2.3.24

VeLLo pUbIcO











 

RelAtO. IsAaC 7ª parte




 5 DÍAS PARA IRME


Me despierto sobresaltado y lo busco en la cama, le toco con la mano y relajándome un poco, me acerco a su cuerpo y lo abrazo, él gime al sentirme. Miro alrededor y siento mucha luz, busco el móvil.


  • Nene que son las nueve.

  • ¿Y?

  • No sé.

  • No curro hoy.

  • ¡En serio!


Suelto el móvil para besarle el cuello y bajar con la lengua hasta su culo. Él sube una pierna y me deja vía libre, le lamo el ano y se lo trabajo mientras él gime y se masturba. Me pongo un condón y pegándome a él lo penetro con calma, sintiendo su calor rodear mi pene. Gira su cara y me mira, aún con cara de sueño, pasó la mano por su pelo y le sonrió. Le follo mientras no dejamos de mirarnos, de acariciarnos, de cogernos de la mano. Me pongo sobre él y antes le levanto las piernas y se la meto.


  • Buenos días.

  • Muy buenos días...ahhh…

  • Si llego a saber que hoy no trabajabas...

  • ¿Qué?

  • No se hubiese organizado algo.

  • Aún podemos.

  • Cierto.


Le beso mientras le penetro, le siento, lo amo.


  • ¿Te apetece playa?

  • Siempre.- le digo perdiendo el conocimiento.


Me pongo de rodillas y sujetándole de la planta de los pies con las manos, me llevo uno de ellos a la boca y se lo chupo. Él me mira mientras se masturba y no quita esa hermosa cara que tiene, que hace que mi corazón bombé cada vez más rápido y que mi polla se llene de sangre aún más si se puede.


Tengo sus dedos gordos de los pies en la boca y siento que no puedo aguantar más, me corro y siento una gran liberación. A su vez, Isaac acelera la paja y se corre. Yo rápidamente salgo de él, me quito el condón y me lanzo a su polla entre risas, por fin lo consigo y me deja mamársela unos segundos.


  • Ja, ja, ja.

  • No puedo remediarlo.

  • Ja, ja, ja.

  • ¿Cómo se puede estar tan bueno...?—le digo lamiéndolo por todos lados.

  • Ja, ja, ja, algunos despertamos bellos y otros con mucha energía.

  • Ja, ja, ja, cierto, follarte, así de buena mañana es el mejor desayuno.

  • Tendrás que hacerlo más a menudo.

  • Sabes que encantado, aunque la próxima lefada la quiero en mi boca.

  • Te avisaré.

  • Gracias.

  • No hay de qué.

  • Ja, ja, ja.


Le hago cosquillas y terminamos los dos por toda la cama huyendo del otro, es por momentos así por los que merece la pena despertarse.



Sobre las doce del mediodía:


Isaac arranca su furgoneta y con todo preparado nos dirigimos a una bella cala, que según Isaac es la más bonita de todas y la menos conocida. En menos de una hora estamos aparcando y sacando las cosas.


  • ¿Quieres dormir esta noche aquí?.- me pregunta Isaac.

  • Por mí, sí, ¿trajimos suficiente comida?

  • Sí, yo creo que sí, además yo dentro tengo varias latas y cosas.

  • Genial entonces.


Nos adentramos por una pinada y siguiendo un sendero bastante arduo, conseguimos llegar a una zona a la que había que bajar saltando o deslizándote. Como íbamos cargados, fuimos bajando las cosas y saltamos. Una vez en las piedras ya más pequeñas, miramos dónde colocarnos. Solo había una pareja hetero y nosotros, los saludamos y seguimos hasta una zona donde las piedras hacían como separaciones y nos daban bastante intimidad.


  • ¿Bien aquí?

  • Perfecto.


Nos desnudamos y colocamos las cosas. Lo segundo fue irnos directos al agua que estaba cristalina y fresca, al llegar a los huevos dimos un pequeño brinco hasta que nos tiramos de golpe. Nadamos hasta bien adentro y desde allí se veía todo mejor:


  • Qué pasada.

  • Me encanta, aunque no vengo mucho, es un rollo para bajar.

  • Así entre dos no está mal.

  • Si entre dos sí, uno solo es un coñazo.

  • Lo entiendo, no es una playa para venir un rato.

