7.10.23

Relato. Mi pueblo y tu, 10ª parte.

 




Sábado



Me despierto con el brazo de Dani bajo mi cuello, me levanto y voy a mear. Cuando vuelvo está destapado y desnudo. Está mirando hacia la pared y su culo mira hacia mí. Sonrió y voy directo a él. Le beso por toda la espalda y bajo. Abro mis manos y le muevo los cachetes del culo.


  • Ufffff Dani...


Él gime y se retuerce un poco para ponerse boca abajo y abrirse de piernas. Me meto entre sus piernas y me lanzo de lleno abrirle el culo y meter la cara entre sus nalgas. Saboreo la zona y se la lamo. Dani gime y se agarra a la almohada. Continuo comiéndoselo hasta que le meto un dedo y juego con su ano un buen rato. Después le meto dos seguidos de tres. Cada vez dilatamos mejor y disfrutamos más de estas experiencias. Me acerco a por un condón y el lubricante, busco su cara y dulcemente le doy un beso en la mejilla. Me mira excitado y me pone el culo en pompa.


  • Fóllame.

  • Ufffff en esta posición...


Le agarro de las caderas y enfilo mi rabo. Se lo voy metiendo muy poco a poco y una vez lo tengo todo dentro, me quedo quieto unos minutos.


  • ¿Bien?

  • Ufffff te podrías quedar así siempre porfa.

  • Ja, ja, ja.


La saco sin sacarla del todo y comienzo a embestirlo a un ritmo suave. Mis manos acarician su espalda y le abren el culo para ver como mi rabo entra y sale. Daniel tiene la cara metida entre las almohadas y grita mi nombre. Sonrió mientras le embisto con fuerza y siento mis huevos golpear los suyos. Con una mano busco su rabo y se lo masturbo. Lo tiene duro y descapullado. Se la meneo varias veces hasta que la suelto y continuo con la penetración.


  • Dale más duro Marco…


Hago caso a sus órdenes y agarrándolo con fuerza de las caderas le embisto como nunca antes lo hubiera hecho. Es raro, pero aún no tengo ganas de correrme, estoy disfrutando esto como nunca, y eso que esa posición no es de mis favoritas, pero he de reconocer que para disfrutar las embestidas está bien. La saco del todo y se la meto.


  • Marco…

  • Perdona...

  • No, no si era que me ha encantado...

  • A si...


La saco varias veces y le embisto, mi polla ya sabe donde está ese preciado agujero y lo encuentra sin problema. Ahora sí que la saco y le pido que se ponga de lado. Me pongo delante de su culo y con piernas bien cerradas se la meto.


  • Joder...

  • ¿Duele?

  • No que va, es solo que ahora la sensación es distinta, me encanta, sigue, no pares...


Sonrió y me acerco a su cuello y se lo beso. Me tumbo detrás de él y continuo follándomelo hasta que noto como la presión de mis huevos aumenta y siento el orgasmo aproximándose. Le embisto con fuerza con cada latigazo de placer hasta que me dejo caer a un lado con el condón lleno de lefa. Daniel se da la vuelta y busca mi cara, me besa y con una mano me quita el condón para después bajarse a comerme el rabo. Me lo rechupetee bien y me la come durante un buen rato. Me rio de la sensación y mirándome viene hacia mí.


  • Me ha gustado mucho.- me dice besándome.

  • Y a mí.

  • Posturas nuevas.

  • Tendremos que probarlas todas para luego decidir cuál nos gusta más.

  • Si por favor hay que comprar un kamasutra gay inmediatamente, ja, ja, ja.

  • No me voy sin comprarlo.

  • Ja, ja, ja.

  • Me gusto, pero me sigue molando más cuando te tengo de frente y veo tu cara. Igual me pasa cuando tú me follas.

  • A mí también, pero la del perrito da mucho placer y para el que da mola. La de lado ha sido una gozada, porque tenía como el agujero más cerrado y al metérmela a sido... Ufff...

  • Me alegro.

  • Te quiero Marco.

  • Y yo a ti Dani.


Salimos de la cama para ducharnos y salir a desayunar.


Paseamos por el centro de Madrid, comimos bocadillo de calamares, nos hicimos fotos por todos lados. Hablábamos de miles de cosas, nos besábamos y no dejábamos de cogernos de la mano.


El día termino viendo una película en el cine y paseando de vuelta a casa.


  • ¿Qué tal lo pasaron chicos?

  • Muy bien mama.

  • ¿Por dónde habéis estado?

  • Por el centro y luego volvimos andando.

