15.6.24

MaMaNdO











 

HuEvAzOS











 

ReLaTo. Un encuentro inesperado.

 




Capítulo 1: Un encuentro inesperado.


Javier había trabajado en la empresa de telecomunicaciones durante cinco años. Era una rutina constante: despertarse temprano, tomar el metro abarrotado y trabajar largas horas en la oficina. A sus 32 años, Javier había llegado a un punto de estabilidad en su vida profesional, pero en su vida personal, las cosas eran distintas. Su sexualidad siempre había sido un tema delicado para él. Aunque se aceptaba a sí mismo como gay, no había tenido el valor de ser abierto sobre ello en el trabajo, temiendo juicios y posibles repercusiones.

Un martes, después de un día particularmente estresante, decidió ir al gimnasio de la empresa. Era un pequeño lujo que la empresa ofrecía a sus empleados, y Javier pensó que una sesión de ejercicio podría ayudarlo a despejar la mente. Después de una intensa sesión de levantamiento de pesas, decidió darse una ducha. El gimnasio estaba casi vacío, algo que Javier agradeció. Entró a las duchas comunes, esperando encontrarse solo.

Para su sorpresa, alguien más estaba allí. Era Alejandro, un joven nuevo en la empresa. Alejandro tenía 28 años, un físico atlético y una actitud desenfadada que había llamado la atención de muchos en la oficina, incluida la de Javier. No habían tenido mucha interacción más allá de las típicas reuniones de trabajo, pero Javier siempre había sentido una curiosidad especial por él.

Alejandro sonrió al verlo entrar. "Hola, Javier. ¿Cómo estás?", dijo mientras se enjabonaba el cabello.

"Hola, Alejandro. Bien, gracias. Solo tratando de relajarme después de un día largo", respondió Javier, tratando de sonar relajado.

Alejandro rio. "Te entiendo. Estos días pueden ser una locura. ¿Vienes mucho por aquí?"

"Intento venir al menos tres veces por semana", dijo Javier mientras habría la ducha a su lado. "Es una buena manera de desestresarse".

Javier miraba como Alejandro se duchaba, como caía el jabón por su cuerpo desapareciendo por el desagüe, no pudo dejar de mirarle por un momento su pene en reposo balanceándose de lado a lado y unos huevos enormes que en ese momento restregaba con más jabón, en su caso Alejandro también le miraba, desde que entro desnudo a la ducha observo ese culo respingón que tanto le había llamado la atención vestido y que ahora desnudo delante de él solo le apetecía morder y porque no para su sorpresa un pene que en reposo mediría más de diez centímetros y unos huevos bien apretados bajo su pene.


A medida que se duchaban, la conversación fluyó de manera sorprendentemente natural. Hablaron sobre el trabajo, sus intereses y, eventualmente, la conversación derivó hacia temas más personales.



Capítulo 2: Conversaciones sinceras.

"¿Sabes?", dijo Alejandro después de un rato, "siempre me he sentido un poco fuera de lugar en estos ambientes de oficina. Siento que la gente juzga mucho."

Javier asintió, sintiendo una conexión. "Sí, entiendo a lo que te refieres. A veces es difícil ser uno mismo."

Alejandro lo miró con una expresión pensativa. "¿Te refieres a algo en particular?"

Javier dudó por un momento. ¿Debería decirle? Había algo en la actitud abierta de Alejandro que lo hacía sentirse seguro. Finalmente, decidió ser honesto. "Bueno, para mí, ser gay en un entorno de trabajo no siempre ha sido fácil. No es algo que suela compartir abiertamente."

Alejandro lo miró con sorpresa y luego sonrió. "Me alegra que lo compartas conmigo. Yo también soy gay, y entiendo perfectamente lo que dices. Siempre hay esa preocupación sobre cómo te percibirán."

Javier se sintió aliviado y curioso a la vez. "Es bueno saber que no estoy solo en esto. ¿Cómo ha sido tu experiencia?"

Alejandro suspiró. "He tenido mis altibajos. En mi antiguo trabajo, tuve algunos problemas con compañeros que no eran muy abiertos de mente. Aquí, he decidido ser más discreto, pero es agotador tener que ocultar una parte de mí mismo."

