17.10.21

RelatO. Cuarto Oscuro ;)



Eran las diez de la noche y salía de trabajar agotado de una semana un pelín espesa, me apetecía llegar a casa y tirarme al sofá, pero cuando salía un colega me lio para tomarnos algo en un bar de ambiente cerca de mi casa, dude, pero a la vez me apetecía verlo y desconectar. 


Llegue un poco antes y una vez en la barra me pedí una cerveza y me puse a mirar el móvil. Continúe bebiendo sorbos y cotilleando por los mundos de las redes sociales, mire si tenía algún mensaje de mi amigo y nada, me estaba meando, pegue un trago largo a la cerveza y me fui a los aseos. Abrí las cortinas que daban a los aseos donde además había un cuarto oscuro y una zona de videos donde podías masturbarte mientras te ponían las últimas películas porno gais, habría como unas seis personas, seguí adelante y en el aseo me acerque a la pared donde había una corriente de agua continua que caía por lo menos dos metros de ancho y sacando mi polla mee. Debía de llevar sin mear como toda la tarde no podía parar de mear, escuche entrar a alguien y poniéndose a mi lado giro la cabeza y mirándome el rabo dijo: 


  • Vaya serías un buen miembro para el grupo de meadas. 

  • No sé qué me pasa, llevo como tres minutos meando. 

  • Eso es bueno, así limpias. 

  • Ya.

Le mire a la cara y observe a un hombre un poco más mayor que yo, con el pelo muy corto y casi sin entradas, una barba de dos semanas muy sensual y una nariz perfilada y pequeña, sus ojos eran oscuros y en general tenía una cara como muy bonita, baje la mirada y observe que no meaba aún, pero sí que sujetaba su rabo y bajaba y subía prepucio.


  • ¿No meas? 

  • La verdad que al escucharte mear me entraron mogollón de ganas, pero después de verte el rabo solo me apetece observarte y meneármela. 

  • Vaya, directo. 

Había terminado de mear hacía un rato, pero aún seguía allí con el rabo goteando las últimas gotas y sacudiéndomela, mirándole el rabo vi que se sacaba los huevos de la bragueta y girándose hacia mi pude comprobar un pene semi erecto descapullado y con unos huevos enormes. 


  • Me ha entrado hambre. 

  • A mí también.

     

Sin guardarme el rabo le agarre del brazo y me lo lleve a la sala de televisión, la gente que había dentro con el rabo ya babeando pre semen nos miró, nos colocamos apartados y le hice ponerse en la parte de arriba como de una grada, me coloque a su lado y deslizando mi mano hacia su rabo comencé a masturbarle mientras con la mía hacia lo mismo, se desabrochó el pantalón y se levantó un poco la camiseta, si hubiera sido otro sitio ya me hubiera despelotado, pero en aquel lugar a saber el último que se había corrido ahí y cuando fue la última vez que limpiaron. 


Tenía un estómago sin nada de vello, terso y moreno, un ombligo muy gracioso y unos pezones que no tarde en comerme. Mi boca devoraba sus pezones y mi mano su rabo, sentía como le salía líquido de la punta y lo aprovechaba para lubricar y masturbarlo más desde la punta, eso le hizo gemir, me agache y me metí su rabo en la boca, deguste su frenillo, su glande, baje hasta sus huevos, donde uno a uno me los metía en la boca, mi rabo estaba a punto de colapsar. 


Tras un buen rato mamando levante la mirada y sonriéndome con cara de felicidad agarro mi pene y se lo ofrecí, no tardo en ponerse delante a cuatro patas y metérselo enterito, desabrocho mi pantalón y bajándome un poco el eslip sin tocar nada de la grada, dejo al descubierto mi pene que estaba en toda su plenitud, lamió la punta y jugueteo con mi prepucio, lo subía y metía la lengua por dentro, eso me hacía sentir escalofríos de placer, bajando se metió mis huevos en la boca y mientras los saboreaba jugaba con mi rabo arriba y abajo, tras tremenda mamada no iba a tardar mucho en descargar, y él deseaba eso, se bajó los pantalones y el eslip y poniéndose entre mis piernas junto a nuestros rabos y con fuerza nos masturbó hasta que nuestras lefas se juntaron sobre ellos y caían por mi pecho, continuo un buen rato pajeandonos conjuntamente mientras convulsionábamos de placer, se agachó de nuevo y lamiendo hasta el último rastro de lefa me subió el eslip y acomodándose él también se sentó a mi lado. 