  • Exacto, entre que no está muy cerca y no es muy accesible, que también es bueno porque no hay gente por lo que habrás visto.

  • Un placer de sitio, gracias.

  • A ti por acompañarme.


Nos besamos.


  • Me han entrado ganas de que me folles aquí.- le digo susurrándole al oído.

  • Y a mí, te follaré aquí una y otra vez y esta noche mientras te pongo mirando a las estrellas.

  • Uhmmm, creo que me saliva la polla.

  • Ja, ja, ja, estamos fatales.


Se aleja y me echa agua. Yo lo sigo y le salpico también. Nadamos y nos reímos, nadamos y nos besamos. Ya en la orilla nos rebozamos besándonos y frotándonos los penes. Miramos un poco alrededor y el tipo tiene a la chica a cuatro patas mirando para el mar, follándola. Nos miramos y sonreímos.


Estoy en la orilla tumbado boca arriba, sintiendo las olas del mar, balancearme y la boca caliente de Isaac rodeándome la polla. Echo los brazos hacia atrás y me dejo llevar por esas dos grandes sensaciones. El sol está en todo su esplendor y menos mal que las olas que nos mojan de vez en cuando, si no estaríamos achicharrados de calor.


  • Ponte a cuatro patas.- me dice Isaac golpeando mi polla con su mano.

  • Si amo.


Se ríe a carcajadas. Es uno de los mejores sonidos del mundo.


Está comiéndome el culo mientras veo cómo ahora la chica está tumbada boca arriba con las piernas sobre los hombros de su chico y el chico me mira sonriente. Ella gime y yo también al sentir varios dedos dentro de mi culo. Isaac me masturba mientras con sus dedos frenéticos mientras me dilatan el culo. El chico no deja de mirarme y yo, sin cortarme tampoco a él. Isaac sale de mi interior y siento un beso cálido en cada glúteo.


  • No te muevas.

Le veo irse hacia la toalla con la polla dura como un mástil, veo cómo se pone un condón y se echa bien de lubricante. Viene dando saltitos y con las gafas de sol, me río al verlo así. Se coloca tras de mí, no sin antes darme un morreo, y siento su penetración rápida y precisa. Me agarra de los hombros y empuja fuertemente hacia mí, siento la penetración tan profunda que siento como la próstata que se me pone a dar palmitas de felicidad.


La chica chilla cada vez más hasta que sin cortarse el chico grita que se corre y sacándola la llena de lefa por todas partes. Le miro sonriente y él me devuelve la sonrisa mientras se agacha a tumbarse sobre su chica y besarla. Tras un rato retozando, se levantan y van al agua, nos miramos y nos saludamos sonrientes. El chico aún tiene la polla tiesa y menuda polla más bonita. Se meten al agua y los veo perderse entre unas rocas.


  • Amor, creo que...ahhhh...


Sale de mí y poniéndose de rodillas delante de mí, y yo, abriendo bien la boca, descarga dentro toda su lefa. La recibo toda para después meterme esa increíble polla en la boca y relamérsela hasta que me pida que pare. Riéndose me pide que pare y levantándome me masturbó hasta que me corro también en su boca. La tengo hipersensible y aguanto poco sus lamidas. Buscamos nuestras bocas y nos besamos, dejándonos caer en la orilla y sintiendo el oleaje.


Hemos comido algo y ahora Isaac está dormido plácidamente. Yo no sé qué me pasa, pero en la playa soy incapaz de dormir. Me fumo uno y lo apago tras unas breves caladas, me levanto y doy un paseo por la orilla, me subo a unas piedras y camino un poco por el monte. Miro hacia donde estamos y veo los pies de Isaac salirse de la sombrilla y a la pareja que parecen también dormidos. Continuo caminando desnudo por el monte hasta la zona más alta desde donde se ve el maravilloso mar y toda la costa, me siento en una roca y me quedo contemplándolo absorto.


Oigo ruidos, me doy la vuelta y veo al chico que está con la chica viniendo hacia mí.


  • Hola.

  • Hola.

  • Perdona que te moleste.

  • No tranquilo, solo estaba observando la maravilla de vistas.


Se pone de pie muy cerca de mí.


  • La verdad que son espectaculares.


