17.8.24

CulAZOs











 

AnO











 

Relato. Mi NueVo ComPaÑerO De PiSo. 3ªparte.

 





Unas Horas Después


Estoy esperando a Pedro en su portal cuando oigo un pitido de coche y mirando es él, subo y me lo quedo mirando.


  • ¿Es tuyo?

  • No lo alquile.

  • Ahhh...

  • Es por si vemos algo que te guste llevárnoslo.

  • Gracias.

  • A ti.


Y así fue, el colchón no lo llevamos y el canapé nos lo llevarían en unos días, lo subimos a la casa y lo metimos en lo que sería mi nuevo cuarto.


Nos quedamos los dos mirando la habitación con el colchón en el suelo.


  • Visto así da un poco de pena, ja, ja, ja.- le digo a Pedro.

  • Bueno, en cuanto llegue el canapé, las mesillas y algunas cosas más ya verás como poco a poco la vas haciendo tuya.

  • Tengo ganas.

  • ¿A qué te dedicas?

  • Soy informático.

  • Que bien, ¿trabajaras desde casa?

  • Ojalá, trabajar desnudo es mi sueño.

  • Ja, ja, ja, ¿irás desnudo por casa?

  • Pues...no lo sé.

  • A mí no me molestaría, aunque...

  • ¿Qué?

  • Nada.

  • Dime.

  • Verte cada día desnudo por casa, no sé si haría que yo me... bueno ya sabes…


Hace el gesto con el brazo de empalmarse.


  • Ja, ja, ja.

  • Lo siento.

  • Entonces deberás ir desnudo también.

  • Yo...no sé...

  • Tienes que tener un cuerpo bonito, ¿tú solo no vas desnudo?

  • Llevo siempre algo debajo, y gracias por lo de mi cuerpo, pero no es cierto.

  • Si quieres lo podemos hacer unos días a la semana y vamos viendo.

  • Vale, aunque creo que lo mejor será al final, con lo que nos encontremos más cómodos los dos.

  • Cierto.

  • ¿Te quedas a cenar?

  • Vale.


Me creaba mucha intriga Pedro, era amable, discreto, tímido y tenía un punto sexy que creo que ni el mismo se ha dado cuenta. Se mete en la cocina y comienza a sacar cosas y me lo quedo mirando y si creo que debe tener un cuerpo bonito.


  • Pedro.

  • Dime.


Me mira y deja lo que lleva en las manos sobre la encimera. Me quito primero la camiseta y después me bajo el pantalón corto junto con el slip, lo dejo todo en una silla y me lo quedo mirando.


  • Ven.

  • No creo que sea una buena idea.

  • Ven por favor.


Se da la vuelta y tímidamente viene hacia mí, se pone colorado.


  • Inauguremos nuestra convivencia.

  • No sé yo.

  • Estoy desnudo frente a ti.

  • Lo sé, lo sé.


Se quita la camiseta y se descalza de las chanclas, me mira de arriba abajo y como si le costara la vida se baja el pantalón y lo deja sobre la silla. Le miro y se le nota la polla empalmada.


  • Creo que...


Antes de que acabe la frase me agarro la polla y comienzo a pajearme, en unos segundos la tengo tan dura que podría romper nueces, Pedro se me queda atónito mirándomela.


  • Ya estamos igual.


Se agarra del slip y se lo baja dejando salir como un resorte la polla más bonita que haya visto nunca, deja el slip sobre la silla y se tapa la cara. Me acerco a él y se las quito de la cara.


  • Mírame.


Abre los ojos.


  • Ya está, lo has hecho.

  • Sí.

  • Además tenía razón en lo de tu cuerpo.

  • Eres idiota.

  • Ehhhh, ja, ja, ja.

  • Perdona.

  • Tranquilo es verdad, además si te soy sincero tienes la polla más bonita que haya visto nunca.

  • No te creo.

  • Pues créetelo.


Está mirándose la polla y sube su mirada a mis ojos, vuelve a bajar la mirada y se me queda mirando mi polla.


  • A mí me gusta la tuya.

  • Gracias.

  • ¿Qué ibas a hacer de cenar?

  • Una ensalada de pollo y naranja, de postre flan casero.

  • Uhmmm qué rico.