Alejandro llevaba un rato con la ducha apagada, charlando animadamente con Javier y sin darse cuenta, cada vez estaba más cerca el uno del otro. Javier se dio la vuelta, pues estaba contra la pared, y se encontró con la mirada de Alejandro. Este le miró y bajó la cabeza. Alejandro la bajó también y comprobó que ambos estaban medio empalmados. Alejandro se acercó aún más y, junto a su pene al de Javier, agarrando ambos penes, los comenzó a masturbar, volvió a mirarlo a los ojos y ambos sonrieron. Alejandro continuaba masturbándolos, Javier acaricio su cara mientras ambos gemían del placer de sentirse el uno al otro, Alejandro acelero la masturbación y de pronto sintió que se corría, lleno de lefa el pene de Javier y este de ver tal cantidad de lefa se corrió inmediatamente en la polla de Alejandro. Sin dejar de masturbarse, ahora cada uno con su propio pene se quedaron mirándose a los ojos. Tras un rato así, la conversación continuó, y ambos comenzaron a abrirse más, hablando de sus experiencias, miedos y sueños. Javier se sorprendió de lo fácil que era hablar con Alejandro, y sintió un gran alivio en el pecho.


Capítulo 3: Abriendo corazones.


De nuevo se enjabonaron y a medida que el agua caliente caía sobre ellos, la conversación entre Javier y Alejandro se volvió cada vez más íntima. Hablaron de sus primeras relaciones, de las veces que se habían sentido rechazados y de los pequeños momentos de felicidad que habían encontrado a lo largo de sus vidas. Para ambos, compartir estas experiencias fue liberador.

Alejandro, mientras se enjabonaba los hombros, se atrevió a preguntar algo más personal. "¿Alguna vez te has enamorado de alguien del trabajo?"

Javier se quedó en silencio por un momento, reflexionando. "No, nunca me lo he permitido. Siempre he tenido miedo de las complicaciones que podrían surgir."

Alejandro asintió. "Entiendo. Yo tampoco. Aunque a veces, cuando menos te lo esperas, encuentras a alguien especial."

Javier sintió que su corazón latía más rápido. ¿Podría Alejandro estar insinuando algo? Decidió no adelantarse y dejó que la conversación siguiera su curso natural.



Capítulo 4: Una amistad en ciernes

En los días siguientes, Javier y Alejandro comenzaron a pasar más tiempo juntos. Coincidían en el gimnasio, se sentaban juntos en la cafetería y, eventualmente, comenzaron a salir después del trabajo. Primero fue a tomar un café, luego una cena, y pronto se encontraron pasando los fines de semana juntos, explorando la ciudad y disfrutando de la compañía del otro.

Durante una de estas salidas, mientras caminaban por un parque, Alejandro se detuvo y miró a Javier. "¿Te has dado cuenta de lo bien que nos llevamos? Es como si siempre hubiéramos sido amigos."

Javier sonrió. "Sí, lo he notado. Es raro encontrar a alguien con quien puedas ser tú mismo desde el principio."

Alejandro tomó la mano de Javier, un gesto que lo tomó por sorpresa, pero que le hizo sentir una calidez reconfortante. "Quiero que sepas que me importas mucho, Javier. Más de lo que había esperado."

El corazón de Javier dio un vuelco. "Yo siento lo mismo, Alejandro. Nunca pensé que encontraría a alguien como tú en el trabajo, alguien con quien pudiera ser yo mismo."

Alejandro tiró de Javier y terminaron paseando por entre unos arbustos enormes, Alejandro se sacó el pene y seguidamente Javier, los volvieron a juntar y esta vez fue Javier el que los masturbaba, el riesgo de que los pillaran sumaba más calentón a la situación, Javier las agarraba con fuerza y en poco tiempo amibos sintieron la necesidad de correrse, Javier las soltó y masturbándose contra un árbol lo regó con su lefa, Alejando le miro sorprendido y masturbándose se acercó al árbol y se corrió también, ambos se miraron satisfechos y con la polla babeando.


Capítulo 5: Confesiones y decisiones.

A medida que su relación se profundizaba, Javier y Alejandro comenzaron a enfrentarse a la realidad de sus sentimientos. Sabían que había riesgos involucrados en ser abiertos sobre su relación en el trabajo, pero también sabían que no querían seguir ocultándose.

Una noche, mientras cenaban en el apartamento de Javier, Alejandro rompió el silencio. "He estado pensando mucho en nosotros, en lo que significa estar juntos en el trabajo."

Javier asintió, sabiendo exactamente a dónde se dirigía la conversación. "Yo también. Sé que hay riesgos, pero no quiero seguir ocultando lo que siento por ti."

Alejandro tomó la mano de Javier y la sostuvo firmemente. "Creo que es momento de ser valientes, de ser nosotros mismos, sin importar lo que piensen los demás."

Javier se levantó sin soltar la mano de Alejandro y él también se levantó. Tiró delicadamente de él y lo llevó a su dormitorio, lo desnudo y se dejó desnudar, acercaron sus cuerpos desnudos y se abrazaron íntimamente, sus penes duros se frotaron cuando sus labios se unieron en un beso. Se comieron la boca como dos leones en celo y cayeron sobre la cama entre risas. Alejandro se giró y se metió la polla de Javier en la boca. Javier y la de Alejandro, disfrutaron la polla del otro y hasta se corrieron en su boca, saboreando después el sabor de su lefa y de sus pollas recién corridas.


