26.10.24

ReLaTo. Perdonando 2ª parte.

 



Es sábado y son las nueve de la noche, tenemos todo abierto y se está de lo más a gusto, está lleno de gente que ni conozco, otras me suenan su cara. Me levanto del sofá, apago el cigarro y voy a la cocina a ponerme algo de beber cuando antes de entrar lo veo.


  • Hola.

  • Hola.


Va con una camisa negra más bien ajustada abierta un poco y se le nota la marca de los pectorales y unos pelillos sueltos que son muy adorables, además lleva un vaquero que... bueno le marca bien el paquete, XD que alguien me lleve a otro sitio por favor.


  • ¿Estás bien?

  • Sí, creo que ha sido una calada que le he dado a un porro.

  • No sabía que tú... bueno sé que fumas, pero no..

  • De vez en cuando, más bien cuando quiero estar de tranqui.

  • Me parece bien.

  • ¿Una copa?

  • Vale.


Pasa delante de mí y no sé si lo hace sin querer, pero se levanta un poco la camisa que lleva por fuera y se le marca también un culo redondito que no es normal, vale si estoy salidísimo lo confieso, pero si alguno de vosotros que me estáis leyendo ahora mismo tenéis mi edad me comprenderéis perfectamente y hasta alguno se la estará cascando mientras lee, (yo también lo hago con algunos relatos lo confieso).


Bueno volviendo a mi noche, desde que entro y nos puse una copa no nos hemos separado ni medio minuto, solo nos ha faltado mear juntos en la misma taza, cosa que no hubiera podido ser, pues llevo desde que llego con la polla morcillona y siento que cuando le dé un poco el aire se me va a poner dura y tendré que consolarla.


  • ¿Quiénes son tus compañeros de piso?

  • Aquel de amarillo es Diego, tiene veinticinco, ya termino la Uni y ahora está trabajando, aquella que le está comiendo la boca a la chica rubia que va de azul es Sandra, es un cielo.

  • Mola.

  • ¿Y tus compis?

  • Bueno bien, son un poco que van un poco a su bola, somos cinco en el apartamento.

  • Cinco tíos, madre mía, molaría que todos fuerais gays, ja, ja, ja.


Le miro y me mira todo serio, se me corta la risa e intento cambiar de tema.


  • ¿Otra copa?

  • Si por favor, ¿te ayudo?

  • No tranquilo, vuelvo enseguida.


Seré idiota, gilipollas, ahggg. Pongo las dos copas y antes de salir cojo aire y lo suelto poco a poco, voy a salir de la cocina cuando me choco de frente con él y le tiro una de las copas encima.


  • !Joder! Los siento de verdad.

  • No pasa nada.

  • Ven.


Dejo las copas y le agarro de la mano, lo meto en mi cuarto y cierro tras de mí, busco una toalla y se la lanzo, miro en mi armario y tras encontrar una camisa la agarro y me doy la vuelta. Está sin camisa limpiándose el torso y madre de dios que torso, estoy mirándolo fijamente cuando siento su mirada, levanto la mirada hacia la suya y la aparto rápidamente.


  • Aquí tienes otra camisa, lo siento de veras, el lunes te la llevo lavada.

  • Fran.


Sigo sin mirarle con el brazo extendido con la camisa en la mano. Siento como agarra la camisa y como se acerca a mí.


  • Si tanto querías que me quitara la camisa, habérmelo dicho.


Le miro re avergonzado.


  • De verdad que no...


Siento su mano en mi espalda y como me lleva hacia él y como su boca se junta con la mía, nos estamos besando y yo siento que no toco el suelo, me quito la camiseta y junto a mi cuerpo al suyo, continuamos besándonos y mis manos van a su entrepierna, noto su paquete bien duro queriendo salir de ese pantalón, le bajo cremallera y le desabrocho el botón, meto la mano y le agarro la polla encima del slip, se la sobo y la noto cada vez más gorda, su lengua hace maravillas dentro de mi boca, tiro del slip y cuando meto la mano y tengo su polla caliente y sudorosa en la mano cuando siento que se aparta de mí.