  • Un buen paseo entonces, ¿tenéis hambre?

  • La verdad que no comimos antes del cine, vamos a acostarnos.

  • Muy bien que descanséis.

  • Gracias, ¿y papa?

  • De guardia.

  • Vaya mándale un beso si hablas con él.

  • Dalo por hecho.


Nos encerramos en nuestro cuarto y antes de llegar a la cama ya estábamos desnudos y magreándonos.


  • Me encanta la calle, pero estar aquí así contigo me gusta más.

  • Si fuéramos en bolas por la calle sería horrible, ja, ja, ja.

  • Estaría todo el rato a cuatro patas, ja, ja, ja


Continuamos dándonos cariño hasta que caímos sobre la cama.


  • Que te parece si nos ponemos los dos condones y vamos alternando.

  • Uhmmm suena muy bien, pero recuerda que tu madre está abajo.

  • Lo se lo haremos en silencio.


Hicimos un sesenta y nueve y cuando teníamos los rabos más que duros nos pusimos los condones. Sin dilatar ni nada, Dani fue el primero en metérmela y aunque costo un poco cada vez era más fácil. Me agarro de las piernas y poniéndomelas sobre sus hombros, me follo. Yo solo le miraba como sus expresiones cambiaban y como disfrutaba de metérmela. Y yo de que me la metiera por qué teníais que ver qué pedazo de rabo tiene Daniel.


La saco y poniéndose sobre mí de cuclillas se sentó sobre mi polla. Le dolió porque su cara era de dolor, pero hasta que no se la metió no paro. Una vez dentro bajo las rodillas y buscándome me beso.


  • Dale poco a poco.


Doble las piernas y fui sacando y metiendo mientras su boca mordía mis labios. Esa postura también era nueva y había que decir que no estaba nada mal. La penetración era profunda y tenerlo comiéndome la boca era un punto positivo a la posición. Daniel se dejó caer y volviendo a ponerse de cuclillas sin sacársela, comenzó a cabalgar sobre mi rabo. Yo solo de verle casi me corro, su rabo rebotaba contra su vientre y sus huevos al bajar me daban en el mío. Me quedé como hipnotizado viéndole y sintiendo como él tenía todo el dominio de la situación.


  • Creo que esta posición me encanta.- me decía dejándose caer con fuerza y metiéndose casi mis huevos por el ojete.

  • Y una de las mías, Ahhhh


No dejo de cabalgar hasta que sudando a raudales se levantó y se tumbó él boca arriba.


  • Sube vaquero.

  • Ja, ja, ja.


Me coloqué como el y la verdad que la profundidad de la penetración era brutal. Tenía ganas de gritar cuanto lo quería y que no dejara de follarme así nunca, pero su madre, así que en todo momento mantuvimos las formas y gemimos en silencio, cosa que ya nos íbamos habituando cada vez más.


  • Me corro Marco...me corro...no pares dale más fuerte...

  • Y yo...ahhhh


Comencé a soltar lefa por toda la cama y sobre su cuerpo. Sentir su rabo dándome en la próstata hacía que no parara de correrme. No deje de soltar lefa hasta casi 15 lefadas después. Dani me miraba sonriendo y con cara de felicidad.


  • Ven aquí...


Sin salirme de él nos besamos llenos de lefa y sudor.


  • Menudo pringue creo que tengo hasta en el ojo, Ja, ja, ja.

  • Madre mía, tu madre estará flipando.

  • Si no hemos hecho casi ruido.

  • Eso es lo que tú te crees, ja, ja, ja.

  • Da igual ella también fue joven.


Sin parar de dejar que su rabo saliera de mí, lo deje que continuara follándome. Como quería a ese hombre y no solo por el tremendo cacho de carne que me estaba metiendo, sino por todo, era generoso, amable, gracioso, educado y muy buena persona.


  • ¿En qué piensas?.- le pregunte.

  • En que tu rabo dentro de mí es de las cosas más maravillosas que me han pasado nunca.


Se puso del color de un tomate bien rojo.


  • También hay más cosas que me gustan de ti, pero ahora mismo sintiendo este gusto...

  • ¿Te gusta mi polla?

  • Sí.- le dije sonrojándome.

  • Así bien dentro.- me dijo empotrándomela bien dentro.

  • Ahhhh Siiii...

  • ¿Y qué más?

  • Tus huevos colganderos.

  • Ja, ja, ja.

  • ¿Y qué más?

  • Tu ano precioso y estrellado.


No dejamos de decirnos guarradas mientras continuaba él mete saca.








