22.6.24

CoN PREpUcIo











 

VeLLo pUbIcO

 











ReLaTo. El KaYaK y LaS cAlAs, 3ª parte

 




UNOS MESES DESPUÉS:



Estoy a cuatro patas sobre la cama y Edu me está comiendo el culo de una manera que me está haciendo poner los ojos en blanco con cada lametada, agarro mi polla y la tiro hacia atrás, siento como me la agarra y se la mete en la boca, mientras con un dedo gordo me lo mete por el culo haciéndome gemir como una verdadera perra.


  • Joder Joan, me estás poniendo muy mal…

  • Pues yo estoy que exploto...ahhh…

  • ¿Ah, sí?.- me pregunta lamiéndome desde los huevos hasta el ano pasando por mi rabo.

  • Ahhh… Malooo...

  • Muy malo, ja, ja, ja.


Me pide que me dé la vuelta e inmediatamente se tira sobre mí, junta su pecho contra el mío y me besa, se pone de lado y agarrándome la polla, comienza a masturbarme sin dejar de besarme. Su mano agarrando mi polla es últimamente más habitual de que me la agarre yo, es estar dos segundos juntos y ya la tiene en su mano y no me quejo, yo por mí como si se la lleva a casa.


Su lengua en el interior de mi boca me hace quedarme sin respiración hasta que agarro el aire con ansia y siento como me viene el orgasmo, haciéndome gemir en su boca y retorcerme junto a su cuerpo. Ya eyaculado Edu no deja de masturbarme, me besa y baja por mi cuerpo, lamiéndome hasta la punta de mi polla que lame sin dejar de mirarme, haciéndome el hombre más feliz del mundo.


  • Me encanta tu polla recién corrida, ñam.

  • Y a mí me encanta que te encante, ja, ja, ja, ahhh...


Se mete mi polla entera en la boca hasta tocar sus labios con mi vello púbico, se la saca y me mira.


  • Joder, nunca seré capaz de metérmela entera.

  • No hace falta.

  • Tú me lo haces a mí y yo quiero corresponderte.

  • Amor ven aquí.


Suelta mi polla y viene hacia mí.


  • Tú sabes qué comidas de polla y culo me haces, es que no te lo puedes imaginar, soy muy feliz, no es necesario que hagas lo mismo que yo te hago.

  • Lo sé, pero me da rabia.

  • Pues nada a seguir practicando, ja, ja, ja.

  • Ja, ja, ja.


Nos besamos, retozamos por la cama y casi nos caemos, pegamos nuestros cuerpos sin dejar de acariciar la espalda y el culo del otro.


  • Crees que pronto... ya sabes...- me pregunta con cara de niño bueno.

  • ¿Penetración?

  • Sí.

  • Es un gran paso.

  • Lo sé.

  • Aún no hemos pasado de meternos un par de dedos.

  • Ya y guau...

  • Me encanta, podríamos comprar condones y lubricante y algún juguete.

  • Uhmmm...

  • ¿Quieres?

  • Quiero, ¿vamos ya?

  • Ja, ja, ja, ¿mañana?

  • Vale.


Al día siguiente:


Entramos en el sex-shop y nos pusimos a mirar, la verdad que entre tanta cosa nos agobiamos un poco, pero al final gracias al dependiente y que también era gay, empatizo con nosotros bastante y nos recomendó varias cosas. Nosotros muy obedientes le hicimos caso y compramos al final un lubricante al agua que nos dijo que era mejor que de aceite, “pero que con cuidado y echar poco a poco”, unos condones de sabores para chupársela antes de que te la meta y un dilatador anal que “según lo vas metiendo va aumentando de tamaño haciendo que el ano se ajuste a esa medida y luego a la hora de meterte un pollón, por ejemplo, pues te duela menos”, palabras textuales del dependiente.


Fuimos a su casa y tras desnudarnos Edu se ofreció primero a probar el dilatador, se puso boca arriba con las piernas levantadas y apoyadas en mis hombros.


  • Te voy a poner un poco de lubricante.

  • Vale.

  • Joder que bien entra...

  • Ahhh siii…

  • Que maravilla y eso que he puesto muy poco.

  • Méteme otro dedo.

  • Dentro.

  • Ohhhh... Siiii...

  • Qué gustazo dios... tengo la polla superdura...

  • Ahhh... mejor así para cuando… Ahhh... me la me... tas.

  • Te meto otro dedo.

  • Vale.


Con tres dedos y con el poco lubricante se notaba como su ano se iba abriendo cada vez más y mi polla babeaba mientras la pajeaba con la otra mano. Me suelto la polla por qué si no me iba a correr en cero coma y agarro el dilatador, saco los dedos y poniéndolo en la entrada empujo hacia dentro suavemente.


  • Ufff… Está frío…

  • Sorry.

  • Tranquilo, pero después de tener tus dedos tan calientes, la diferencia es... Ahhhh…

  • ¿Te gusta?

  • Joder… Siii...

  • Me alegro.


El dilatador aún no se lo metí del todo, se lo saco y se lo meto haciendo que se acostumbre, como nos dijo el dependiente. La zona más gorda es muy gorda, creo que como nuestras pollas juntas, por exagerar un poco.


Llevo varios minutos y Edu está revolviéndose de gusto entre mis manos y el dilatador en su culo.


