
FIN