Relato. Mi MeS dE vAcAcIoNeS 14ª parte

 



DÍA 23



No sé qué hora es y no quiero saberlo. Me duelen hasta los dedos de los pies al moverlos. Abro los ojos y veo a Héctor roncando plácidamente. Me acerco y le doy un beso en la mejilla. Me levanto para mear y aprovecho a mirar la hora, son las dos y media. Creo recordar que debíamos abandonar la habitación a las cuatro. Me meto de nuevo en la cama y pongo la alarma para que suene en una hora.


Pipipipipipi...


Cancelo la alarma y veo como Jorge está despierto mirando el móvil.


  • Buenas tardes.- le digo.

  • Ehm… Buenas tardes, ¿cómo estás?

  • Cansado.

  • Ya somos dos.

  • Héctor amor vete despertando que debemos dejar la habitación en media hora.

  • Noooo…

  • Que si venga.


Me levanto y subo la persiana. De pronto entra una cantidad de luz des mesurable.


  • Jooo cierra...- se queja Héctor.

  • Voy a la ducha y recojo.


Son las cuatro y diez y por fin salimos del hostal. Dejamos las cosas en el coche y vamos en busca de un sitio para comer.


Nada a esas horas lo que hemos conseguido ha sido una ensalada y unos bocatas de fiambre.


  • Bueno, no está mal.- nos dice Jorge con la boca llena.

  • No, la verdad que no.- le contesto.

  • ¿Otra coca cola?

  • Siiii...


Tras varias coca colas y un postre nos metemos en el coche.


Son las ocho cuando entramos por el garaje de Héctor.


  • Perdón, chicos he venido por costumbre, ¿os acerco a casa?

  • No amor tranquilo, mañana cuando te levantes nos vamos contigo.

  • Genial.

  • Baño y cena por dios.- reza Jorge.

  • Hecho.

Dejamos las cosas ordenadas y nos metemos en la piscina. Estamos tan cansados que ni siquiera nos acercamos el uno al otro. Pedimos algo de cenar y tras engullir nos tiramos en la cama.


  • Solo quiero dormir.- me dice Héctor dándome un pico.

  • Creo que somos tres, mira a Jorge, ja, ja, ja.

  • Se quedó dormido según caía a la cama, ja, ja, ja.

  • Buenas noches, amor.

  • Buenas noches.



DÍA 24



Nos levantamos con la hora pegada al culo y casi no nos da ni para tomar el café. Héctor nos deja en la puerta del residencial donde estamos y se va a currar. Jorge se va a casa y yo a la mía.


Antes de entrar me lo pienso y doy media vuelta. Me voy al paseo marítimo y camino un poco. Llego hasta una cala donde hay una cafetería y me tomo un café con dos tostadas. Ya son casi las once y el sol pega de lo lindo. Camino hasta casa y al llegar me desnudo y me pongo el bañador. Salgo a la piscina y tras dejar las cosas en el césped me tiro de cabeza.


Son como las tres y aún sigo en la piscina. Me doy un último baño y me voy a casa a comer. Como algo rápido y me tiro en la cama. Justo cuando iba a dormirme oigo el sonido de un mensaje.


_ Hola Ricardo, ¿te ape compañía?.- Jorge.

_ Vente.


Al cabo del rato oigo la puerta abrirse y cerrarse y al poco su cuerpo desnudo detrás del mío. Me besa en la nuca y me duermo.


  • Ohh... Siiii...


Acabo de despertarme y siento como Jorge me está haciendo una mamada increíble. Abro los ojos y le veo metiéndosela hasta el fondo tocando labios con pelo púbico. Se atraganta y se la saca.


  • Qué bruto eres... ja, ja, ja...

  • Me chifla recién despertada, no sabes como me llamaba.

  • ¿A si?

  • Si sí, de pronto se ha puesto híper dura y se ha comenzado a descapullar y a mirarme con su ojo.

  • Ja, ja, ja, ojalá me despertaran así siempre, ahhhh...


Me está pajeando mientras deja caer saliva sobre ella. Me tira de los huevos hacia atrás y dejándome la punta completamente libre de pellejo, me la casca desde arriba haciéndome ver en blanco.


  • Ohh... joder...

  • ¿Quieres follarme o te follo?

  • Las dos... Ahhhh...

  • Primero yo entonces.

Se pone el condón y levantándome las piernas noto sus dedos trabajarme el culo mientras con un pie sobre su mano me lo chupa. Luego el otro y así hasta que no puedo más y le suplico que me la meta.


Está dentro de mí mientras su lengua no para de comerme los pies.