  • Joder.

  • Un gran joder. 

  • Hacía tiempo que no disfrutaba tanto comiéndome un rabo. 

  • Igual. 

  • Desde que te vi meando se me hizo la boca agua. 

  • Yo ahora la tengo seca, ¿una cerveza? 

  • Me apetece mucho. 

Salimos como flotando y al buscar un sitio en la barra me encontré con mi colega. 


  • Tío, llevo más de media hora esperando.- dijo mi amigo. 

  • Lo siento. 

  • Hola, soy Javi. 

  • Encantado, Raúl. 

  • Fui al aseo y lo demás ya te lo imaginas. 

  • Si, ja, ja, ja, putón.

Pedimos unas cervezas y al cabo de dos horas Raúl se acercó y me dijo: 


  • No sé los planes que teníais ni quiero interrumpirlos más, pero estoy deseando llegar a casa y tumbarte en mi cama, saborearte cada milímetro de tu piel y dejar que me folles toda la noche. 

  • Ehmmm.

Mi rabo saltó del eslip y noté como las pulsaciones del rabo y de mi corazón se aceleraban. 


  • Javi, tenemos que irnos.

  • Ya estabais tardando mucho. 

  • Gracias, te debo una.

  • Tranquilo, tú disfruta, yo a ver si me comen un rato el rabo y me voy también. 

  • Encantado, hasta otra. 

  • Adiós, guapos.

     

Vivía como a dos manzanas, subimos a su casa y entramos al salón. 


  • Bienvenido, quería decirte que me alegra que hayas subido y que no suelo hacer esto, siéntete en tu casa.

  • Gracias, yo tampoco. 

  • ¿Tienes hambre? 

  • Un poco. 

  • Ponte cómodo y vamos a la cocina a ver qué hay. 

Se desnudó y se fue hacia la cocina, me desnudé y le seguí, buscando en la nevera encontramos algo que echarnos a la boca y tras cocinarlo y bebernos un litro de agua, nos sentamos en el sofá con el plato en la mano y devoramos. 


  • Está riquísimo. 

  • No tanto como tú. 

  • Que bobo, para. 

  • Vale, ahora en serio ¿Qué te mola? 

  • Pues soy bastante versátil, me encantan los pies, que por cierto los tuyos me chiflan y dilatar bien un ojete me mola, luego pues lo normal, mamadas, pajas y eso, y ¿a ti? 

  • Me considero más pasivo, aunque dependiendo con quien, pues me activo o no, me mola también mucho los pies y los sobacos, lo demás igual, bueno lo de pajear las dos pollas juntas ya sabes que me mola 

  • Sí.

Seguíamos comiendo y hablando, mientras nuestras miradas observaban al otro, nuestros rabos desde que salieron del eslip no se relajaron ni un momento, termine mi plato lo acerque a la mesa y poniéndome cómodo me agarre el rabo mientras él continuaba comiendo. 


  • Eres un chico malo, como me atragante será culpa tuya. 

  • Yo solo estoy poniéndome cómodo, tú sigue y observa.

     

Levante una pierna y con la mano libre la humedecí en saliva y unte mi ano de ella, él absortó se quitó el plato y se abalanzó a mi culo, levanto la otra pierna y se perdió en él. 


No recuerdo bien hasta que hora estuvimos despiertos, solo recuerdo que tras la gran comida de culo que me hizo me llevo a la cama, donde hicimos el sesenta y nueve, comenzando por los pies y terminando por nuestros rabos, busque su culo y tras un largo y extenso tiempo dilatándoselo me acerco un condón y me lo folle durante lo que para mí fue eterno en plan delicioso. Estábamos exhaustos, pero espabilados, nos duchamos y volvimos a la cocina a gu arrear, una vez en el sofá de nuevo nos comimos la boca y terminé en su pecho jugando con su polla mientras él me acariciaba el pelo. 


Volvimos a quedar alguna vez más, pero no paso de allí, él quería un marido y yo un folla migo el cual no buscara un compromiso, pero lo disfrutado allí quedó, en nuestra mente. 


FIN 





PeCtOrAlEs