8.12.20

Instituto. Relato.

 


A veces cuando el día en clase me supera me gusta irme a los vestuarios cuando no hay gente y con los pantalones bajados hasta los tobillos me aguanto la camiseta con la barbilla y descargo todo el semen sobre los bancos y no solo me masturbo en el instituto en casa caen varias al día, pero masturbarme en el instituto se ha vuelto una necesidad.


Los 17 años es una edad muy tonta, todos lo sabemos o la hemos vivido, desear que tu cuerpo deje de alterarte emocionalmente y que tu polla con el simple tocamiento de paquete se ponga como la de un caballo desbocado, es un conjunto de situaciones que por suerte vivo y no es que me queje ni nada de eso, solo que me siento incomprendido, en casa mis padres son de lo mas afables y buenos, mis amigos son un grupo genial y me encanta estar con ellos, pero no se por que me falta algo.


Hace unos años conocí a una chica en unos recreativos donde solíamos ir y estuvimos saliendo como seis meses, solo llegue a masturbarme mientras le comía una teta y ella me masturbo un día y fue como si tuviera entre sus manos algo asqueroso.

Nunca he pensado en que me gusta, si los chicos o las chicas, de las chicas hay algo que me encanta y a la vez me pone de los nervios y con los tíos igual.


Como hace cinco años tuvimos un amigo y yo una especie de paja, polla con polla, les explico, estábamos en mi casa y tras oír la puerta cerrarse de la calle nos sacamos los rabos y uno junto al otro con el ordenador delante y una película porno nos comenzamos a masturbar.


  • Joder tío, tu madre me cae de puta madre, pero estaba deseando que se fuera, hoy me duelen los huevos mas que nunca.

  • Y a mi, jajaja.


El fue el primero que me explico lo de las pajas con 12 años y no solíamos hacerlo conjuntamente, pero ese día surgió, busque por Internet porno y tras cliklear varias paginas entramos en una donde apareció una tía con dos tíos.


  • Un trió mola, ¿miramos a ver?

  • Vale.


La tía tenia unos tetas enormes y un cuerpo bastante bonito, ellos aun seguían vestidos de traje y con las pollas por fuera de los pantalones, uno de ellos la tenia bastante normal, pero el otro era como mi antebrazo.


  • Joder tiene que ser la ostia meter la polla entre esas tetas.

  • Yo creo que me correría solo de la primera meneada.

  • Ya, yo también.


Mire de reojo a mi amigo y se bajaba y subía la piel del rabo con calma, el sabia que lo miraba y el me miraba a mi, me gire un poco y le deje mirar mejor.


  • Ese tipo te da con eso y te destroza, que miedo.

  • Es enorme.

  • Yo con la miá me conformo.

  • Yo no me quejo.

  • La tienes bonita.

  • Tu también.


Tras eso no quitamos la vista de la pantalla, la vergüenza nos alcanzo.

Ahora la tía estaba comiéndole el rabo a uno y ese le comía el rabo al otro, mi cara fue un poema, mi huevos se agitaron y el pre semen comenzó a salir.


  • Joder que morbazo.

  • Ya te digo.


Nuestras pollas iban arriba y abajo, mi amigo se levanto y se quito la camiseta, se quedo de pie y no quitaba ojo de la pantalla. Ahora tenia una visión increíble de su rabo, el mio tuve que reducir la velocidad por que sentía como la lefa iba a salir si no paraba un poco.


Tras unos minutos así, la tía se tumbo en el sofá mientras se hacia un dedo y los tíos se desnudaron y comenzaron a comerse la boca muy animadamente, sus rabos tiesos se juntaron y uno de ellos sujeto ambos y comenzó a pajearlos, la imagen me impacto y a la vez me excito mas que nada me había excitado hasta ahora, mi amigo había dejado de masturbarse y solo se tocaba el glande, miraba a la pantalla y me miraba, decidí levantarme y quitarme la camiseta también, me deje caer los pantalones y me coloque a su lado, el se pajeaba con la izquierda y yo con la derecha, mirábamos nuestros rabos, el del otro y a la pantalla intermitentemente, el se acerco mas a mi y se giro, de fondo se oía como gemían los tres desde la pantalla, mire y estaba el tío con la polla mas pequeña follándose a la tía que estaba a cuatro patas y el otro sentado se dejaba comer el rabo, al mirar de nuevo a mi amigo sentí como su glande besaba al mio, no podía dejar de mirar nuestros rabos tan cerca.


  • Así tan de cerca tienes un pollon.

  • Son casi iguales, pero la tuya es mas gorda.


Ya de perdidos al rio, se la sujete y la pegue a la miá, aunque había una inclinación de la miá, la suya era totalmente recta y nada curva, de larga eran iguales, y si de grosor la suya era mas gorda.


  • Que sensación mas rara.

