5.3.22

Relato. SEMEN

 


Me toco acostarme sin ganas de dormir. Odiaba a mi madre en ese momento.

Era verano y no estaba cansado, solo quería estar con ellos, pero no podía. Su escusa era que era muy pequeño para estar con gente que ya está un poco bebida y que mejor me fuera a dormir. Tras lloriquear un poco y llegar yo exclusivamente a la conclusión que con 10 años ya podía dejarme de monsergas me tire a dormir. No lo conseguí, escuchaba sus risas y sus constantes tintineo de copas.

Deje de escucharlos por un momento y tras dormirme me desperté meándome. Quedaban pocos y en algún momento mi hermano mayor había llegado y estaba en la cama junto a la mía.

También odiaba esta casa porque me tocaba dormir con él y le olían los pies. Tras mear me tiré en la cama de lado mirando hacia mi hermano. La luz que entraba por la ventana le daba en todo su cuerpo. Llevaba unos slip blancos como los míos, los típicos de don algodón de toda la vida. Él estaba de lado dándome la espalda. Le observé desde los pies hasta la cabeza, disfrutando cada milímetro de su piel. Tenía un cuerpo perfecto, al menos a mí me lo parecía. Era alto, 1,89, de complexión delgada y fibrada, siempre estaba enseñando sus abdominales. Se dio la vuelta y se quedó boca arriba. Me quede perplejo al comprobar que su pene estaba muy duro y se le notaba el bulto en el slip. Tuve la tentación de alargar la mano y tocarlo, pero no lo hice porque sino la ostia si se daba cuenta iba a ser épica.

Se abrió de piernas más y se puso los brazos tras la almohada. Volví a bajar hasta sus pies y subir lentamente la mirada por sus velludas piernas, llegue a su slip que continuaba bien abultado y continué subiendo disfrutando de su escasa pelambrera y de su torso definido. No sé cuanto tiempo estuve mirándolo, no obstante la luz cambiaba cada minuto.


En uno de esos momentos de mi perplejidad al verificar que su pene no se relajaba fue al escuchar a mi hermano moverse y hacer como gemidos de gato mientras se pasaba la mano por el pecho. Continuo soltando pequeños e inaudibles gemidos y pude comprobar como se le llenaba el slip por la zona del pene de algo espeso que sobresalía del tejido. Estire mi mano y pase un dedo por encima, después me lo lleve a la nariz y tras olerlo y volverme loco lo saboree en mi boca. Su rabo continuaba duro y su slip empapado. Esa fue la primera vez que tuve una erección y la primera vez que probé la gloria del semen.




10 años a posteriori.




Vicente se colocó conmigo a comerle el rabo a Óscar. Yo me dediqué a comerle los huevos mientras él se la tragaba bien dentro. Tras sentir como Óscar gemía nos colocamos como dos buenas perras esperando la leche de nuestro amo.


  • Me corroo...


Comenzó a soltar lefa apuntando hacia nuestras lenguas bien sacadas apropósito. Termino de soltar lefa y me lancé de lleno a comerle el rabo mientras Vicente se levantaba y con la boca aun llena de su lefa se comía la boca de Óscar. Levante la mirada con su rabo en mi boca y disfrute de sus bocas entrelazando sus lenguas.


Me levanté y me uní al beso. Óscar nos pidió que nos tumbáramos que nos iba a dejar secos. Nos pusimos uno enfrente del otro haciendo la tijera, quedando nuestros huevos y nuestros rabos a su alcance.


  • Joder que belleza. La próxima me dilatáis mejor y me las meto.

  • Por mi encantado.- le dije.

  • Por mí también, ja, ja, ja.


Para Vicente era su primer trío y aunque estuvo un poco reticente al principio ahora teníais que verle. Agarraba nuestros rabos mostrándoselos a Óscar y los masturbaba. Yo escupí bien de saliva en una mano y lo eché sobre nuestros glandes rosados. Óscar se colocó a cuatro patas a un lado de nosotros y quitando la mano de Vicente comenzó a masturbarnos y a comernos la polla de manera sublime. No tardamos en comenzar a soltar lefa por todos lados. Lo de Vicente fue una sorpresa, porque no esperábamos que fuera tan lechero y tuviera tanto alcance.


  • Joder Vicente...

  • Yaaaa... soy bastante... escandaloso, ¿no?

  • Escandaloso en soltar lefa si, no de chillar, ja, ja, ja. A este crío me lo como...


Se lanzó a sus labios y le comió la boca con nuestras lefas aun saliéndole por la comisura.


  • No soy tan crío eh...

  • Bueno ya al menos puedes decir que hiciste un trío.- le dije acariciándole los huevos.

  • Cierto. ¿Qué tal estuve?

  • Eres de lo mejor que me ha presentado Raúl.

  • ¿En serio?

  • Mira que yo no soy de hacer tríos con gente que no esté acostumbrada, pero contigo ha sido una pasada.

  • Joder como me alegro.

  • Y nosotros, ja, ja, ja.

  • Vamos a la ducha.


Nos metimos en la ducha los tres y tras limpiarnos y magrearnos más salimos desnudos y secos al comedor.


  • No sabía yo que hubiera gente tan cerda como yo.- manifestó Vicente.

  • Cerda como nosotras poca, ja, ja, ja.

  • Me ha encantado la lefada en la boca es algo que me encanta y después comerte la boca ya no tengo palabras.

  • Al final me voy a enamorar de ti, ja, ja, ja.

  • Ahora estoy más centrado en probar cosas nuevas.

  • Y yo que me alegro. Tal vez algún día le podemos llevar a una orgía Raúl.