  • Lo siento...no puedo...


Agarra la camisa que le ofrecí y antes de salir se la pone, agarra el manillar y me dice:


  • Estoy muy confundido Fran, lo siento, no es por ti.


Abre la puerta y la cierra tras de sí y yo me quedo allí triste y empalmado, noto lágrimas saliendo de mis ojos, me las limpio y agarrando la camiseta que me acababa de quitar, me la pongo, me coloco el paquete y salgo, me hago otra copa y me pongo a buscar entre el gentío, !Bingo!


Acabo de entrar en la habitación con él, se llama Hugo y es el mejor amigo de mi compañero de piso, desde que llegue no para de tirarme los trastos y hoy es su día de suerte, me desnudo por completo delante de él y después lo desnudo a el que aún está atónito, voy a la mesilla y tras agarrar lo que busco voy hacia él, ya tiene la polla bien dura y es lo que necesito, además tiene una buena polla, bien gorda, me agacho y se la como un rato, para después ponerle el condón, me levanto y le beso, bueno nos besamos que es cosa de dos, agarro el lubricante y tras ponerle a él en la polla me pongo en el ojete. Me tiro sobre la cama y me pongo al borde a cuatro patas.


  • Fóllame por favor.


Siento sus manos en mi cadera y como su polla va entrando en mí, pongo los ojos en blanco y solo recuerdo a partir de ahí, pedirle que me follara duro y que me azotara cuanto quisiera.


Estamos en mi cama abrazados, me paso la mano por mis nalgas y me pican y están pegajosas, ahora recuerdo que se corrió en mi espalda y culo. Está frente a mi dormido, se le ve buena gente y no sabía que tenía esa parte tan de macho, desde fuera se le ve un poco reina, aunque como decía mi madre nunca se debe juzgar a la gente sin conocerla bien, y que razón tenía. Cierro los ojos.


Es domingo y tengo una resaca emocional inmensamente grande, me levanto a mear porque si no me hubiera meado en la cama y mirando al salón me echo las manos a la cabeza, entro al aseo y tras mear satisfactoriamente y lavarme la cara vuelvo al cuarto. Hugo se marchó hace un rato, cosa que agradecí, también lo entiendo, no estaba de muy buen humor, aún no mire el móvil, cierro los ojos y me quito el slip, me agarro la polla con fuerza y comienzo a pajearme, en unos minutos siento el alivio y una camiseta llena de lefa, me limpio con toallitas húmedas y busco el móvil, mensajes:


*Hola, Puedes llamarme cuando te despiertes?


Vuelvo a dejar el móvil, me doy la vuelta en la cama y cierro los ojos, tras tres segundos los abro y agarrando el móvil lo llamo.


  • Hola, gracias por llamar.

  • Buenos días.

  • Buenos días, ¿podríamos vernos?

  • Claro.

  • Te espero en el parque que hay bajo tu casa y decidimos donde ir, ¿vale?

  • Vale.

  • ¿Media hora?

  • Perfecto.


Me levanto de un salto tras poner el móvil a cargar y abro la ventana, me desnudo y agarrando una toalla, me voy al aseo, en diez minutos estoy duchado y salgo oliendo como una persona normal. Arreglo mi habitación en pelotas y me visto para salir. Aún faltan quince minutos, agarro una bolsa de basura y comienzo a tirar toda la mierda que veo por el salón, cuando tengo dos bolsas llenas las dejo en la entrada y dejo el cubo de fregar y la escoba en el salón, como señal de que les toca seguir a quien se despierte.


Bajo y tiro la basura, cruzo la calle y lo veo sentado en un banco fumándose un cigarro, me acerco a él e inmediatamente es verme y se levanta, tira el cigarro y se pasa las manos por los jeans, está nervioso, yo también.




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