  • Eso espero, lo hice todo yo.

  • ¿Probaste el flan con lefa?

  • No.

  • Podríamos...

  • Ja, ja, ja, eres un caso.

  • Cenamos y cuando toque flan nos corremos sobre él y nos lo comemos.

  • Pero cada uno con su lefada.

  • Claro, ya cuando llevemos más tiempo y tengamos más confianza, ja, ja, ja.

  • ¿Te parece poca confianza en menos de un día?

  • Tienes razón, ¿En qué te ayudo?

  • Toma corta la naranja y yo voy desmenuzando el pollo.

  • Vale.


Y allí los dos en nuestra primera noche juntos cocinamos desnudos y empalmados.


  • Qué rica la ensalada, nunca creí que el pollo y la naranja pegasen mucho.

  • Lo sé, la probé en un restaurante y decidí replicarla.

  • Buena idea.

  • Traigo el flan.

  • Gracias.


Trae el flan y pone cada uno delante del otro, me mira y lo miro, me echo hacia atrás con la silla y me agarro la polla, comienzo a masturbarme y él hace lo mismo.


  • Joder que gusto.- me dice mirando mi polla.

  • La verdad que sí.


Continuamos un buen rato hasta que me levanto y enfocando hacia el flan comienzo a soltar lefa sobre él, me la sacudo y juego con ella mientras Pedro no deja de masturbarse y de mirármela, se levanta y se corre sobre su flan, me mira sonrojada y se la sacude, le miro y me llevo los dedos con lefa a la boca, me los relamo y él hace lo mismo, me siento y agarrando la cuchara cojo flan y lefa y me lo llevo a la boca.


  • Buah... increíble.

  • Voy a probar.


Se sienta y se come un buen trozo que le gotea su lefa, la polla me palpita.


  • Sí que está buena, sí, sabes, es la primera vez que pruebo mi lefa.

  • ¿De verdad? Yo creo que cada vez que me pajeo me la chupo, ja, ja, ja.

  • ¿Esto se va a convertir en costumbre?

  • Podríamos, ya te sientes un poco mejor así desnudo, ¿a que si?

  • Después de correrme la verdad que si y estuve bastante gusto cocinando contigo en bolas.

  • Y yo, pues hacemos un día a la semana de paja y postre con lefa.

  • Por mi encantado.

  • También por mí.


Tras rebañar el plato nos levantamos a recoger y mientras él fregaba yo recogí la mesa, una vez terminado nos sentamos en el sofá y estuvimos hablando durante horas.


  • Debería irme a la cama, mañana madrugo.

  • Si yo debería irme.

  • Quédate.

  • No tengo cama, ni sabanas, ni ropa.

  • Duerme conmigo, yo te dejo algo.

  • No sé.


Miro el móvil, son la una y de Gerardo no se nada, le miro.


  • Vale.

  • Guay.


Se levanta de un respingo y en menos de un minuto lo tengo delante de mí con un cepillo de dientes y un pantalón hipercorto.


  • Gracias.

  • De nada.


Se va y le oigo como mea, me miro la polla y se me pone morcillona, decido ponerme el pantaloncito, me acerco al aseo y él también se puso uno idéntico, me mira y me ofrece pasta de dientes, me pone sobre el cepillo y me lo meto en la boca para acercarme al váter y tras descapullarmela comienzo a mear. Termino y tras sacudírmela me la guardo, agarro el cepillo y me lavo los dientes, Pedro está escupiendo y limpiando el cepillo, le sonrió.


  • Te espero en la cama.

Le hago un Ok con el dedo gordo. Termino y entro a su cuarto, me tumbo a su lado.


  • Esto es raro.- le digo.

  • ¿Por?

  • No sé, déjalo.

  • Deseo que descanses, mañana te dejo una copia de las llaves para que puedas salir y volver a entrar.

  • Gracias de verdad.

  • No hay de qué. Apago.

  • Vale.

  • Buenas noches.

  • Buenas noches.


La luz de la calle y de la luna entra por la ventana y miro la silueta de su cuerpo, no sé por qué, pero me tiene la polla dura de nuevo, cierro los ojos e intento no pensar en mi nuevo compañero de piso pajeándose sobre el flan.












GUStoS