  • Espera voy a echar un poco de saliva.

  • Mejor crema, espera.


Me separe por un segundo y saque un bote de crema corporal, cogí y me la unte en el rabo, me acerque a el y al juntarlas las sobe bien de crema.


  • Esto es otra cosa.

  • Ufff mucho mejor.


Era una sensación extraña y a la vez tan excitante, nuestros rabos unidos entre mi mano se deslizaban lentamente, nuestros huevos se golpeaban con el balanceo.


  • ¿Quieres seguir tu?

  • Claro.


Las agarro con fuerza y su mano se movía con rapidez, es curioso como cada hombre se la menea completamente distinto a otro, el ritmo, la fuerza, etc. Los dedos de mis pies descalzos comenzaron a abrirse y cerrarse y un cosquilleo por todo el cuerpo me hacia disfrutar cada momento.


  • Estoy a punto.

  • Y yo.


Por un momento pensé en que las soltaría y cada uno ya se correría solo, pero no fue así, comenzó acelerar la paja hasta que nuestros gemidos fueron elevando el tono y una oleada de sensaciones nos invadió hasta que casi al unisono comenzamos a echar lefa por todas partes, nuestros glandes hipersensibles derramaban las ultimas gotas, y el continuaba deleitándose con la paja que nos acaba de hacer y en ningún momento nos miramos a la cara, solo observamos nuestros rabos aun duros y como la leche caía de nuestro pecho y llegaba hasta los huevos y de ahí goteaba hasta el suelo.


Creo que esa fue mi primera experiencia homosexual y tras ella no hubo ninguna mas, mi amigo no volví a saber nada de el tras lo ocurrido, y tampoco me importo, recuerdo que se quedo ahí mirando nuestros rabos ya casi flácidos y le costo volver a la realidad, le acerque una camiseta y tras limpiarnos cada uno lo suyo se fue sin decir nada.


Eran las tres de la tarde y acababa de salir de clase de Historia, me había pasado toda la clase bostezando y sobandome por encima del pantalón de chándal el rabo, agarre la mochila y me fui al aseo, me meaba mucho. Estaba ensimismado mirando como me salia el pis por el rabo cuando sentí que alguien se colocaba en el urinario de alado.


  • Hola.- me dijo mientras se la sacaba.

  • Hola.


Continué orinando y cuando había terminado y estaba a punto de guardármela mire hacia donde estaba el chico que se había separado un poco del urinario y un rabo empalmadisimo se mostraba ante mis ojos.


  • Quería mear pero con esta empalmada me va a costar un poco.

  • Yo creo que si, cuando me pasa eso por las mañanas meo en la ducha, jajaja.

  • Si yo también, un día mi padre me pillo y se partió de risa.

  • Que vergüenza, ¿no?

  • Si la verdad. Voy a descargarla, ¿te vienes? Aun la tienes fuera y cada vez mas dura.


Ni me había dado cuenta, aun sostenía el pantalón y el calzoncillo bajo mis huevos de cuando fui a mear y allí seguía, y ademas bien empalmado, me sonroje y mirándole me decidí.


  • Vale, tengo un sitio, vamos.


Nos las guardamos y me siguió hasta los vestuarios, a esa hora no había nadie, dejamos las mochilas en los bancos y me saque el rabo.


  • ¿Vienes mucho por aquí?

  • De vez en cuando. ¿en que curso estas?

  • Uno menos que el tuyo.

  • No me sonaba tu cara por eso.

  • Entre el año pasado a final de curso casi.

  • Que putada.

  • Si, pero soy menor y tengo que ir donde vayan mis padres.


Como si nos conociéramos de toda la vida y sin acordar nada nos desnudamos por completo y nos sentamos en el banco, nuestras pollas ya estaban entre nuestras manos y nosotros continuamos hablando.


  • Por una parte es bueno, quiero decir que le destinen aquí es una tranquilidad laboral para el.

  • Si lo se, pero yo ya tenia una vida en el pueblo y ahora pues....

  • Tu tranquilo, poco a poco.


Le mire bien mientras hablábamos, era mas fuerte que yo, de altura igual, como 1,85 y tenia una piel con mucho vello pero muy fino, los huevos los tenia sin ningún pelo, pero desde el pubis que estaba bien sembrado subía un recorrido como de hormigas hasta su ombligo de lo mas encantador.

El me miraba a los ojos cuando hablaba y me escuchaba y en otros momentos se observaba su rabo mientras se acariciaba los huevos y se escupía la punta del rabo, todo de lo mas normal.


  • ¿Tu eres de aquí?

  • Si nací aquí, mis padres y abuelos también.

  • Que guay.

  • ¿Y tendrás novia o novio seguro?

  • Que va.

  • Que bien.