Capítulo 6: El gran paso.

Decidieron que hablarían con Recursos Humanos, primero, para entender las políticas de la empresa respecto a las relaciones entre empleados. La conversación fue más positiva de lo que esperaban. La empresa tenía políticas inclusivas y promovía un ambiente de trabajo donde todos podían ser ellos mismos sin miedo a represalias.

Con ese paso dado, decidieron contarle a sus colegas más cercanos. Empezaron con algunos amigos del trabajo, quienes los apoyaron incondicionalmente. La noticia se fue difundiendo y, aunque hubo algunas miradas y comentarios curiosos, en su mayoría recibieron apoyo y aceptación.


Capítulo 7: Un amor a la vista de todos.

El primer día que se presentaron juntos como pareja en una reunión de equipo fue un momento lleno de nerviosismo, pero también de orgullo. Javier y Alejandro se sentaron juntos, sus manos entrelazadas bajo la mesa. Cuando el jefe de equipo comentó sobre la importancia de la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo, ambos se sintieron validados en su decisión.

Con el tiempo, su relación se convirtió en una parte aceptada y respetada de la cultura de la empresa. No solo habían encontrado el amor, sino que también habían abierto un camino para que otros se sintieran seguros y aceptados.


Capítulo 8: Más allá del trabajo.

Un año después, en un parque similar al dónde habían tenido su primera conversación honesta, Alejandro se arrodilló y, con una sonrisa nerviosa, sacó una pequeña caja de su bolsillo. "Javier, desde el día en que nos conocimos en esas duchas del trabajo, mi vida ha cambiado de maneras que nunca imaginé. ¿Quieres casarte conmigo?"

Javier, con lágrimas de felicidad en los ojos, asintió sin dudarlo. "Sí, Alejandro. Quiero pasar el resto de mi vida contigo."

El parque se llenó de aplausos de los transeúntes que fueron testigos de la propuesta. Para Javier y Alejandro, este momento fue la culminación de un viaje lleno de desafíos y alegrías, un viaje que habían emprendido juntos, empezando con una simple conversación en las duchas del trabajo.

Tras la pedida y un gran beso, se fueron andando y esta vez fue Javier el que tiró de Alejandro entre los arbustos. Se miraron y se rieron mientras se sacaban el pene. Con los pantalones por los tobillos e incluidos los calzoncillos, se quitaron la camiseta y se masturbaron el uno al otro. Alejandro pensaba lo feliz que estaba en ese momento y qué dura tenía la polla Javier y lo afortunado que era en todos los sentidos, Javier estaba igual, miraba Alejandro y no podía creer lo afortunado que era y no que tuviera un gran pollón, que lo tenía, sino todo lo que le aportaba, se miraron con sus pensamientos en la cabeza y se besaron sin dejar de masturbar al otro, cuando sintieron la descarga se pusieron mirando al árbol hasta que ambos a la vez comenzaron a regar el árbol con sus lefas, se besaron y sacudieron la polla del otro hasta que no quedo ni gota en sus gordos y majestuosos glandes.



Epílogo.

Javier y Alejandro celebraron su boda rodeada de amigos, familiares y compañeros de trabajo que los habían apoyado a lo largo de su relación. Su historia se convirtió en un símbolo de amor y valentía, inspirando a otros a ser honestos consigo mismos y a buscar la felicidad sin miedo.

La noche de bodas en Tenerife fue de lo más romántico y sexual. Cada uno le había regalado un juguete al otro el día de la boda y no lo abrieron hasta esa noche. Eran dos juguetes eróticos: uno un masturbador y el otro un pollón vibrador de 30 centímetros. Primero, Alejandro probó el masturbador en Javier y hasta se corrió en breve. Después, Javier levantó el culo y sintió cómo entraban esos 30 centímetros en su interior, cosa de la que gozó enormemente hasta que sintió que salía de su interior para sentir la tremenda polla de ahora su marido. Alejandro le folló y le hizo el amor a partes iguales, se corrió dentro de él y recibió la lefa de Javier en su boca mientras le lamía el glande. Ambos terminaron sobre la cama llena de pétalos de rosa enroscados y sin dejar de besarse hasta que cayeron rendidos.


En los años siguientes, ambos continuaron creciendo juntos, enfrentando los retos de la vida con la misma honestidad y apertura que los había unido desde el principio. Su amor, nacido en un entorno de trabajo inesperado, floreció y se convirtió en el ancla de sus vidas, demostrando que el amor verdadero puede encontrarse en los lugares más inesperados y que, cuando se es valiente, el corazón siempre encuentra el camino a casa.



FIN



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