6.5.23

Relato. Mi pueblo y tu, 9ª parte.

 




Marco


La semana se me paso volando. He tenido algo más de trabajo que esta última temporada y eso me alegra. Estoy camino a casa, son las cinco de la tarde y estoy muerto de hambre. Arramplo con lo primero que pillo en la nevera y me siento al sofá a comer y ver la tele. Me pongo la alarma en una hora y primero me desnudo y después me tumbo a dormir un poco. Con los ojos cerrados me agarro la polla flácida y juego con ella, en unos segundos me duermo.


Son las siete y ya tengo todo recogido, salgo a la terraza y le pego unas caladas al porro que me sobro de anoche. Estoy algo nervioso, ya conozco a los padres de Daniel, pero después de que Dani les contara lo nuestro me da como palo. Riego las plantas y cierro toda la casa. Son las menos cuarto.


Escribo a Dani en el bus:


  • Hola. Ya voy en el bus. A cada kilómetro se me acelera más el corazón, supongo que será porque estás más cerca. Muchas ganas de verte. Te quiero.


Unos minutos después:


  • Holaaaa estoy aquí desde hace un buen rato, te siento venir y muero por tenerte en mis brazos. Te quiero


Sonrió y me excito a la vez. Me coloco el paquete y miro la hora, aún queda media hora. Subo la música y cierro los ojos.


  • Marco... despierta...

  • ¿Dani?

  • Si amor soy yo te quedaste dormido y le dije al conductor que si podía subir.


Abro bien los ojos y le miro. Sigue tan bello, me levanto y le beso. Nos abrazamos como si lleváramos una vida sin vernos y ya siento en su entrepierna su polla dura.


  • Anda vamos que nos van a llamar la atención.

  • Por ir empalmados... ja, ja, ja.

  • Calla… Ja, ja, ja.


De camino a su casa no me suelta la mano. Me gusta ir de la mano con él por Madrid como lo hacemos en el pueblo. Le cojo la mano y se la beso.


  • ¿Estás nervioso?

  • Un poco.

  • Te conocen y te quieren.

  • Y yo a ellos.


Subimos a su casa y sus padres me reciben con los brazos abiertos. Nos han preparado la cena y nos sentamos los cuatro a charlar y a ponernos al día.


  • Te veo muy contento Marco.- le dice mi madre con cariño acariciándole el brazo.

  • Lo estoy.- lo dice mientras me mira y yo solo deseo más que meterme bajo la mesa.

  • ¿Y el trabajo?.- pregunta mi padre.

  • Muy bien, ya llevo año y medio y cada vez estoy más contento. Esta semana por ejemplo he tenido más trabajo y yo encantado.

  • Eso es buen hijo.

  • Bueno Marco y yo subimos, no recojáis que luego bajo y recojo yo.- les digo dándoles un beso.

  • Tendrás que venir más a menudo Marco, ja, ja, ja.


Daniel me agarra la mano y me lleva a su cuarto, oigo cerrar el pestillo y siento como me abra za por detrás. Me acaricia el pecho mientras me besa el cuello. Me descentro y me tiemblan las piernas.


  • Me gusta tú...

  • Siiii...

  • Muy... mucho...

  • Ya lo noto.


Ahora su mano está en mi paquete, que debido a la erección que tengo está bien prominente. Me desata el pantalón y me baja la cremallera, después me baja toda la ropa y aun por detrás me agarra el rabo y me masturba mientras no deja de besarme el cuello.


  • Echaba mucho de menos esto...ahhhh...

  • Y yo…


Siento su erección contra mi culo desnudo y aprieto hacia atrás. Me rozo contra su pantalón mientras él continúa masturbándome. Echo las manos atrás y le bajo el pantalón junto al slip, le agarro el rabo y me lo pongo en la entrada de mi culo.


  • Ufffff…

  • ¿Tienes?

  • No se me olvido comprar.

  • Yo sí.


Me suelta y busco mi mochila, saco el lubricante y un condón. Me acerco a él y lo beso, le quito la camiseta y me agacho, se la chupo un poco para después ponerle el condón. Agarro el lubricante y le pongo un poco para posteriormente ponerme yo mientras me meto varios dedos. Subo y lo vuelvo a besar, lo agarro y me acerco a la cama, levanto una pierna y me agacho un poco. Él se pega a mí y se frota contra mi culo. Siento sus pezones duros en mi espalda y su rabo en la entrada. Sus manos me abrazan por delante y me besa el cuello de nuevo. Suspiro y relajo el esfínter todo lo que puedo, esta vez no lo hemos dilatado, pero da igual lo necesito dentro.


  • Sin ruido porfa.- me susurra al oído.

  • Lo intentaré.- le digo entre un gemido ahogado.


Me la mete muy lentamente mientras sus dedos juegan con mis pezones. Yo siento tanto estímulo que estoy al borde de gritar. Me agarro la polla y me la descapullo. La siento dura y más grande de lo habitual, cada metida y tocada de la próstata me hace gemir en silencio. Necesito algo para morder y meterme en la boca. Me la saco por un momento y dándome la vuelta le como la boca.