Sonrió mientras se acariciaba el glande y le observe mientras se inclinaba hacia atrás y cerraba los ojos, no podía dejar de mirarlo, comenzó a coger mas velocidad y de pronto salían chorros de lefa hacia su abdomen, de verlo acelere y descargue levantándome como ya tenia de costumbre sobre uno de los bancos. Yo allí de pie mientras mi rabo aun duro continuaba babeando y el con los ojos cerrados disfrutando de la paja.


  • Habrá que irse a casa estoy muerto de hambre.

  • Si si.


Se levanto y acercándose a mi me paso su mano desde los huevos hasta el glande y me dio un beso en la mejilla.


  • Mañana mas.


Se vistió y tras estarlo yo también nos fuimos cada uno hacia su casa, montado en el autobús sentía su mano aun rozar mi polla.


Al día siguiente no lo vi, tras terminar las clases me pajee en los vestuarios pero no apareció, me fui a casa y desee que al día siguiente hubiera mas suerte.


Y así fue, serian las ocho menos cuarto y entrando al instituto me lo encontré en un banco sentado leyendo un libro.


  • Buenos días.

  • Eyyy Buenos días.

  • ¿que tal?

  • Bien aquí leyéndome este tostón que tengo a ultima hora un examen sobre el.

  • Animo, yo ya me lo leí y es un ladrillo.

  • Cierto. ¿que vas hacer en el descanso?

  • Estar por aquí, ¿por?

  • Por si te apetece ir a...

  • Claro.

  • Genial, nos vemos allí a las once y media.

  • Vale, me voy que llego tarde.

  • Ciao.

  • Ciao.


Me esperaban por delante tres horas y media de clases hasta el descanso y si les digo la verdad no me acuerdo de nada de lo que se hablo en ellas. La ultima clase se alargo cinco minutos y cuando el profesor se digno a darnos la salida, salí disparado hacia los vestuarios, entre y vi que estaba allí, sentado sobre una toalla en pelotas y mientras miraba el móvil con una mano con la otra se pajeaba tranquilamente.


  • Hola.

  • Hola.

  • Tenemos media hora tranquilo, que te veo sofocado.

  • Ya es que el ultimo profesor no había manera de que terminara y estaba deseando llegar.

  • Pues ya estas aquí, ven y ponte cómodo.


Deje las cosas sobre el banco y mientras me desnudaba el se levanto y estiro su toalla, me hizo un gesto para que me sentara a su lado y no lo dude ni por un segundo.


  • ¿Viniste ayer?

  • Si.

  • Yo tenia que ir a una revisión, nada grave solo rutina.

  • Vaya, bueno me alegro que solo sea rutina.

  • Ya te contare otro día.

  • Vale.


Abrió mas las piernas y su rodilla se pego a la miá, se pajeaba de una manera que era hipnotizadora, tenia un glande que aparecía y despararecia entre el prepucio y gotas que salían poco a poco.


  • Me encanta chuparme el pre semen, ¿y a ti?

  • No lo he probado nunca.


Se paso un dedo por el glande y recogió un poco llevándoselo a los labios, donde después se introdujo el dedo y se lo chupo.


  • Sabe entre amargo y dulce.


Me anime e hice lo mismo.


  • Tienes razón, no esta malo.

  • ¿Puedo?


Extendió su mano hacia mi rabo y con la cabeza le asentí que si, paso un dedo desde la bes de mi polla hasta la punta y recogiendo un poco se lo llevo a la boca y lo degusto.


  • La tuya esta mas dulce creo.


De perdidos al rio, me lance y pasando mis dedos por sus huevos y luego subiendo hasta su glande, saboree llevándome a la boca lo que mas me apetecía en ese momento.


  • Si es verdad, pero esta buena también.

  • Gracias.

  • De nada.


Nos reímos por la situación y tras unas miradas al rabo del otro nos descargamos sobre nuestros vientres y ya agotados nos rendimos sobre los bancos.


  • ¿Una ducha rápida?

  • Vale.


Estaban justo enfrente de los bancos, encendió el agua caliente y se dio un remojo, yo le seguí y disfrute de ver su cuerpo húmedo, oí como cerraba su ducha y note como algo tocaba mi rabo.


  • Tienes un cuerpo muy bonito y así mojado es precioso.

  • Eso mismo estaba pensando del tuyo.


Su rabo estaba pegado al mio y su glande rozaba mi pubis, su cara estaba a escasos centímetro de la miá y las ganas de que se parara el mundo eran cada vez mas grandes.


  • ¿Te molesta que este tan cerca?

  • No.

  • Necesito probar algo, ¿puedo?


Me decía mientras con su mano me agarraba el rabo. Me beso en la mejilla y con mi rabo aun es su mano se agacho y sentí como se lo introducía de golpe en la boca, me agarre al grifo y por poco lo arranco, sentir la calidez de su boca rodeando mi rabo era increíble, sus labios rozaban mi pubis y su succión era lenta y disfrutona.