Nos miramos y nos sonreímos. Él se agarra la polla y comienza a descapullársela haciendo que poco a poco se le vaya poniendo morcillona.


Me mira:


  • Perdona, es estar desnudo y... me dice sin dejar de manosearse.

  • Es normal, me pasa lo mismo.


Me abro de piernas y siento mi polla saltar como un resorte casi empalmado.


  • Vaya, tú también estas...

  • Si un poco.- le digo sonriente.

  • ¿cambiamos?

  • ¿De qué?

  • De posición, yo me siento y tú de pie.


Me levanto y le dejo sentarse, me pongo a su lado y agarrándome la polla, me la pongo bien dura. Él también se está masturbando, siento el ruido de su mano al hacerlo. Dudo si mirarlo, trago saliva y lo miro.


  • ¿Bien?.- le pregunto.

  • Mejor si te acercas.


Me giro y me acerco, poniéndome delante de él. Él, sin vacilar con su mano libre, agarra mi polla y me masturba.


  • Buena polla.

  • Gracias.

  • Tu chico debe de estar contento.- me dice mirándome sonriendo.

  • No se ha quejado la verdad.


Tira de mi polla hacia él y abriendo la boca se la mete entera en la boca. Me acaricia los huevos y me la comienza a mamar. Yo no salgo de mi asombro, le acaricio la cabeza rubia que tiene y aprieto contra su boca. Le gusta porque se queda quieto, le folló la boca y aguanta el muy cabrón, cada metida en su boca hasta la garganta y no es que la tenga enorme, pero lo sé.


Continúa mamándomela sin dejar de masturbarse, le miro su polla y está goteando, babeo solo de pensar en ella, en mi boca o en mi culo. El chico está todo motivado y continúa haciéndome una de las mejores mamadas que me hayan hecho nunca.


Sé la saca de la boca y se levanta.


  • Muy buena polla, te llevaría a casa y te dejaría seco.

  • Uhmmm…


Junta su polla con la mía y nos masturba. Miro hacia abajo tremenda conexión cuando siento su dedo en mi mandíbula, la subo para arriba y siento su boca contra la mía. Abro la boca y su lengua se apodera de ella, le agarro por la nuca y nos comemos la boca con ansia. Continuamos besándonos sin dejar de masturbarnos, por un momento se separa de mí y se queda mirándome.


  • Besas muy bien, ¿Quieres?.- me dice ofreciéndome su polla.


Yo me agacho de cuclillas y acepto tremenda invitación. No todas son iguales, gracias a Dios, pero hay algunas repartidas por el mundo que deberían estar expuestas para que quien quiera se las coma como yo estoy haciendo ahora mismo. No es enorme, únicamente es perfecta. La escupo y lo masturbo sin dejar de maravillarme, me la meto en la boca y la saboreo, sabe aún un poco a sal y a algo de crema solar. Le acaricio los huevos y, ¿qué decir, tiene una polla y unos huevos increíbles? Suspiro para mis adentros sin dejar de mamar como una buena mamadora que soy.


  • Creo que...- le escucho decir.

  • ¿Dónde quieres?

  • Culo o polla me da igual.


Me doy la vuelta y me agacho dejándole vía libre. Siento su glande frotarse contra mi ano y a el cómo cada vez acelera más y más hasta que se corre, siento su lefa caliente por mi culo y mi ano. No veo nada, pero por lo que siento es también un buen lechero. Golpea su polla contra mi culo varias veces para después sentir sus manos y su boca. Me relame cada zona de mi culo y termina haciéndome un beso negro glorioso.


Me incorporo y, dándome la vuelta, me besa para después agacharse. No sé cómo lo sabe, pero sí me quiero correr en su boca. Me masturbo hasta que siento el cosquilleo por todo mi cuerpo y él acercándose más y más, saca la lengua y recibe los trallazos de mis lefazos para después agarrármela y sin soltármela chupármela de arriba abajo. Se levanta sin dejar de tocármela y me besa efusivamente, juntamos nuestros cuerpos y nos abrazamos, se separa un poco de mí y me da un pico.


  • Ha sido un verdadero placer, me dice dándome otro pico.

  • Lo mismo digo, creo que tienes la polla más bonita que he visto nunca.

  • Gracias, si lo dices tú, seguro que será cierto.