  • Es esto lo que te gusta, ¿verdad?

  • Si Siiii...

  • ¿Me los comerás también?

  • Claro que sí… Ohh...

  • ¿Te gustan mis pies?

  • Ahora mucho, ja, ja, ja.

  • Antes eran horrendos.

  • Tanto como eso... Ahhhh… No dejes de metérmela please...

  • Si ok… Ahhhh...

  • Con el sol se te han puesto morenos y además te hice la pedicura, no lo olvides, qué tenías uñas de pájaro.

  • Con qué uñas de pájaro...

  • Ahhhh


Me penetra con fuerza mientras siento en mis entrañas todo el trozo de carne que es la polla de Jorge, que no es poca.


  • Se me ocurre una idea... Ahhhh... joder qué caliente tienes el culo cabrón...

  • Dime...

  • Correrme en tus pies y comértelos y tú en los míos y comértelos…

  • Ufff joder siiiiiiii...

  • Cuando estemos a punto de...

  • Si te aviso...no pares...

  • ¿Así bien?

  • Ufff mejor que nunca...


Mis dedos gordos de los pies están en su boca mientras su lengua juega con ellos y su polla entra y sale de mí haciéndome el despertar más dulce aún.


Jorge sale de mí y me pone el condón, se coloca a cuatro patas y me meto de lleno a comérselo. Le abro bien el culo y le acaricio con la lengua el ano. Le meto varios dedos de golpe mientras le beso por todo su culo. Busco sus huevos y tiro de ellos. Me los llevo a la boca y los masajeo con la lengua. Le meto otro dedo mientras le pajeo. Ya no aguanto más y poniéndome tras él enfilando polla se la clavo de una. Le agarro de los hombros y se la meto hasta el fondo. Él curva su espalda y gime para mí mientras las penetraciones son directas y concisas.


  • Joder Ricardo... creo que...


La saco y Jorge dándose la vuelta se pone a masturbarse sobre mis pies. Yo con los pies juntos y masturbándome es todo un morbo tras otro.


  • Me ...me...corroooo...


Se corre sobre mis pies y la pasa por todo lo recién ordeñado para después bajar sobre ellos y lamérmelos hasta que no queda ni gota de su lefa. Yo mientras tanto en el punto máximo de darme un ataque al corazón, he parado de masturbarme mientras contemplaba aquella maravilla.


  • Voy Jorge...


Nos cambiamos y ahora es Jorge el que está sentado con la planta de los pies juntas. Acerco mi polla y tras varios meneos siento como me llega el orgasmo y comienzo a soltar lefa sobre sus pies. Paso mi polla entre sus dedos y los golpeo con ella. Me agacho y agarrando primero un pie sin dejar que caiga ni una gota, lo mamo, después el otro para terminar comiéndome los dos. Satisfecho me levanto y me siento sobre Jorge.


  • Buena corrida.

  • Lo mismo digo.


Sonreímos y nos besamos.


  • A mi madre le apetece ir al cine esta noche, ¿os apuntáis?


Estamos los tres en la piscina de mi urbanización, en el agua, Héctor llego como hace media hora.


  • ¿Qué peli?.- pregunta Héctor.

  • Ni idea es gratis en la playa.

  • Por mí sí.- dice Héctor mirándome.

  • Si por mí también. Podemos hacer lo mismo que la última vez, cena, cine y helado.

  • Uhmmm a mi madre la vas a hacer muy feliz.

  • ¿Te quedas a dormir?.- le pregunto a Héctor.

  • Sí, me apetece.


Sobre los ocho todos mudaos nos vamos a cenar los cuatro. Nos reímos una barbaridad con la madre de Jorge. Es una mujer ya jubilada que dice todo lo que piensa sin filtro, pero muy amable y con cariño.


Cenamos y nos tiramos sobre el mandala en la arena. La película una de verano española, la verdad que no le preste mucha atención. Delante estaban Jorge y su madre y detrás Héctor y yo comiéndonos la boca.


Un helado y sobre las doce y media nos despedíamos en el jardín.


  • Qué cansado estoy...

  • Eso quiere decir que nada de...

  • Pues...

  • Es broma.

  • No si me apetece...

  • Ja, ja, ja se te caen los ojos.

  • No es verdad.- me dice levantándoselos con el dedo.

  • Mira nos acostamos y mañana pasas a por mí cuando termines y nos encerramos en tu casa hasta el día siguiente y nos duela el culo y la punta de la polla de tanto follar.

  • Te lo compro.







PeCtOrAlEs