  • Sabe mejor de lo que pensaba.- me dijo sacándosela de la boca.


Se levanto y mientras me pajeaba lentamente me volvió a besar en la mejilla.


  • Tenemos que irnos.

  • Si si.

  • Mañana mas.

  • Claro.


Al día siguiente no lo vi y los días siguientes eran fin de semana, me lo pase entre familia y amigos y en los ratos libres no paraba de chuparme bien los dedos y jugar con mi glande.


El lunes llegue con la cabeza mas tranquila, el viernes la tenia como una olla express, necesitaba lo que tenia con Bruno, pero también tenia que importar yo y lo que yo necesito.

La mañana transcurrió sin mas de lo normal, clases, empujones, cigarrillos en el patio, una buena palmera de chocolate y risas con los amigos. Dieron las tres y estaba a punto de salir cuando me dio por pensar en el, no lo había visto tampoco hoy, me anime y fui a los vestuarios.


  • Hola.

  • Estoy aquí Fede.

  • Pero que cojones haces aquí y así.


Estaba en una de las duchas tirado en el suelo y empapado.


  • No ha sido un buen fin de semana.

  • Levantate y si quieres me lo cuentas, venga que te ayudo.


Se levanto y sin ganas le desnude, saque mi toalla y lo seque bien por todas partes, mire en su mochila y solo tenia una camiseta y un pantalón de deporte, me quite mi ropa y como yo llevaba vaqueros me daba igual ir en pelotas, le puse mis calzoncillos y mis calcetines, su pantalón y camiseta y encima mi sudadera, recogí todo un poco y me senté con el en el banco.


  • No hace falta que me cuentes nada, estoy aquí.


No pudo responderme se abalanzo a mi pecho y como un niño recién golpeado se rindió al gozo de llorar y desahogarse.


Salimos del instituto y fuimos a comer algo, llame a mi madre y a la suya para que no se preocuparan y tras una comida bien cargada de grasas saturadas y azucares me lo lleve al retiro a pasear.


  • ¿Te gusta?

  • Si, mucho.

  • ¿Habías venido alguna vez?

  • No.

  • ¿Quieres que no te haga mas preguntas y continuemos en silencio?

  • No.

  • Vale. Pues vamos hacer una cosa, tu me preguntas sobre algo que quieras saber y yo a ti otra, como si fuera una entrevista.

  • Me parece bien.


Es un juego bien tonto pero que para llegar a sacar algo que te inquieta es bastante practico.


  • ¿Te gusta el instituto?.- le pregunte.

  • No mucho, pero también se que es lo que tango que hacer. ¿Y a ti?

  • Sinceramente hace unas semanas le estaba cogiendo un poco de manía ya, pero desde que te conocí se me esta haciendo mas fácil ir..- le dije mientras su cara se sonrojaba. ¿Te gusto?

  • Sabes de sobra que si. ¿Y yo a ti?

  • Sabes de sobra que si. ¿Has tenido novio?

  • No, ¿tu?

  • Tampoco. ¿y relaciones sexuales?

  • Si. ¿Tu?

  • Solo pajas y una mamada. ¿me quieres contar lo de este finde?

  • Me agobie, me agobie mucho en casa y necesitaba salir y no sabia con quien y me fui a dar un paseo y volví fumado y bebido a casa, mi padre me grito y mi madre me pego, se que no tengo que hacerlo, por la medicación y por que no es bueno, pero me agobie.

  • Dame tu móvil..- le dije. Me lo dio y le apunte mi numero. Ahora tienes con quien.

  • Gracias.


A partir de ese día no nos separamos y tampoco volvimos a los vestuarios, vivíamos cada día como el resto de la gente y los fin de semana disfrutábamos como era lo propio para nuestra edad. Todo el magreo que hubo al principio se paro durante unas semanas y luego un día en mi casa nos comenzamos a liar y le comí la polla por primera vez. Al cabo de los meses quedaba poco para ser mi ultimo año y a el aun le quedaba uno, un día de la ultima semana de estar yo allí me agarro de la mano y me dijo que me dejara llevar y que cerrara los ojos, entramos a los vestuarios y me desnudo, me sentó en el banco sobre una toalla y sentí como su mano pajeaba mi rabo con una especie de crema, paro y sentí como se colocaba encima mio y note por primera vez mi rabo entrando en el, abrí los ojos y lo mire como iba sintiendo las punzadas de mi rabo al dilatar su ano y se sujetaba de los colgadores de la ropa, le bese el pecho y le ayude sujetándole el culo, poco a poco fue entrando y cuando entro del todo se dejo caer y me beso, me beso el lóbulo de la oreja derecha, los labios, los parpados, y poco a poco se levanto con las fuerzas de sus piernas y me deje follar por primera vez.


                                                                      FIN





PeCtOrAlEs