Se ríe y, acercándome a él, le como la boca para después agacharme y con la polla medio flácida chupársela. Él gime y me acaricia la cabeza, se la descapullo y le relamo el glande para después levantarme y volver a besarlo.


  • Vamos, me dice ofreciéndome la mano.


Se la agarró y durante un rato vamos cogidos de la mano bajando el monte. Ya cuando se pone más empinado, las soltamos. Bajamos hasta cerca de donde estamos y poniéndose en una roca, me mira y sonríe para después tirarse al agua. Le veo hundirse y salir a flote, me mira y me dice con la mano que vaya. Salto y voy hacia él, me agarra y me besa.


  • No dejaría de besarte, me dice dulcemente.

  • Yo a ti tampoco.


Y los dos, allí flotando y besándonos, nos dejamos llevar un rato hasta que somos conscientes de que esto es solo lo que ha sido y ya está. Nos tocamos la polla por última vez y se va nadando hacia la orilla. Le sigo con la mirada cómo va hacia la toalla y cómo se gira para mirarme y mandarme un beso, tontamente hago que lo cojo y me lo llevo a mis labios. Continuo mirándolo hasta que veo cómo se tumba boca arriba con la polla medio empalmada.


Llego a mi toalla y miro hacia Isaac. Aún duerme, me tiro en la toalla y ahora sí cierro los ojos y me quedo plácidamente dormido.


No sé cuánto tiempo ha pasado, siento un dedo pasar por uno de mis pezones, se me eriza la piel y siento el pene palpitar. Oigo su risa, aún no abro los ojos, cambia de pezón y me agito.


  • Uhmmm...


Siento su mano, agarrarme la polla y masturbarme. Me encanta recién despierto una buena paja, debería ser obligatoria, esa descarga, puro placer. Ahora siento su mano bajar y subir por mi falo y sus labios besarme por el cuello. Abro un poco los ojos y me lo encuentro a centímetros de mi cara.


  • Hola.

  • Ahhhh... hola...

  • ¿Descansado?

  • La verdad...ahhh... que sí, ¿tú?

  • Mucho, ahora solo quiero estar así masturbándote y besándote.

  • Me parece un buen plan.

  • Eso pensé yo al verte así boca arriba con la polla descansando en tu muslo y los pezones duros.

  • ¿Duros?

  • Muy duros.


Pasa la lengua por cada pezón y doy un gemido; él me mira y sonríe.


  • Ufff te los mordería...

  • Si es con cuidado, no tengo problema.


Sentí sus dientes apretarse y un cosquilleo que me iba desde la planta de los pies hasta la coronilla. Cambio de pezón mientras con el otro recién mordido me lo estimulaba con los dedos, me retorcí de placer. Esto y la paja estaban en un completo momento de sensaciones que me llevaban todas al mismo lugar, a correrme en su boca.


Isaac me besa en la oreja y baja dándome besos por el cuello hasta llegar a mi nuez, sube y en mis labios se para a comerme la boca, siento su mano acelerar y gimo en su boca. Antes de que yo diga nada, ya está con la boca abierta y dándome lametazos en el glande hasta que unos buenos chorros de lefa comienzan a salir directo a su boca. Tras terminar de eyacular, se la mete en la boca y me hace una mamada que me hace retorcerme por toda la toalla de risa y placer. Viene hacia mí relamiéndose y con cara de pillo.


  • Como siempre en su punto.

  • Ja, ja, ja.

  • Baño y subimos, ¿vale?

  • Claro, vamos.


Nos dimos el último baño del día y tras recoger, subimos a la cámper. Nos duchamos como pudimos con unas garrafas de agua y un invento para hacer como si fuera una ducha, y la verdad es que funcionó. Cenamos ya en noche, cerrada, y nos arrejuntamos después, desnudos en un colchón en el suelo.


  • Wau...

  • Está el cielo increíble.

  • Cierto.

  • Como se nota que no hay civilización cerca.

  • Así es, lo más cercano estará como a media hora.

  • Me encanta, gracias por traerme.

  • A ti.


Nos besamos. Y así uno junto al otro, sintiéndonos, sin hablar, besándonos en algún momento, nos dejamos llevar por el frescor de la noche. Siento cómo me arropan y enseguida cierro los ojos.




LefazOs











 

PeCtOrAlEs