  • Te quiero. Voy a cambiar de posición y necesito meter la cara en tu cama porque creo que estoy a punto de gritar.

  • Ja, ja, ja. Te quiero.


Me pongo a cuatro patas sobre la cama en el borde y abro bien las piernas. Bajo mi pecho a la cama y meto mi cabeza entre su colcha. Arqueo la espalda y siento como me agarra de las caderas y me besa el culo. Pasa su rabo por mi raja hasta que localiza mi agujero y me la mete. Chillo en silencio y busco encontrar la respiración de nuevo. Daniel va lento, sé que no quiere hacer ruido y me gusta sentir como me la mete sin dureza como otras veces, de vez en cuando así está bien, sobre todo para mi ano. Siento que se apoya sobre mí buscando mi cuello.


  • ¿Estás bien?

  • Si sí.

  • Qué mierda esto del silencio.

  • Por lo de gritar si por como me estás follando me gusta.

  • ¿A si?

  • Si me mola este rollo lento, sobre todo cuando no hemos dilatado mi agujero antes.

  • Ya es verdad, lo siento.

  • No calla tonto si el que quería más que nada que se la metieras era yo.

  • Date la vuelta.

  • Pero vuelve a metérmela.

  • Que Siiii.


Me doy la vuelta y agarrándome él las piernas me recoloco hasta que me la vuelve a meter. Busca mi pie y me quita el calcetín con los dientes.


  • Uhmmm…

  • Ni se te ocurra que entonces sí que gritaré.

  • Ja, ja, ja, ¿besos?

  • Vale.


Me besa la planta y después va dedo a dedo. Me busca el otro pie y hace lo mismo. Le miro como disfruta y me muero de amor. Sus penetraciones son increíbles y me hacen agarrarme la polla y masturbarme a su ritmo. Me besa los pies y me acaricia las piernas, para después abrirme bien de piernas y mirar como entra su falo en mí y vuelve a salir. Me la mete y la saca del todo varias veces, hasta que me ve mordiéndome la mano.


  • Perdona.

  • Luego me tendrás que comer bien el culo que lo sepas.

  • Uhmmm entonces...

  • Ja, ja, ja, Noo...

  • Agárrate las piernas.


Me coge de las caderas y me lleva más al borde, con las manos en las caderas comienza a penetrarme más rápido hasta que la saca y se pone a masturbarse en mi culo. Siento el calor de su lefa por mi raja y luego como golpea su duro rabo contra mi ano. En ese momento pienso el placer que debe dar meterla ahora mismo recién corrido. Se menea la polla varias veces contra mi culo y se agacha para comérmelo. No sé donde meterme, estiro los brazos para agarrar lo primero que pille hasta que doy con una especie de peluche. Lo agarro con fuerza contra mi cara y grito del placer que me está dando.


Siento como para y como baja mis piernas al suelo, apoyo los pies y siento de nuevo su boca pero esta vez en mi rabo. Vuelvo a coger el peluche y me lo llevo a la cara de nuevo. Me hace una mamada impresionante hasta que acabo corriéndome en su boca y con la respiración más agitada que nunca.


  • Madre mía.- le oigo decir cayendo en la cama a mi lado.

  • Joder.......- le digo quitándome el muñeco de la cara.

  • Ven aquí.


Me giro y me subo un poco para ponerme a su altura y nos abrazamos mientras nos comemos la boca.


  • No ha estado mal.

  • Ha sido una puta locura... en cuanto tus padres salgan por esa puerta te voy a hacer chillar como... a...


Me besaba y no me dejaba continuar.


  • Mañana trabajan los dos.

  • Es mi día.

  • ¿El culo bien?

  • Si será que se va amoldando a tu superrabo.

  • Ja, ja, ja.


Tras varios arrumacos y vestirnos bajamos a la cocina a recoger. Sus padres estaban en el comedor viendo la televisión. Recogimos y tras despedirnos nos fuimos a dar un paseo y a tomar algo.



Conocí a varios amigos suyos en un pub y tras beber algo y pegarnos unos buenos bailes decidimos irnos a casa sobre las 2 de la mañana.


  • ¿Qué tal con estos?.- le pregunté

  • Muy bien, son muy majos y se ve que te quieren un montón.

  • Y yo a ellos.

  • Sergio me pregunto si te ibas a venir a vivir conmigo.

  • ¿En serio?

  • Sí.

  • ¿Y qué le dijiste?

  • Pues que estamos empezando y que para eso aún queda tiempo.


Se quedó con la cara rara, pero no le di más importancia. Llegamos a casa y entramos sin hacer ruido, nos lavamos los dientes y nos metimos en la cama.


  • Que ganas de estar tumbado tenía.

  • Y yo ven aquí.

  • Uhmmm...


Nos besamos y nos acariciamos hasta que cogimos posición y nos dejamos llevar por el cansancio.




UncuT











 

PeCtOrAlEs