  • ¿Te lo meto entero?

  • Sí...

  • Luego ya sabes que hay que sacarlo.

  • Lo sé.


Se lo voy metiendo como antes y cuando llega a la zona más gruesa le voy mirando la cara y como sigue gimiendo sigo, una vez llega la parte gorda se muerde el labio inferior y estira las manos hacia atrás agarrándose al cabecero, y yo sin dejar de soltar precum. Aprieto hacia dentro y la parte más gorda pasa y se queda dentro, quedando por fuera una especie de pomo, por decirlo de alguna manera. Miro a Edu y se está masturbando con los ojos cerrados.


  • ¿Te lo saco?

  • Espera...ahhh…

  • ¿Que sientes?

  • Placer, como calor por dentro, la polla me duele de lo dura que la tengo, una pasada te va a encantar, habrá que comprar otro, ja, ja, ja

  • Ja, ja, ja


Voy hacia él dejando que me deje masturbarlo y le beso.


  • Me gusta verte así.


Se tapa la cara.


  • Ja, ja, ja, déjame ver esa preciosa cara.

  • No.


Le beso en la palma de las manos. Por fin las quita y me deja ver ese brillo en sus ojos que tanto me gusta.


  • Sácamelo con cuidado porfa.

  • Claro.


Se pone a cuatro patas y agarrando el dilatador tiro hacia fuera y cuesta un poco, tiro un poco más fuerte y Edu gime no sé si de dolor o placer.


  • ¿Duele?

  • Para nada...ahhh…


Sonrió y tiro más fuerte consiguiendo que salga casi todo entero, se lo meto de nuevo hasta el final y se lo saco ya con menos dificultad. Durante un rato se lo saco del todo y se lo vuelvo a meter hasta el fondo, hasta que sacándolo y dejándolo a un lado le miro el culo.


  • Joder Edu tienes el ano superabierto.

  • Aprovecha, ja, ja, ja.


Le doy una lametada en la raja del culo mientras rompo el envoltorio del condón y me lo pongo.


  • ¿Preparado?

  • Mucho.


Me pongo un poco más de lubricante en el rabo con el condón y agarrándole de las caderas, enfilo mi polla en su agujero y empujando siento la sensación más placentera que hubiera sentido nunca.


Mi polla está entera dentro y Edu no ha pedido gracias al cielo que la sacara, mi polla entra y sale de su agujero como si siempre hubiera estado allí, acaricio su espalda y beso su nuca. Le embisto cada vez con más fuerza, sintiendo su piel golpear la mía. Le pido que sé de la vuelta y antes de tener sus piernas sobre mis hombros ya se la había metido. Edu me mira complaciente y satisfecho.


  • Te va a encantar...

  • Solo con ver como lo estás pasando me lo imagino.

  • Es mejor probarlo, ja, ja, ja...ahhh…

  • No creo que tarde en correrme.

  • Tranquilo.

  • Es que estás tan caliente, por dentro y por fuera y...ahhhh


Me corrí, le embisto varias veces para después caer sobre él y buscar su boca para besarlo.


  • Joder.- le digo al oído.

  • ¿Estás bien?

  • Ufff sí.

  • No la saques.

  • Vale.


Me incorporo y sin dejar de mirarlo vuelvo de nuevo a embestirle suavemente mientras él se agarra la polla y se comienza a pajear. Le abro las piernas y mientras le follo él se masturba hasta que me pide que acelere un poco, y eso hago, acelero hasta que se retuerce de gusto y comienza a soltar lefa por todos lados como una regadera sin control, se muerde el labio y pone los ojos en blanco sin dejar de pajearse. Yo sigo metiéndosela y se masturba ahora más lento con toda la polla llena de lefa. Por fin abre los ojos y me mira directamente y sonríe, saco mi polla de su interior y me tiro a su lado, nos besamos y nos pegamos como pegatinas gracias a su lefa.


Pasado un rato.


  • Madre mía... qué cantidad de sensaciones y todas ellas tan placenteras.- me dice Edu sin dejar de sonreír y acariciándome la polla flácida.

  • Me ha encantado verte en cada momento, menos cuando te daba por detrás y estabas a cuatro patas.

  • Esa postura mola un rato, después a mí me mola también mirarte.

  • Así es, ¿y el dilatador?

  • Buah... la verdad que al principio notaba como presión, no dolor, ¿alguna vez estuviste estreñido?

  • Si una.

  • Pues como esa sensación de que algo quiere en este caso entrar pero no puede.

  • Ya.

  • Pues eso.


Nos reímos de la situación y nos abrazamos.


  • Gracias por desvirgarme.- me dice Edu dándome un pico.

  • De nada, todo un honor.

  • Ja, ja, ja.


Retozamos por la cama hasta que el agotamiento se apodera de nosotros.


  • Me voy.- me dice Edu poniéndose la ropa.

  • Jo.

  • Ya, sabes que me quedaría, pero luego…

  • Lo sé, tranquilo.


Se acerca a mí y agarrándome la polla, la besa en la punta y le da las gracias, se da la vuelta y se va, se para en la puerta y vuelve corriendo a tirarse sobre mí, nos reímos como adolescentes que somos y con pena se marcha.





CoN PREpUcIo