  • ¿Te gustaría?.- le pregunté acercándome a él y agachándome para llevarme su polla flácida a los labios.

  • Sí.

  • Me gusta también tu polla así.

  • Con que la toques un poco se pone como un mástil.

  • Siiii...

  • Bueno chicos bellos yo me voy que entro a currar en dos horas y aún tengo que pasar por casa.

  • Que pena...

  • No os levantéis seguir de esta manera. Voy a por la ropa y vengo hacerme una paja mientras os miro un rato.




Vicente me miraba con cara de niño bueno y pasaba los dedos de la mano por mi cabeza mientras yo continuaba jugando con su rabo que ya no estaba tan flácido.

Le fui bajando el prepucio y me metí su glande en la boca, lo saboreé y se lo puse bien duro. Abrió más las piernas y metiéndome entre ellas le agarre de los huevos y tire de ellos. Un gemido ahogado salió de su garganta y bajando aún más me metí su polla entera en la garganta. Se la estuve mamando un buen rato de garganta hasta que la saque llena de saliva y precum. Mire a un lado y Óscar nos miraba maravillado y con la polla bien dura dándole arriba y abajo.



  • Esto es mejor que cualquier peli porno.

  • Anda acércate y que el chaval te la deje limpia antes de irte.


Se levantó y poniéndose al lado de Vicente este abrió la boca y recibió el pollón de Óscar. Yo ya la tenía bien dura, me levante y poniéndome de rodillas estaba a la altura de la polla de Vicente, las agarre las dos juntas y tras echar bien se saliva comencé a masturbarnos hasta que note como comenzaba a salir lefa de mi polla. Óscar de verme también comenzó a llenarle la boca a Vicente de leche tras el que faltaba que era él también empezó a chorrear lefa hasta su cara y la mía. Solté ambos rabos y me volví agachar para meterme tal manguera en la boca de nuevo. Escuche como Vicente y Óscar hablaban, pero me daba igual yo continuaba lamiéndolo y comiéndole el rabo. Escuche la puerta cerrarse y abriendo los ojos mire hacia Vicente.


  • No pararía.

  • Ya lo veo...ahhhh...

  • Tienes una polla...

  • ¿Te gusta?

  • Mucho.

  • Tuya cuando quieras, anda ven aquí.


Me subí encima de él y comenzamos a besarnos.


Yo ya tengo 20 años, Vicente 18 y Óscar es el mayor 25. A Vicente lo conocí hará un mes por Grinder y a Óscar como un año más o menos.



A los 18 recién cumplidos decidí entrar a una sauna gay. Desde que tuve la revelación esa noche con la polla de mi hermano y su semen decidí que lo que quería era probarlo, sentirlo. No me valía con matarme a pajas que era lo único que hacía. Mi lefa ya me la tenía más que lamida y saboreada. Nunca tuve la oportunidad de conocer a nadie como yo. Ni siquiera me la casque con ningún compañero de clase o amigos a sí que planee que a los 18 mi regalo sería entrar en una sauna y probar porque para antes no me dejaban entrar.


2 años antes


Eran las 4 de la tarde y el sol estaba en todo su esplendor. Estaba sentado en un banco cerca de la sauna donde pretendía entrar. Mi móvil no paraba de sonar con notificaciones felicitándome por mi cumpleaños. Lo apague y cogiendo la mochila me arme de valor y entre.


Un chico muy simpático me explico todo y tras dejarme en los vestuarios con una llave para la taquilla y una toalla minúscula me decidí. Desnude mi cuerpo y metí todo en la taquilla. Gente entraba y salía, pero no miraba más allá de la punta de mis pies. Metí todo en la taquilla, cerré y me puse la llave enganchada en una pulsera que llevaba atada en el tobillo. La llevaba desde hace más de 3 años, rece por no perderle.


  • Hola guapo... vaya…


Me dijo un hombre mientras intentaba colocarme la mini toalla.


  • Deja de intentarlo chaval, están pensadas para que no la lleves puesta, ja, ja, ja.

  • Ya veo.


Me la coloqué en el hombro y entre. El olor a humedad y a sexo me lleno las fosas nasales de golpe. Mi rabo que hasta el momento se encontraba en reposo se comenzó a poner medio morcillona. Sonreí y me fui directo a las duchas. Sentir el agua sobre mi cuerpo y mirar como alrededor solo había tíos desnudos me ponía y mucho. Se apagó el agua y me sequé por encima. Una sauna de calor seco se encontraba a mi lado y decidí entrar. Por el pasillo únicamente había tíos con la polla empalmada y sobando a todo el que entraba.


La luz era escasa, pero se podía distinguir los cuerpos y las caras. Deje que tocaran mi cuerpo y no me pare con nadie, ni toque a nadie. Al llegar a lo que era la zona de sentarse o tumbarse tenía el rabo descapullado y palpitándome bien duro.


Me senté en un sitio libre de los bancos y cerré los ojos. Debíamos estar a más de 50 grados ahí dentro. Aun con los ojos cerrados expire y me deje llevar por el olor a sexo masculino. No sabía la razón, pero ese olor me perseguía y me ponía muy cerdo. Me la agarre y comencé a masturbarme. Abrí los ojos y un hombre bastante mayor se puso delante de mí.


  • Hola guapo...

  • No gracias.


Se fue con su rabo entre las piernas y continué mirando. Había gente más bien mayor. Dos hombres como de más de 50 se liaban enfrente mía mientras se masturbaban el uno al otro. Otro como de unos 60 años se agarraba los testículos y tiraba de ellos mientras se tiraba de un pezón.


Continuará




PeCtOrAlEs